Nicaragua
Crisis financiera en Asia: causas y lecciones
Valpy Fitzgerald compartió con los estudiantes de la Maestría en Desarrollo de la UCA
y con envío, en una charla que transcribimos,
su valoración de la crisis de las finanzas asiáticas,
tan preocupante como anunciada.
Valpy Fitzgerald
La crisis financiera de Asia, la llamada "fiebre amarilla" que recorre el mundo, nos lleva a preguntarnos: ¿cuáles son las causas y cuáles las consecuencias de la inestabilidad que estamos observando actualmente en los mercados financieros internacionales? Nos interesa también esta pregunta: ¿cuáles pueden ser las consecuencias de todo esto en Centroamérica y en Nicaragua? ¿Hay lecciones para Nicaragua en la crisis asiática?
* Para comprender lo ocurrido en Asia es muy importante entender que el sistema financiero internacional de 1998 es completamente distinto al de 1982, cuando estalló la crisis de la deuda latinoamericana. Desde hace diez o quince años se vienen dando drásticos cambios en el funcionamiento del sistema financiero internacional, hasta transformar al sistema actual en un animal completamente distinto al anterior.
* El actual sistema financiero es inestable en sí mismo. Las crisis y los problemas que han surgido en Corea, en Malasia o en Hong Kong no surgieron ni por la especulación ni por políticas macroeconómicas erradas. Son consecuencia de cómo funciona el sistema en sí mismo.
* El primer gran cambio que ha habido en los últimos años en el sistema financiero internacional es la transformación en la oferta de los fondos que salen desde los países del Norte hacia los del Sur. Hoy existen cada vez más fondos en circulación. Los flujos de capital privado son en la actualidad unos 200 mil millones de dólares al año, diez veces más de lo que eran en los años 80. Ha habido un crecimiento vertiginoso de flujos de capital desde los países industrializados hacia los países en vías de industrialización. Este crecimiento de la oferta de fondos en el Primer Mundo es mejor entenderlo como un crecimiento de la demanda de activos financieros en países del llamado Tercer Mundo.
* Los flujos se han incrementado desmesuradamente. Y en la composición de estos flujos se han dado, a su vez, tres cambios fundamentales. El gran protagonista de la crisis de la deuda latinoamericana en la década de los años 80 fue la banca internacional. Primer cambio: aquel protagonista ha abandonado el escenario. Los bancos multinacionales ya no están hoy en día dedicados al negocio de prestar a los gobiernos de países en vías de desarrollo, como sucedía entonces. Ya se quemaron los dedos en la crisis de la década pasada y decidieron abandonar ese juego. Los grandes bancos se han salido también del proceso de intermediación en los países industrializados.
* Tradicionalmente, la función de un banco ha sido captar depósitos a corto plazo, de cuenta corriente, ahorros pequeños líquidos para trasladarlos a inversiones a largo plazo. Hoy en día, los bancos internacionales tal como están haciendo los bancos en Nicaragua no se dedican ya a esta tarea. Les interesa más, en la medida en que pueden, captar ahorros de largo plazo los de planes de pensiones, por ejemplo para prestarlos a corto plazo en mercados de acciones o en las bolsas. Así, la función económica de la banca, que fue históricamente la de trasladar ahorro pequeño y líquido hacia inversiones grandes y a largo plazo ha desaparecido casi del todo a nivel internacional como consecuencia del proceso de liberalización financiera que vive la economía mundial.
* El segundo gran cambio en la composición de los incrementados flujos de dinero del Norte hacia al Sur es la importancia que han adquirido en estos flujos los fondos de pensiones, que acumulan los ahorros o las pensiones o las primas de pensiones de los ciudadanos de los países desarrollados. Hoy en día, ese dinero que se invierte mayormente en bonos o en acciones es el principal participante en las bolsas europeas y estadounidenses y ya ha empezado a salir en busca de inversiones en los países subdesarrollados. Ese dinero constituye la mayor parte de los flujos de capital de corto plazo que desde el Norte se dirigen hacia América Latina y hacia Asia. Ya no se desplaza por el mundo el dinero de los bancos, hoy corren por el planeta los capitales de las pensiones de los trabajadores del Primer Mundo.
