Haití
De la miseria a la pobreza con dignidad
Paso a paso, el gobierno haitiano busca mejorar la vida del pueblo más empobrecido del continente. Tarea ardua, para la que no basta el respaldo moral.
Encuentro Haití-América Latina
Desde el regreso de la democracia a Haití y a pesar de todos los obstáculos, los logros son significativos. Se puso fin a la represión sistemática y brutal y a la mala administración en los asuntos del Estado. Se posibilitó el regreso de miles de refugiados y de todos los que vivían en la clandestinidad en su propio país. Se revalorizó la dignidad humana de millones de personas que habían sido despojadas de sus derechos humanos, legales y constitucionales, y que ahora son capaces de exigir la oportunidad de participar creativamente en su propio destino.
Los problemas, naturalmente, son todavía graves. Las fuerzas paramilitares de derecha siguen armadas. La economía arruinada por el régimen militar, continúa sin poder recuperarse, dando lugar a precios exorbitantes y a altas tasas de desempleo. Existe aún un Estado corrupto y gangrenado, resultado de varios regímenes que sólo buscaban prestarse servicio a sí mismos. La carencia de infraestructura es total. Los conflictos dentro del gobierno de Estados Unidos en cuanto a los asuntos haitianos detienen la asistencia prometida. Y se constata un aparente desinterés de muchos donantes internacionales en dar prioridad a los reclamos más urgentes de los haitianos.
Un paso: redactar y traducir en creoleUna de las grandes victorias del renacimiento cultural después del fin de los Duvalier en 1986 fue la legitimación del creole. La Constitución de 1987 reconoce el creole -única lengua hablada por todos los haitianos- como la segunda lengua oficial de la República. Con anterioridad, el francés -hablado por aproximadamente el 5% de la población- era la única lengua oficial. Actualmente, se está dando un importante paso para la inclusión de todos los haitianos en los asuntos del país a través del reconocimiento de su lengua.
Después de 200 años en que los trámites y documentos legales eran redactados siempre y solo en francés, el sistema legal está usando ahora el creole para todos sus trámites. A su vez, la nueva Secretaría de Estado para la Alfabetización está haciendo grandes esfuerzos para traducir todas las leyes al creole. También están redactando y traduciendo al creole todos los documentos legales, certificados de propiedad, actas de nacimiento y licencias de casamiento.
En su discurso inaugural, el Ministro para la Alfabetización, Paul Dejean, señaló: "Cuando los designados para hablar en nombre del Estado a todos los ciudadanos del país hablan una lengua que comprende sólo un pequeño porcentaje de la población, ¿no le están dando ventajas desproporcionadas a ese pequeño porcentaje? ¿No es esto una injusticia contra la mayoría de los ciudadanos del país?"
Una larga luchaTradicionalmente, los poderes locales en Haití un triunvirato compuesto por grandes terratenientes, funcionarios gubernamentales y el aparato de seguridad que los protege (soldados, tonton macoutes y attachés) han utilizado las armas y el control del sistema estatal para apoderarse de las tierras de los campesinos. Durante los 30 años de la dictadura de los Duvalier, a medida que se iba concentrando la tenencia de las tierras en manos de unos pocos, se iba incrementando el número de campesinos expulsados de sus propias tierras, forzados a endeudarse y a trabajar la tierra de otros o a incrementar las filas de los que en Puerto Príncipe buscan un trabajo por 1 dólar al día en alguna maquiladora multinacional.
La crisis ambiental que sufre Haití aumenta la presión por la tierra. Solamente entre el 1 3% de las tierras de Haití gozan de cobertura forestal. La erosión del suelo reduce cada vez más la producción de alimentos para una población en rápido crecimiento.
A principios del siglo XIX uno de los primeros actos de Toussaint Louverture, en la recientemente independizada Haití, fue nacionalizar toda la tierra productiva del país. Después de su arresto y extradición a Francia, Jean Jacques Dessalines ordenó un programa minucioso de redistribución de la tierra. Dos de los más famosos líderes campesinos, Goman y Accau, organizaron movimientos campesinos exigiendo una reforma agraria. El movimiento de los Cacos, de 1915 a 1919, estaba compuesto por campesinos desposeídos, muchos de los cuales habían sido despojados de sus tierras por los marines de Estados Unidos.
Sangre en Artibonito Después de la expulsión de Jean Claude Duvalier en 1986, una de las principales reivindicaciones del movimiento popular democrático fue la recuperación de las tierras expropiadas y la reforma del sistema de tenencia de la tierra.
