Internacional
Theo Van Boven: Racismo y Discriminación Racial
Del 14 al 21 de diciembre se realizó en Managua un seminario de las Naciones Unidas sobre Racismo y Discriminación Racial. Este seminario es el tercero de una serie de seminarios regionales impulsados por las Naciones Unidas en la Década contra el Racismo y la Discriminación Racial, que comenzó en 1973.
Theo van Boven
A Managua llegaron participantes de todo el mundo, especialmente de América Latina. Además de los delegados oficiales nombrados por cada gobierno, estuvieron presentes representantes de algunas organizaciones no gubernamentales, como el Consejo Internacional de Indios, El Consejo Mundial de los Pueblos Indígenas y OXFAM. También asistieron algunas organizaciones de las Naciones Unidas como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y algunos invitados especiales del Gobierno de Nicaragua como los pertenecientes al Movimiento de Indios Americanos y al Instituto de Estudios Políticos.
Las presentaciones que hicieron Glyde y Vernon Bellecourt del Movimiento Indio Americano fueron muy bien recibidas. Ellos sintetizaron la larga historia de discriminaciones y de Tratados no cumplidos que los indígenas de los Estados Unidos han sufrido por siglos. Otra presentación que impactó mucho fue la de un miembro del Comité de Unidad Campesina (CUC), que representa a 150,000 personas de Guatemala, de las cuales el 80% son indígenas. En ella, fueron denunciadas las masacres que sistemáticamente estas llevan a cabo las fuerzas del gobierno de Guatemala durante los últimos años contra las comunidades indígenas de aquel país.
Como en otras conferencias, no hubo resoluciones llamativas, pero sí reafirmaciones de trabajo hacia la eliminación racial y un énfasis especial en cubrir las necesidades de la gente indígena. Hizo un llamado a profundizar las relaciones internacionales, en la búsqueda de estructuras más justas. Para Nicaragua el hecho de que este Seminario se llevara a cabo en su territorio, fue un factor bien importante. Existen en el extranjero muchas acusaciones sobre presuntas violaciones de Derechos Humanos así como intentos de manipular los problemas de los indígenas y de la población de color en la Costa Atlántica, con el fin de aumentar los problemas que tiene que afrontar el gobierno para llevar a cabo los fines de la revolución. Este seminario fue una oportunidad para que personas de todo el mundo pudieran vivir en Nicaragua y ver personalmente las condiciones que vive el país. Muchos de los delegados confesaron que antes de venir habían tenido prejuicios a causa de los reportajes y noticias que ellos habían leído en los medios de comunicación. Inclusive algunos gobiernos, como el de los EE.UU. les aconsejaron que no vinieran. Muchos de estos delegados y miembros de las Naciones Unidas que estuvieron ayudando y colaborando en el Seminario, expresaron su disgusto por la distorsión que sufre la realidad de Nicaragua en el exterior.
Entrevista con Theo Van BovenEntrevistamos a Theo Van Boven, Director de la División sobre los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y representante del Secretario General de las Naciones Unidas para este seminario.
PREGUNTA: ¿Puede darnos algunos antecedentes sobre este Seminario?
Theo Van Boven: Este Seminario que se está realizando ahora en Nicaragua es una parte de los programas que han organizado las Naciones Unidas para la década contra el Racismo y la Discriminación Racial. Esta Década corre el año 1973 al 1983, y la Asamblea General de las Naciones Unidas ha pedido al Secretariado General la organización de diversos seminarios a nivel regional para discutir los problemas de la Discriminación Racial en las regiones a fin de poder llegar a ciertas conclusiones y recomendaciones que puedan servir de guía en el futuro a varios órganos políticos como la Comisión para los Derechos Humanos y la Asamblea General de las Naciones Unidas.
PREGUNTA: ¿Quienes fueron invitados?
Theo Van Boven: La fórmula establecida es que sean invitados todos los miembros de las comisiones económicas regionales de las Naciones Unidas. En este caso, las invitaciones fueron para todos los miembros de la Conferencia Económica de América Latina.
PREGUNTA: ¿Es miembro de esta comisión los Estados Unidos?
Theo Van Boven: Sí, los Estados Unidos forman parte de esta Comisión, pero han declinado participar en base a la determinación adoptada de no tomar parte en ninguna de las actividades de esta Década contra el Racismo a partir del año 1975, cuando las Naciones Unidas formularon su famosa resolución afirmando que el sionismo es una forma de racismo.
PREGUNTA: ¿Puede decirnos quién más está en esta conferencia?