* En los Estados Unidos y en otros países el sistema de pensiones por jubilación ha cambiado completamente. Se ha pasado de un sistema de pensiones públicas o pensiones ocupacionales de ingreso garantizado a un sistema de pensiones basado en la capitalización del fondo de cada pensionado. Ahora sólo existen pensiones de jubilación de renta variable, no garantizadas. Ningún estadounidense tiene hoy una pensión que le garantice que va a recibir tanto al año cuando se jubile. Todo lo que reciba entonces depende de lo que acumulen sus ingresos en un fondo. Y todos los meses, o cada trimestre, ese estadounidense recibe un informe del administrador de su pensión, que le dice cuánto vale su fondo de pensiones en ese momento. Si un mes vale 100 mil dólares y él ha ahorrado un poco más valdrá 105, pero si las acciones subieron en la bolsa puede pasar de pronto a valer 150 mil, y el ciudadano estará muy feliz porque sus ahorros valen más.
* El dinero de los fondos de pensiones busca inversiones a corto plazo, con alta liquidez y alto riesgo, y con altas tasas de retorno. La razón por la que pueden, aun siendo fondos de pensiones, buscar inversiones de alto riesgo es que tienen carteras muy diversificadas. Esto quiere decir que compensan el riesgo que corren en un país con el riesgo que asumen en otro, el riesgo en una inversión con el riesgo en otra, el riesgo en un sector con el riesgo en otro.
* Cuando un ciudadano del Norte invierte en un fondo de pensiones, está pensando cobrar a 30 años plazo, cuando se jubile. Quien invierte en un fondo de pensiones no tiene la menor idea de cuál va a ser el valor de su pensión cuando se jubile, porque eso depende de cuán rentable sea el fondo que elige. Como no tiene garantizado nada, elegirá el fondo de pensiones que en el momento en que hace su inversión tenga más alto rendimiento. Con ese incentivo de la mayor ganancia en el corto plazo compiten entre sí los fondos de pensiones. Y esta competencia los lleva a actuar temerariamente: buscan siempre rentabilidad rápida con inversiones de alto riesgo, pero enseguida que olfatean algún problema, se salen del juego.
* El tercer gran cambio que se ha dado en relación con los flujos de capital que circulan por el mundo es un gran auge de la inversión directa en el exterior, debido a la globalización de los procesos de producción, que hace que gran parte de los procesos industriales se trasladen desde los países ricos hacia los países más pobres, provocando la creciente maquilización de la industria.
* En este proceso de inversión en el exterior ha habido también un cambio muy grande en los diez últimos años: la mayor tajada de la inversión directa en el extranjero ya no se dirige ni al sector exportador ni al sector industrial , sino que va hacia el sector servicios hoteles, restoranes, bancos, etc. . Cada vez más la inversión busca el sector de bienes raíces, las inmobiliarias. Como todos estos sectores no son transables, cuando el problema de un país es la necesidad de aumentar las divisas que generan sus exportaciones, esta inversión no resuelve nada, porque no contribuye a generar más divisas.
* Hace diez o quince años, los flujos de capital tenían una composición y unos orígenes diferentes. Predominaban los bancos, se privilegiaba la inversión directa en exportación y manufacturas y abundaban los flujos públicos. El Banco Interamericano de Desarrollo y los flujos bilaterales, los de gobierno a gobierno, dominaban el escenario. Hace diez o quince años, casi la mitad de todos los flujos que iban hacia los países en vías de desarrollo provenían de fondos públicos. Ahora, los fondos públicos no son ni una cuarta parte del total del capital que circula de Norte a Sur. Todo este conjunto de cambios ha conducido rápidamente a una inestabilidad permanente en las inversiones.
* Por el lado de la demanda de fondos o mejor dicho, de la oferta de pasivos , ha habido también cambios importantes en los países del Sur. El primero ha sido una liberalización generalizada de los mercados financieros, tanto en Asia como en América Latina, en el marco de una competencia bancaria muy intensa. Esto ha conducido a dos transformaciones de importancia. La primera es que la banca latinoamericana y en cierto grado, la asiática ha pasado de invertir en la industria y en la agricultura a invertir en bienes raíces y en la expansión del crédito al consumidor.