El movimiento por la reforma agraria en Haití ha sido sistemática y violentamente aplastado. Uno de los más violentos ejemplos luego de la partida de Duvalier se dio en Jean Rabel en julio de 1987: un grupo de tonton macoutes respaldado por terratenientes locales masacró a 300 personas, miembros de una asociación campesina que pedía la devolución de las tierras que les habían sido robadas.
Durante el último régimen militar, se trató de desmembrar el movimiento en favor de la reforma agraria que había hecho eclosión durante los ocho primeros meses del gobierno del Presidente Aristide. La zona del valle de Artibonito, una de las tieras más fértiles de Haití, gran productora de arroz, fue una de las más afectadas. Docenas de campesinos fueron heridos y asesinados y más de mil casas incendiadas.
Durante los últimos meses, la sangre ha seguido derramándose en Artibonito, especialmente sangre campesina. De acuerdo a un comunicado de prensa de la Misión Civil Internacional OEA/ONU del 13 de marzo de 1995, las víctimas de estos continuos abusos morales y físicos son en su mayoría campesinos que pertenecen a organizaciones populares. El comunicado señala que "los conflictos agrarios se han convertido en un factor de inestabilidad y de violencia, tanto más peligrosos porque, cuando oponen a los pequeños campesinos partidarios del sector democrático a los grandes terratenientes que apoyaron el antiguo régimen, adquieren una dimensión política".
Otro paso: la tierraUn importante paso dado por el gobierno fue enviar a Artibonito a dos delegaciones encabezadas por el Primer Ministro Smarck Michel para investigar la situación. Y formar una Comisión integrada por los Ministros de Justicia, de Interior, de la Defensa y de Agricultura para investigar cada caso en el conflicto de tierras del Valle del Artibonito.
Se ha creado también un Instituto Nacional de Reforma Agraria (INARA), tal como lo establece la Constitución. Las primeras medidas tomadas por este Instituto han sido:
1) Entregar a los pequeños campesinos de Fort Dauphin 6000 carreaux de tierra estatal para ser trabajadas (1,29 carreaux = 1 hectárea).
2) Permitir que el movimiento campesino de Grand Bassin siga trabajando en paz los 139 carreaux de tierra que ocupa.
3) Formalizar la entrega a los campesinos de Papaye de 500 carreaux de tierras del Estado para su producción agropecuaria.
4) Asegurar la construcción de pozos para la irrigación de estas tierras.
5) Facilitar el funcionamiento legal de las asociaciones campesinas.
6) Eliminar la doble acta de nacimiento, una para la gente de las ciudades y otra para los campesinos.
7) Asegurar la importación de unos 10 mil nuevos cerdos criollos, ya que todos los cerdos criollos haitianos fueron exterminados por un programa de la AID en la década del 80 y ésta ha sido una sentida reivindicación desde 1986. 8) Proveer trabajos de agrimensura gratuitos.
Contra el autoritarismoPoner fin a una larga tradición de autoritarismo estatal representada localmente por los jefes de sección y los attachés al servicio de los grandes terratenientes locales es un logro importantísimo del gobierno de Aristide/Michel.
Algunos de los pasos dados por el gobierno han sido:
* La abolición del sistema de jefes de sección, responsables de la represión política y de las sistemáticas violaciones de los derechos humanos.
* La apertura del proceso de reformas judiciales y el reemplazo de jueces corruptos.
* La abolición de las Fuerzas Armadas debe ser ratificada por el próximo Parlamento, que consumían el 40% de los ingresos del Estado y la creación de un cuerpo de Policía civil bajo la autoridad del Ministerio de Justicia. Se ha reinsertado a algunos soldados en la nueva fuerza de seguridad interina.
Otro paso: la verdadHay otros avances. Los miembros de la Comisión Nacional de la Verdad y la Justicia ya han sido oficialmente investidos. La Comisión fue creada por decreto del Presidente Aristide y su gobierno para establecer la verdad sobre las violaciones más graves a los derechos humanos cometidas entre el 29 de septiembre de 1991 y el 15 de octubre de 1994, durante el gobierno militar golpista.
La Comisión buscará identificar a los responsables e iluminar las circunstancias de los abusos. También preparará un informe que incluirá recomendaciones para la reparación y rehabilitación de las víctimas, medidas para prevenir que se repitan las violaciones a los derechos humanos, reformas del sistema judicial, de las fuerzas de seguridad y de las fuerzas armadas y pasos para prevenir el resurgimiento de organizaciones ilegales como los grupos paramilitares.