Theo Van Boven: Sí, es muy importante este tipo de problemas sean discutidos no solamente por aquellas personas nombradas por los gobiernos y que expresan sus puntos oficiales de vista. Particularmente en el área de los Derechos Humanos es muy importante saber qué piensan las organizaciones no gubernamentales. Y ciertamente, muchas de estas organizaciones que tienen en las Naciones Unidas rango consultivo, fueron invitadas para asistir a este Seminario. Ellas no tienen derecho a voto, pero sí lo tienen para hacer oralmente o por escrito sugerencias y enmiendas, y en muchos aspectos, su contribución es indispensable para nuestro trabajo. Además, en lo que se refiere a los pueblos indígenas no sólo los gobiernos o personas de fuera de sus comunidades deben hablar sobre sus problemas, sino que deben hablar por sí mismos, por eso es ciertamente positivo que en los últimos 5 o 10 años, muchos de estos pueblos indígenas hayan creado sus propias organizaciones y que éstas hayan adquirido rango consultivo en las Naciones Unidas. De este modo sus voces pueden ser escuchadas en las mismas Naciones Unidas y en Seminario semejantes a este de Managua.
PREGUNTA: ¿Cuáles son los resultados que esperan las Naciones Unidas de esta Década contra la Discriminación Racial?
Theo Van Boven: La lucha contra el Racismo es muy compleja. También es muy larga y se han de usar diversas estrategias. Por ejemplo, en lo que respecta a Sudáfrica, las Naciones Unidas están utilizando una estrategia especial. Se quiere aislar a este país y pide un boicot de armas. Pero en lo que se refiere a otros países en los que el Racismo no está institucionalizado, las Naciones Unidas utilizan otros medios. Generalmente intentan hacer un diálogo con estos países en orden a impresionarles en la necesidad de la propia educación y formación. Como Comité, les avisan y aconsejan por ejemplo un cambio en la legislación y el establecimiento de Comités de relaciones sociales. La verdadera lucha se realiza a nivel nacional. Las Naciones Unidas pueden sugerir o recomendar solamente. Y es muy difícil el intervenir a nivel nacional, aunque ciertamente tenemos que presionar y animar a un cambio.
PREGUNTA: Ahora estamos en América Central. ¿Qué piensa la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Discriminación y los Derechos Humanos específicamente en el área centroamericana?
Theo Van Boven: Bien, la Comisión sobre los Derechos Humanos no ha empezado una evaluación muy sistemática de los Derechos Humanos en ninguna parte del mundo. Personalmente desearía llegar a tener una política más responsable en esta materia y preparar un extenso reportaje sobre los Derechos Humanos en todos los países del mundo. Hasta el presente, las Naciones Unidas han seleccionado y singularizado solamente un número de países para su especial estudio porque sienten que pueden existir graves y consistentes violaciones de los Derechos Humanos en dichos países. Por ejemplo, en América Central, la Comisión sobre los Derechos Humanos y la Asamblea General están conmovidas por la situación de El Salvador y Guatemala, por las violaciones, por estudiarlas a fondo y pronunciarse sobre ellas mediante la adopción de resoluciones. En lo que respecta a Nicaragua la Comisión sobre Derechos Humanos y la Asamblea General estudiaron su situación particular en los años de 1978 y comienzos de 1979. Eran los años en los que reinaba el terror en Nicaragua. Muchas personas eran masacradas, asesinadas y torturadas y esto preocupaba grandemente a la comunidad internacional y a la Comisión para los Derechos Humanos y a la Asamblea General. Por eso en aquellos tiempos se adoptaron resoluciones sobre los Derechos Humanos en este país. Ahora, desde el cambio político en el año 1979, la Comisión no está excesivamente preocupada sobre Nicaragua. Solamente después del 79 se adoptó una resolución para traer la atención de Nicaragua sobre ciertos servicios consultivos, porque el trabajo de esta Comisión no es solamente el condenar las violaciones sino también es asistir positivamente, para solucionar las consecuencias de aquellas violaciones.
PREGUNTA:¿Qué piensa usted sobre la situación actual que vive Nicaragua, en sí misma y en comparación con otros países de América Central en lo que respecta a los Derechos Humanos?
Theo Van Boven: Bien, es un problema difícil porque me parece a mí que Nicaragua está sujeta a los vaivenes de izquierda o de derecha de la política internacional, y, además tengo la impresión de que a veces se está dando una visión distorsionada de este país al extranjero. Yo no estoy en posición para investigar o evaluar plenamente la situación aquí, pero pienso y coincido con conversaciones que he mantenido con representantes de organizaciones internacionales que residen en Nicaragua, que este gobierno está realmente decidido a seguir una política muy humana y también pienso que no hay comparación posible entre Nicaragua y algunos países vecinos en donde la vida humana no vale nada y en donde el pueblo es torturado: y esto me lo confirman colegas de instituciones internacionales como la Cruz Roja Internacional, el Alto Comisionado para los Refugiados, que agradecen mucho la colaboración que ellos reciben de parte del Gobierno de Nicaragua para llevar a cabo su humanitaria tarea.