* La expansión del crédito al consumidor es un fenómeno que ha arrasado todo el Tercer Mundo. Obviamente, no se expande el crédito entre los consumidores pobres, sino entre los de la clase media. Una de las raíces de la crisis mexicana de 1994 95 fue la masiva expansión del crédito a los consumidores, y cuando fue necesario reducir el crédito, los consumidores no podían pagar los saldos de sus tarjetas de crédito. La crisis dio origen al primer movimiento social que se conoce en el mundo de endeudados por tarjetas de crédito.
* Segunda transformación: la masiva privatización de empresas públicas, ha atraído grandes flujos de inversión privada hacia los países en vías de desarrollo. Pero esta inversión se dirige prioritariamente hacia sectores no transables: comunicaciones, teléfonos, agua, energía, gas, etc., sectores que tampoco generan directamente divisas ni mejoran la situación de bajas exportaciones.
* Otro cambio que ha ocurrido en el Sur, y que está empezando también a aparecer en Centroamérica y en Nicaragua, es la expansión del mercado local de deuda pública. Como en los años 80 los países en vías de desarrollo vieron bloqueada su capacidad de conseguir préstamos del sistema bancario internacional para el sector público, empezaron a emitir bonos locales a altos tipos de interés. Hoy, en casi todos los países en vías de desarrollo existen mercados locales de deuda pública con tasas de interés variadas.
* Todos los cambios ocurridos en los países del Sur coincidieron históricamente con el creciente interés por la inversión a corto plazo en el Norte. El auge, en el Norte, de la demanda de activos a corto plazo, de alto riesgo y de alta rentabilidad, coincidió con la expansión, en el Sur, de la oferta de pasivos de este tipo. Hubo cambios en el Norte y en el Sur y hubo desregulación en el Sur y en el Norte. Coincidieron la liberalización y las transformaciones financieras tanto en el Norte como en el Sur, y todo esto alimentó los flujos de capital.
* Las crisis surgen porque el mercado financiero que se ha desarrollado al calor de este conjunto de cambios es inestable en sí mismo. Los mercados financieros operan con un sistema de racionamiento del crédito (credit rationing): la cantidad de crédito que demandan las empresas y los consumidores es siempre mayor que la cantidad de la que disponen los bancos y en consecuencia, los bancos racionan el crédito y sólo prestan las cantidades que tienen seguridad de recuperar. Pero el mercado no se cierra nunca por un modelo simple, como nos enseñan a veces en los libros de texto, cuando nos dibujan una curva aquí, otra allá con el tipo de interés, y otra aquí con el monto de dólares y aquí el ahorro y aquí la inversión y se debe lograr un equilibrio en el mercado de capitales con un tipo de interés determinado y un cierto flujo de fondos... Esto no es lo que está pasando en la realidad en los mercados de capital o de crédito ni a nivel nacional ni a nivel internacional.
* Hoy, los tipos de interés a largo plazo en términos reales están bajando en todo el mundo y además, están convergiendo. Las tasas de interés que pagan distintos países no reflejan realmente el riesgo. Esto es lo mismo que pasa con un banquero que cobra una tasa de interés muy semejante a muy distintos tipos de clientes y para cubrir los riesgos, pone límites de cartera en la cantidad que presta a determinados clientes.
* Otro problema del actual mercado financiero es la llamada información asimétrica. Los inversores tienen mucho dinero entre manos, pero muy poco conocimiento de los países o de los sectores de los países en los cuales están invirtiendo y no están dispuestos a gastar ni los recursos ni el tiempo necesarios para conseguir esa información. Yo he hablado con jóvenes que manejan fondos de inversión en los Estados Unidos y en Inglaterra y también con los que operan las grandes compras y ventas de bonos a nivel internacional, y apenas saben encontrar en un mapa a México o a Argentina, no diferencian a un país de otro, su información sobre lo que ocurre en cualquier país del Sur es mínima, y obviamente no hablan español.
* En un mercado así, cuando un inversor toma una decisión, todos los demás corren tras él, porque es más rentable estar con el mercado que completamente desfasado de él. Esta tendencia que en inglés llamamos con una palabra equivalente a "instinto de manada": donde va uno van todos ha sido reforzada por las computadoras. La gente sólo trabaja ocho horas, pero los mercados operan las 24 horas. Durante la noche todas las computadoras del sistema financiero global quedan encendidas y programadas con instrucciones para la compra y venta automática de acciones y de bonos en las bolsas internacionales: si baja más de dos puntos vende, si sube más de dos puntos compra. No es mera coincidencia que uno de los momentos más graves del crack de Corea y del crack de México ocurrieran en tiempo de Navidad, precisamente cuando los operadores de las computadoras están en largas vacaciones y dejan durante más tiempo a las computadoras entregadas a su automatismo.