El objetivo es poner fin a la impunidad y crear condiciones favorables a la reconciliación nacional y a la justicia para todos los haitianos. El trabajo de la Comisión no reemplazará sino que complementará el trabajo del Ministerio de Justicia. Los siete miembros de la Comisión son la socióloga Françoise Boucard, la abogada y educadora en derechos humanos Ertha Elysée, el antiguo director de Justicia y Paz padre Freud Jean, el abogado especialista en derechos humanos René Magloire, el militante en derechos humanos Bacre Waly Ndlaye y los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA Oliver Jackman y Patrick Robinson. El mandato está establecido por seis meses, con una extensión opcional de tres meses. La Comisión carece casi completamente de fondos y está buscando apoyo de gobiernos, organizaciones, fundaciones y otros donantes interesados.
Gracias a una iniciativa del Presidente Aristide, el Ministerio de Justicia está recibiendo fondos para apoyar la pronta investigación y proceso judicial de algunos de los casos más sonados de violaciones de los derechos humanos. Entre ellos, el asesinato del Ministro de Justicia Guy Malary y los de Antoine Izmery, el padre Jean Marie Vincent y Jean Claude Museau, así como el ataque contra el Obispo Willy Romelus a la salida de la Catedral. Un grupo de abogados haitianos viene trabajando sobre estos casos desde hace algunos meses a través del Ministerio de Justicia y recibe el apoyo técnico de un grupo de abogados extranjeros.
Comer, sobrevivirPara reducir el costo de la vida y mejorar las condiciones mínimas de la gran mayoría desposeída, se están abriendo en todo el país 15 almacenes comunitarios y 20 restaurantes comunitarios. También se puso en marcha el programa Soulaje Lamizé, que ofrece subsidios regularmente a familias pobres y a víctimas del golpe militar. En una reciente visita a la ciudad norteña de Port de Paix, el Presidente Aristide entregó un cheque de casi un millón de guardas para la apertura de restaurantes comunitarios para los más pobres de la región. Entregó también equipo agrícola y presentó el proyecto de construcción de un canal de irrigación para el Noroeste.
Desde el régimen de los Duvalier, los haitianos han huido en gran número de su país. Después del golpe de Estado de septiembre de 1991, una nueva ola de emigración llevó al mar a decenas de miles de personas que buscaban refugio en el extranjero. Además, aproximadamente 300 mil personas se convirtieron en refugiados internos, abandonando sus casas por miedo a la persecución de los militares. Decenas de miles cruzaron a la República Dominicana. De los que se escaparon en balsas muchos se ahogaron, algunos alcanzaron las Bahamas, Cuba y otras islas del Caribe, muchos fueron interceptados por los guardacostas de los Estados Unidos y forzados a regresar a un país plagado por el terror, otros fueron admitidos en los Estados Unidos o en otros países para tramitar sus solicitudes de asilo político. El Presidente Aristide inauguró recientemente un monumento a la memoria de los haitianos que murieron en el mar mientras huían de la represión bajo las dictaduras militares.
Puerto Rico, DominicanaTres programas de cooperación se están llevando a cabo entre el Ministerio de Agricultura de Haití y la Universidad de Puerto Rico en los sectores de pesca, agricultura y conservación del suelo. El primer programa intenta desarrollar la capacidad de Haití en la captura de frutos del mar ricos en proteínas. Se capacitarán especialistas en pesca con un enfoque administrativo que tenga en cuenta el control de la pesca y el mejoramiento del medio ambiente.
El segundo programa busca la autosuficiencia alimentaria y la conservación de los suelos. Se trata de entrenar a educadores bajo la supervisión de diez consejeros y de proporcionar a los productores variedades mejoradas de abono y otros productos agrícolas. Se espera mejorar la técnica de los productores agrícolas y de atenuar la crisis alimenticia. El tercer programa pretende establecer una red de acuacultura y de capacitar personal técnico que lo divulgue con eficacia.
Entretanto, florece un nuevo tipo de relación entre Haití y la República Dominicana. Hay un creciente movimiento de solidaridad entre los militares, sindicatos e intelectuales, que promueven mayores intercambios entre las dos sociedades. Ya se ha Registrado un aumento en el comercio, el intercambio educativo y los proyectos de colaboración, particularmente en las áreas de reforestación, energía, transporte y turismo. Cada semana alguna delegación de uno de los dos países Visita el otro. Está cada vez más aceptado que el bienestar de ambas naciones es mutuamente dependiente. Tal como el Presidente Aristide ha dicho en múltiples ocasiones: "Haití y la República Dominicana son las dos alas extendidas de un ave. Un ave que sólo levantará vuelo cuando ambas alas se muevan armoniosamente".
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