PREGUNTA:¿Piensa usted que el gobierno de Nicaragua está abierto a cualquier clase de investigación que las Naciones Unidas quisieran hacer un este país?
Theo Van Boven: En lo que respecta a Nicaragua, a partir de 1980 forma pare de la Convención Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos y también ha firmado un protocolo, según el cual ciudadanos de este país pueden someter sus quejas a las Naciones Unidas. Pienso que todo esto es un paso muy positivo. Nicaragua está realmente dispuesta a cualquier escrutinio internacional. Sobre esto tengo que añadir que Nicaragua ha aceptado visitas de varias organizaciones internacionales en orden a ser investigada la situación de los Derechos Humanos. Yo puedo mencionar la visita de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos cuyo reporte fue publicado en el curso del año 1981. Es verdad que este reporte contiene alguna críticas pues en el mundo no existe ningún paraíso, pero este informe es positivo en cuanto a las intenciones y estas del Gobierno. Desearía también mencionar que Nicaragua ha aceptado las visitas de organizaciones no gubernamentales de los Derechos Humanos, como Amnesty International, y la Comisión Internacional de turistas. Yo me alegro con esta actitud del gobierno que afirma que cualquiera que desee investigar la situación en que vive Nicaragua será bienvenido.
PREGUNTA:Cuando las Naciones Unidas investigan un país y llegan a la conclusión de que existen en él serias violaciones contra los Derechos Humanos y la Discriminación Racial, ¿sus resoluciones causan efecto en aquel país que ha sido encontrado culpable?
Theo Van Boven: En cierto sentido digo que sí. Particularmente en otros aspectos, ciertamente cuando un gobierno es citado por las Naciones Unidas en una resolución, él es consciente de que está siendo vigilado y quizás esto sirva como restricción para que no siga actuando como lo estaba haciendo antes. Pienso que ningún Gobierno es totalmente insensible a esto. Los países hacen grandes esfuerzos en las Naciones Unidas para evitar el ser condenadas por ellas.
En segundo lugar, pienso que un pronunciamiento de las Naciones Unidas en este sentido es un apoyo moral para aquellas personas u organizaciones que en aquel país trabajan por los Derechos Humanos. Yo he tenido muchos contactos con estos defensores de los Derechos Humanos y ellos me han dicho a mí: "Por favor, ustedes como Naciones Unidas no nos abandonen, porque ustedes son nuestra esperanza". Y me gustaría hacer más por estos países, pero necesariamente hemos de ser selectivos, esta es la verdad, sin embargo, trabajamos al menos, por aquellos pueblos cuyas circunstancias políticas nos lo permitan.
Hay también otros factores importantes y quisiera hacer mención de un tercero que tal vez sea de otra naturaleza, pero que toca a la credibilidad de esta organización mundial. Las Naciones Unidas han proclamado normas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y varios Tratados sobre estos Derechos. Si ella misma no actuara cuando estos Derechos son violados en gran escala, la organización mundial perdería credibilidad. Por eso es importante que las Naciones Unidas estén al tanto de la situación de los Derechos Humanos en los diferentes países. Y tengo que confesar que no estamos haciendo lo suficiente por una gran cantidad de obstáculos políticos que los impiden. Obstáculos que dependen de intereses económicos, políticos y militares. Pero creo que en los últimos años nosotros hemos sido capaces de extender nuestro pensamiento y de influir en un mayor número de situaciones de lo que éramos capaces antes.
Finalmente, quisiera hacer mención de que no solamente hemos tratado con países y con situaciones nacionales, sino también con ciertos hechos especiales. En los últimos años hemos estado trabajando activamente con el problema de las personas desaparecidas, y también con el problema de la esclavitud, en sus diversas formas tratando de actuar eficazmente con lo que aparece en muchos países. Yo espero que todos nuestros esfuerzos den un resultado.
Trabajar por los Derechos Humanos no es fácil. A veces no se ven resultados inmediatos, pero nosotros todavía tenemos esperanzas. Nosotros estamos trabajando por un nuevo orden humano en el mundo. Pero todavía existen ciertamente poderes y obstáculos con los que tenemos que luchar, y todo ello exige una gran fortaleza moral para continuar la lucha.
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