* En la Navidad de 1994, cuando estalló la crisis mexicana, muchos yuppies encargados de la compra y venta de acciones y bonos recibieron la noticia cuando estaban esquiando en Colorado o en Aspen. Se deslizaban por la nieve cuando sonó su celular avisándoles que estaba bajando el peso mexicano y ellos, sin dejar de bajar por las blancas montañas, ordenaban: Sell, sell, sell! y siguieron esquiando... Hoy, el mercado se mueve conjuntamente y automáticamente.
* En tiempos de crisis, la única defensa que tiene un inversor de este tipo, un inversor como los actuales, es mover su cartera, cambiar muy rápidamente la composición de sus inversiones. El inversor actual busca siempre la liquidez, y cuando le llega cualquier información negativa, se sale rápidamente del mercado. Su defensa es completamente distinta a la defensa tradicional del banquero. Si un banquero tiene problemas con su dinero en algún país, presiona al gobierno de ese país para que le paguen. Lo hace a través del Fondo Monetario o de la embajada de Estados Unidos o directamente a través de su sucursal en el país. Pero eso no es lo que hacen los inversionistas actuales. Lo que ellos hacen es salirse de repente del mercado, irse. Ha cambiado radicalmente la dinámica: las largas negociaciones que tuvimos con los banqueros internacionales en la Nicaragua de los años 80 ya no existen. Ahora, todo se resuelve en cinco minutos.
* Estos cambios radicales también han ocurrido en los Estados Unidos y en Europa. Sin embargo, en los países del Norte no causan tanta inestabilidad como en los del Sur, porque en el Norte existen tres instituciones para asegurar la estabilidad financiera. La primera es la institución que llamamos el market maker, literalmente los "hacedores de mercado". Dentro del mercado de Nueva York o de Londres, existen grandes empresas siempre dispuestas a comprar y a vender acciones a precios que se mantiene dentro de una banda determinada, precios que se establecen de forma pública. Los market makers compran o venden en las bolsas de Nueva York, Londres o Tokio o en otros centros financieros, donde sea. Estas empresas "hacen mercado" porque vendedores y compradores de acciones saben que, con ellos, siempre pueden vender o comprar acciones. No le sucede lo mismo al campesino de Ticuantepe que viaja a Managua al Mercado Oriental a vender sus piñas y para su sorpresa se encuentra con el mercado abarrotado de piñas y para su angustia oye que las vivanderas no le quieren agarrar la piña ni regalada y tiene que botar su producto. No le sucede nunca esto a los que quieren vender acciones en la Bolsa de Nueva York. La existencia de los market makers, que operan como "mayoristas financieros", garantiza que esto no suceda. Quien es dueño de acciones, sabe que siempre podrá venderlas a un precio razonable y, aunque en una crisis tenga una pequeña pérdida, sabe que no lo perderá todo. Los market makers ofrecen permanentemente una amplia información de los altibajos del mercado. Market makers como Solomon Brothers, Meryl Lynch o Goldman Sachs son en cierta forma oligopólicos y actúan como fuerzas estabilizadoras del mercado.
* La segunda institución que garantiza la estabilidad en los países del Norte es la que cumple la función de prudential regulator en Nicaragua el similar sería la Superintendencia de Bancos , que en Estados Unidos se llama Security and Exchange Comission. El papel de esta institución es asegurar que los inversores no se comporten demasiado arriesgadamente con los depositantes. Esta función es necesaria porque siempre en el mercado financiero y especialmente en el actual la demanda de fondos excede la oferta de fondos y no hay equilibrio. A la tasa de interés existente, siempre hay un exceso de gente que quiere dinero. Por lo tanto, el punto de equilibrio no lo determina el demandante sino el ofertante. Lo determina la decisión de quien presta el dinero más que la voluntad de quien lo pide prestado. Para estabilizar el mercado financiero interno, en Estados Unidos no se regula a quienes piden prestado sino a los que prestan. Se regula a los inversores, a los fondos de pensiones, a los bancos. Si hay bancos que están prestando a las empresas, las autoridades financieras públicas no inspeccionan a las empresas sino a los bancos. Es curioso: a nivel internacional, el Fondo Monetario nunca inspecciona a los que prestan sino a los que piden prestado...
* La tercera institución estabilizadora en el Norte es el llamado lender of last resort (prestamista de última instancia). Cuando en el mercado financiero nacional falta liquidez, cuando se produce un pánico por falta de dinero, es responsabilidad del Banco Central proveer suficiente circulante para estabilizar el mercado. Lo provee básicamente comprando títulos financieros en el mercado e ingresando más circulante al mercado. Ofrecen activos líquidos y adquieren activos no líquidos, y así aumentan la liquidez del mercado.
* Estas tres instituciones son muy importantes para el buen funcionamiento de un sistema financiero. Las tres evitan crisis nacionales. Lamentablemente, a nivel internacional no existe ninguna de las tres. El mercado financiero global no tiene market makers, ni prudential regulators ni lenders of last resort. Y el Fondo Monetario Internacional y el Grupo de los Siete son instituciones totalmente inadecuadas para asumir cualquiera de estos tres papeles.
* Todo esto nos permite entender mejor la naturaleza de la crisis financiera en Asia. La crisis se origina tanto en Asia como en los países industrializados que invertían en Asia. La expansión masiva de capital de corto plazo en busca de alta rentabilidad ha hecho llegar un exceso de fondos a los mercados asiáticos. Cuando entran muchos fondos en un mercado, empiezan a subir los precios de los activos financieros en venta en ese mercado. Y viendo subir el precio de los activos, llegan nuevos fondos. Se trata de un proceso acumulativo, conocido como "burbuja". Suben los precios, entran más y más fondos, pero como la información que tienen sobre el país en cuestión los corredores de bolsa (traders) en Londres o en Nueva York es mínima, lo único que ven ellos es que la bolsa de Tailandia está subiendo, inflándose como una burbuja. Es la única información que tienen, ninguno de ellos está investigando nada de lo que está ocurriendo en el país. Una de las fuentes de información que podrían tener serían grandes bancos como el Meryl Lynch o el Goldman Sachs. Pero, cuando hay una nueva emisión de deuda privada o de deuda pública en Tailandia o en México o en Polonia, los corredores de bolsa emplean a estos mismos grandes bancos para que vendan sus bonos y son estos mismos grandes bancos los que llegan a los fondos de pensiones a venderles los bonos polacos, mexicanos o tailandeses. En el actual sistema, los grandes bancos han dejado de ser una fuente de información independiente, porque su objetivo es vender más y más bonos.
* En 1997 toda esta realidad financiera se combinaba con una marcada y preocupante sobrevaluación de la bolsa en los Estados Unidos y también en Europa, especialmente por una fiebre de fusiones entre empresas, particularmente grandes empresas de telecomunicaciones y de algunos otros sectores. Encima de esto, había una alta inestabilidad entre el yen japonés, el dólar estadounidense y el marco alemán es decir, el euro . Esto creó una especie de triángulo que forzó por arriba al dólar, aunque todo el mundo sabe que el alza del dólar es artificial y todo el mundo está pendiente de su baja. Si a esta situación de inestabilidad en los mercados de divisas agregamos las incertidumbres de 1997 sobre el traspaso de Hong Kong a China o sobre el futuro de la unión monetaria europea, era lógico que se viviera en un mercado financiero enormemente incierto.
* Incierto pero apetecible. Cuando hablo con quienes invierten en los mercados asiáticos y les pregunto por qué si estos mercados son tan inestables no se salen de ellos, siempre responden: "Sabemos que va a haber problemas en Asia, pero no sabemos cuándo. Entonces, si la crisis va a ser el lunes, yo sigo allí hasta el viernes. Pero si la crisis no es hasta el otro mes..." Por los altos rendimientos que tienen, la tentación de mantenerse en estos mercados es muy grande.
* Para entender la crisis hay que entender bien que la composición de las carteras de inversiones resulta hoy muy distinta a la que existía cuando se produjo la crisis de la deuda de los años 80. Básicamente, porque en los 80 se trataba de deuda pública y ahora se trata de deuda privada. El origen de la crisis financiera mexicana de 1994 fue la deuda privada. La crisis tailandesa ha sido de deuda privada, la crisis indonesia, igual. Se trata de deudas contraídas por empresas inmobiliarias o por corporaciones o por bancos privados en el exterior. No se trata de gobiernos endeudados por enormes préstamos internacionales. Los préstamos bancarios de la crisis de los 80 siempre se pueden renegociar y con calma. Ahora no. Ahora se trata de participaciones líquidas, con bonos y acciones, de capital de corto plazo, y el prestamista, en vez de negociar, ¡huye de pronto!
* En el momento en que la crisis llegó a la cima de la burbuja, y los primeros inversores empezaron a abandonar los mercados asiáticos, los precios empezaron a bajar. Cuando el precio de los activos empieza a bajar, empieza la desbandada de todos los inversores. Y cada uno que se va, deprime más y más el precio. Cada uno acelera su salida, porque el último que se va es el que pierde todo su dinero. Para entender esto hay que saber que quienes operan en este tipo de mercados reciben ganancias fabulosas, basadas en comisiones sobre las operaciones exitosas.
* En el actual mercado financiero, es totalmente normal que muchachos de menos de 25 años, empleados de grandes empresas dedicadas a este tipo de inversiones en Londres , recibieran por Navidad comisiones de hasta un millón de libras. ¡Ganan millón y medio de dólares anuales! Estos muchachos tiemblan cuando ven peligrar ganancias tan desproporcionadas y esto los conduce a una actividad inversora muy errática. Naturalmente, los jefes de estos muchachos reciben ganancias que son el doble o más de las de sus subordinados y no van a cuestionar lo errático de sus actividades...
* La entrada a los países del Sur de masivos capitales de corto plazo conduce a una expansión del crédito al consumidor, trae siempre un boom de consumo, como sucedió en México. También conduce a una expansión del crédito a los sectores de bienes raíces y servicios. El problema empieza cuando ese dinero líquido se escapa. Si alguien recibió un crédito para comprarse un carro, no puede pagar el crédito porque no puede vender de inmediato el carro. Si el crédito fue para construir un centro comercial tipo mall o un nuevo residencial, y el banco pierde el depósito, el banco no puede recuperar el crédito, porque el activo contra el cual está el residencial o la construcción no es vendible a corto plazo. En una crisis financiera, los activos son más difíciles de vender. Cuando se da una contracción financiera, al que tiene una deuda en su tarjeta de crédito se le hace más difícil pagarla. En un declive financiero se le hace más difícil a una constructora vender las casas. En la crisis, un activo que valía tanto un día, puede valer la mitad al día siguiente. Es en esa asimetría de la liquidez en donde se expresa la crisis y no en las tasas de interés.
* Con la crisis asiática, el Fondo Monetario, y tras el Fondo los estadounidenses, se vieron enfrentados a un problema muy serio: el colapso del valor de los activos asiáticos podía impactar muy negativamente en el valor de los fondos de pensiones en los Estados Unidos. Hubo un miedo político muy grande en el gobierno de Estados Unidos por la reacción popular ante la baja del valor de sus pensiones. Y fue ese miedo el que decidió al gobierno estadounidense a autorizar rápidamente una operación financiera para respaldar el valor de los activos de los países asiáticos.
* La operación estuvo destinada a proveer liquidez a estos países, obviamente de forma temporal. Al cabo de un tiempo, volverán a pedir préstamos de largo plazo para reemplazar la liquidez que les dieron en la emergencia. En el sistema financiero internacional nadie estaba preparado para una operación de este tipo, que fue orientada por el cortoplacismo, juntando fondos de donde pudieran sacarse.
* El Fondo Monetario y el gobierno de Estados Unidos movilizaron hacia Asia, como parte de esta operación rescate, un enorme volumen de fondos: casi cien mil millones de dólares. La suma aparece en su exacta dimensión teniendo en cuenta que el monto total de la ayuda oficial anual a todo el Tercer Mundo es solamente de 35 mil millones. Así, para las operaciones en rescate de la economía asiática se ha movilizado tres veces más dinero que el de toda la ayuda al desarrollo al Tercer Mundo. Comparándolo con otra cifra: el flujo neto de inversión privada en todos los países en vías de desarrollo fue en 1997 de unos 200 mil millones de dólares. El Fondo Monetario y el gobierno de Estados Unidos movilizaron la mitad de esa cantidad en cuestión de semanas para apoyar las operaciones de rescate en Asia.
* Una cuestión inquietante es por qué el Fondo Monetario, por qué los inversionistas privados, no previeron la crisis asiática. La respuesta tiene mucho que ver con el hecho de que este tipo de crisis son privadas, no públicas. Muchos de los indicadores que se usan en los programas de ajuste para medir si una economía es estable o no deuda pública contra PIB, déficit fiscal, tasa de inflación , son completamente inútiles cuando la crisis se da en el sector privado y no en el sector público. Y ésta es una de las grandes limitaciones de las políticas del Fondo Monetario en casos como el de Asia. Porque el instrumental del FMI sólo actúa sobre la restricción del gasto fiscal y sobre la estabilización monetaria, lo que resulta totalmente inadecuado para dar respuestas en crisis como la asiática.
* La falta de previsión de la crisis plantea una interrogante muy seria. ¿Por qué el Standard and Poors o el Moodys u otros expertos no previeron la crisis? No lo hemos descubierto todavía. Hubo gente que anunció que algo así iba a pasar. Me incluyo entre esta gente, pero no aposté ni un dólar de mis ahorros, lo que quiere decir que tampoco estaba tan seguro. Pero, con la experiencia latinoamericana, era muy obvio lo que estaba ocurriendo, al observar el grado de endeudamiento del sector privado. No existen todavía instrumentos para controlar los flujos masivos de inversión privada de corto plazo. No existen mecanismos para impedirlos. El único mecanismo que se ha usado hasta ahora es el del prestamista de última instancia. En casos así, este prestamista es el Fondo Monetario, que presta a los gobiernos, para que después los gobiernos presten a los bancos nacionales y para que los bancos nacionales presten a las empresas privadas. Este círculo de préstamos está generando una nueva deuda pública externa.
* Las políticas de estabilización tipo ESAF, que está implementando el Fondo Monetario en Indonesia, Tailandia, Corea, y por todas partes, son totalmente inadecuadas en casos de crisis en estos países. Porque suponen más recorte del gasto público, que deprimen todavía más la economía. Porque suponen alzas en la tasa de interés, lo que sobrevalúa la moneda todavía más. Y porque suponen y ésta me parece la medida más errónea porque presionan para que haya más liberalización y más desregulación del sistema financiero.
* La política más adecuada en crisis de este tipo sería imponer más controles sobre el movimiento de capital, pero la política que propone el Fondo Monetario es exactamente la inversa: desregular y liberalizar más los mercados financieros. Existe actualmente una presión muy fuerte del FMI sobre todos los países asiáticos para que eliminen los pocos controles que aún mantienen sobre su sistema financiero. La razón es demasiado obvia: a las empresas financieras de Estados Unidos les interesa sobremanera penetrar el mercado coreano y el mercado japonés. Al calor de la crisis, Estados Unidos quiere evitar a toda costa una decisión conjunta de los asiáticos que vuelva a cerrar sus mercados de capital para poder controlarlos. Estados Unidos los quiere abiertos.
* ¿Cuáles son las consecuencias de todos estos cambios internacionales y de estas crisis para Centroamérica? Centroamérica tiene la suerte si queremos llamarle suerte de no haber sido receptora de fondos de carteras de inversiones de corto plazo tanto como lo han sido Brasil, Argentina o México. La "fiebre amarilla" no nos ha afectado tanto.
* Pero la crisis asiática nos va a afectar. Va a haber menos disponibilidad de fondos a corto plazo para la región, porque existe mucho nerviosismo entre los inversores estadounidenses, aunque no se prevé una subida importante en las tasas de interés en los Estados Unidos. Aparte de esto, no existe ninguna razón para que no siga creciendo el flujo de inversión directa desde los Estados Unidos hacia Centroamérica o para que se detenga el flujo inversor entre los países centroamericanos. Los factores que generan ese flujo son tres básicamente y no han variado con la crisis.
* El primero de esos factores es el regreso de muchos de los capitales fugados de Centroamérica en los años 80 y primeros años 90. El segundo factor es la ola de privatizaciones, que está atrayendo mucho capital. El tercero es el movimiento de ciertas partes de los procesos de producción sobre todo, en trabajos intensivos hacia los países centroamericanos, por los bajos salarios que se pueden pagar en las maquilas de la región. Ninguna de estas tres tendencias está afectada por la crisis asiática.
* Donde sí se notarán cambios para Centroamérica será en los flujos de inversión directa que nos llegan desde Japón, Corea o Taiwan. Estos inversores van a retraerse a causa de sus graves problemas financieros. Su retraimiento intensificará el proceso de inversión estadounidense y el proceso de inversión entre los centroamericanos.
* Cambios muy grandes se pueden esperar en los flujos oficiales, en la cooperación internacional. Porque, con la crisis y las operaciones de rescate, el Fondo Monetario ha tenido que asumir préstamos enormes, sin precedentes en su historia. Y tiene en puertas una anunciada y nueva operación de rescate en 1998: la que tendrá que asumir, con una inyección de fondos aún mayor, ante el colapso del sistema financiero ruso. Esto quiere decir que la disponibilidad de fondos del FMI para ESAFs y otros programas dirigidos a los países en vías de desarrollo va a ser bastante limitada.
* También van a disminuir los fondos especiales de cooperación externa de Japón en Centroamérica. Y es muy probable que disminuyan también los fondos de Europa , que se va a ver más involucrada en el caso ruso y moverá más sus fondos de cooperación hacia Africa, continente envuelto en una cadena de emergencias.
* Lo más lamentable de todo es que no hay indicios de que, como consecuencia de este proceso de cambios y de crisis, el FMI vaya a cambiar el diseño de los ESAFs. Se podría esperar que el FMI aprendiera de estas experiencias y cambiara la modalidad de sus ajustes estructurales, pero no existe ninguna señal. Sí las hay de que pueden ser más duros en la condonación de deudas, porque esto causaría mayor intranquilidad e incertidumbre entre los inversores.
* La crisis asiática nos exige repensar las políticas actuales de desregulación financiera en la región centroamericana. La actual carrera para desregular, para liberalizar los mercados financieros, para expandir a cualquier costo y de cualquier modo el crédito al consumo, para permitir a los bancos abandonar la inversión industrial y agropecuaria y moverse hacia los bienes raíces y hacia el crédito al consumidor, puede ser muy peligrosa. Existe hoy en Centroamérica la tendencia a un ahorro de corto plazo y líquido y a que las empresas centroamericanas se endeuden en el exterior porque las tasas de interés son mas bajas que las tasas en los mercados locales. Son grandes riesgos.
* El riesgo mayor es la actual tendencia, muy marcada en América Latina y especialmente en Nicaragua, a la sobrevaluación de la moneda nacional. Es evidente que, como táctica anti inflacionaria, el córdoba está muy sobrevaluado y lo que el ESAF firmado por el gobierno liberal propone frenar el deslizamiento y apoyar una tasa de cambio sobrevaluada con más endeudamiento externo o más cooperación internacional tendrá obviamente el efecto de deprimir las exportaciones y fomentar un nivel de importaciones casi doble al de las exportaciones.
* Por este camino, la crisis en Nicaragua y en Centroamérica está a las puertas. Todos estos factores se daban en el crack asiático, todos se dieron en el crack mexicano. Y aunque en Centroamérica no tengan estos factores el mismo nivel que el que tenían en México, Corea o Tailandia, la debilidad de nuestras economías haría más difícil de aguantar los efectos de una crisis de este tipo.
* Es urgente repensar con cautela no sólo las políticas macroeconómicas de los gobiernos, sino la estrategia financiera de nuestros países. Una estrategia de inversión inadecuada, no sólo por inestable sino por el apoyo que se está quitando a la inversión agropecuaria y agroindustrial de largo plazo para orientarla a los sectores no transables, impedirá generar las exportaciones necesarias para mantener la moneda de manera estable.
* La "fiebre amarilla" nos ha afectado a todos. En el organismo centroamericano nos deja dos señales: no habrá muchos cambios en la inversión privada y habrá restricciones sustanciales en la ayuda externa. Pero sobre todo, la fiebre asiática nos deja una advertencia: los sistemas financieros centroamericanos, con síntomas más leves pero parecidos a los que causaron la crisis, deben aprender algo de esta traumática experiencia.
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