América Latina
Primeras declaraciones del Presidente Fernando Lugo
Fernando Lugo es el nuevo Presidente de Paraguay.
Ganó las elecciones al frente de la Alianza Patriótica por el Cambio,
coalición de 20 partidos y movimientos sociales de izquierda, derecha y centro,
poniendo fin a 60 años de gobiernos del Partido Colorado.
De varias entrevistas aparecidas en medios latinoamericanos e internacionales,
en vísperas de las elecciones en Paraguay y en los primeros días después de su victoria electoral
extraemos estas ideas suyas.
Comienzan a retratar algo el perfil político del nuevo Presidente paraguayo,
el primer obispo latinoamericano que se convierte en gobernante de su país.
Idania Trujillo
SOY PARAGUAYO. No soy de izquierda ni de derecha, soy paraguayo.
MI IDEOLOGÍA. Ideológicamente, yo no me identifico con ningún grupo de izquierdas. Soy más bien un eje de diálogo que ha propiciado que nueve partidos que antes ni se saludaban concurrieran juntos a las elecciones.
NUESTRO CAMINO. Paraguay tiene que hacer su propio proceso. Creo que hoy en América Latina no hay paradigmas comunes unificados. Si bien tenemos problemas comunes también hay otras cosas muy diferentes. Tenemos que hacer nuestro propio camino para integrarnos y no ser una isla entre gobiernos progresistas.
POR QUÉ ESTOY AQUÍ. Después de once años de haber creado huertos comunitarios, almacenes de consumo y cooperativas de comercialización, entendí que el cambio que necesitaban los pobres debía darse en la política. Viví un proceso de discernimiento, de conversaciones, que culminó en diciembre de 2006, cuando me hicieron llegar más de 100 mil firmas de todos los sectores -artistas, intelectuales, campesinos, obreros- pidiéndome que renunciara al ejercicio pastoral para aglutinar a diversos sectores sociales y encabezara una unidad social y política para cambiar la situación del país.
COMO UNA PUNZADA. Si mi actitud y mi desobediencia a las leyes canónicas causaron dolor, pido sinceramente perdón a los miembros de la Iglesia. Cada vez que me preguntan cómo serán mis relaciones con los dirigentes de la Iglesia es una punzada en el corazón. (Sacerdote y obispo, Lugo, fue suspendido a divinis en sus funciones sacerdotales, en diciembre 2006, cuando decidió dedicarse a la actividad política).
INDÍGENAS: PRIORIDAD. Tengo un programa de prioridades para los primeros días de mi gobierno. En primer lugar, atención urgente a los indígenas que se encuentran en una lamentable situación de pobreza. (En Paraguay viven 100 mil indígenas de 17 etnias).
PROGRAMA: SEIS EJES En la Alianza Patriótica para el Cambio hay seis ejes con el mismo nivel de importancia: la reforma agraria, la reactivación económica, la recuperación de la institucionalidad de la República, la justicia independiente, el plan de emergencia nacional y la recuperación de la soberanía, especialmente de la soberanía energética. Estos seis ejes programáticos fueron recogidos en todo el país.
EN EL PARLAMENTO. No está todavía definida la composición del Parlamento. Y cuando lo esté, buscaremos las estrategias suficientes para poder tener un grupo parlamentario que apoye las grandes decisiones del gobierno y, si es posible, poder construir esa mayoría necesaria para que la gobernabilidad sea más fácil. Para eso están las conversaciones y los acuerdos.
REFORMA AGRARIA. Voy a implementar una reforma agraria integral. Existen 300 mil familias sin tierra propia que merecen una vida digna. Ordenaré la realización de un catastro de terrenos rurales para ver qué disponibilidad tendremos.
EXPROPIACIONES. La expropiación de tierras es una figura constitucional. La Constitución garantiza la propiedad privada pero también se reconoce el derecho a expropiar, por la vía parlamentaria, tierras que no son racionalmente explotadas. Vamos a intentar recuperar tierras comunales.
LA ENERGÍA. Tenemos un elemento de desarrollo para la integración: la energía. Paraguay es el único país que tiene superávit de energía en la región. Creo que eso nos da un potencial para negociar con los países vecinos y para ser escuchados en el concierto de las naciones como un país que puede aglutinar y unir y que puede tener un papel preponderante en el desarrollo y la integración del continente. Los tratados de Itaipú y Yaciterá son tratados leoninos, injustos, que casi no benefician a Paraguay. Exigiremos la renegociación para disponer libremente de nuestros excedentes hidroeléctricos y para recibir un justo precio por ellos. (La presa de Itaipú es una presa conjunta de Brasil y Paraguay sobre las aguas del río Paraná. Su central hidroeléctrica es la mayor del mundo. La presa de Yaciterá está también sobre el Paraná, y es compartida con Argentina, en la frontera común).
CON AMÉRICA LATINA. Nuestras relaciones más profundas son con Argentina y Brasil, pero ha llegado el momento de privilegiar también el vínculo con Bolivia… Haremos un gobierno abierto al continente y al mundo. Abierto a las nuevas tendencias, pero con nuestra identidad bien marcada. Abiertos al Mercosur, a una integración con más equidad social, con más simetría. Nos uniremos con alegría a los gobiernos progresistas de América Latina. Tenemos mucho que aprender de nuestros hermanos, de los países vecinos.
CON CHINA. Paraguay tiene que intentar recuperar su dignidad como nación. Hay que revisar las relaciones diplomáticas con Taiwan. No podemos aceptar de ninguna manera la “diplomacia de la chequera”. No se puede ignorar a la República Popular China, ni desconocer ese mundo tan grande, por las consecuencias económicas que eso tiene. Tenemos que tener una política exterior clara y diferenciada. Queremos estar abiertos al mundo entero.
LOS QUE SE FUERON. Muchos de los paraguayos que han emigrado ya no volverán, pero tienen el deseo de seguir participando en elecciones. La próxima reforma constitucional tiene que garantizar el voto de los paraguayos en el extranjero. Por otro lado, debemos generar las condiciones para que los que deseen volver tengan posibilidades reales. Queremos frenar esta gran sangría, sobre todo juvenil. Será uno de los puntos principales de mi gobierno.
CONSTRUIR. No quiero tener esa mentalidad de que fui “el primero que derrotó al Partido Colorado”. Mi papá fue un colorado principista, mi mamá también. Aquí no es cuestión de ganar o perder, sino de construir. Y tenemos que construir el Paraguay que se merecen todos.
NO SERÁ FÁCIL. Somos conscientes de que no será una tarea fácil, pero tampoco será imposible. Nos encontramos con una estructura estatal identificada con el Partido Colorado. Será difícil cambiar 60 años en que las instituciones públicas han sido de un solo color y de un solo partido. Por eso decimos que la ciudadanía será la protagonista. El sujeto de ese cambio real que estamos generando lo serán, sobre todo, los grupos sociales campesinos, rurales, y también la clase política opositora del país.
LA ALIANZA. En la Alianza Patriótica para el Cambio los movimientos populares llevan la delantera. Si bien en la Alianza está el Partido Liberal -el partido de oposición más grande del país-, las fuerzas sociales, campesinas, sindicales y barriales hacen un gran contrapeso. En el movimiento Tekojoja, que aglutina a los movimientos sociales, la gran mayoría son líderes sociales jóvenes, estudiantes, artistas y políticos que no surgen de los partidos tradicionales. Dieron el gran paso de pensar políticamente los problemas sociales. Y de responder también políticamente. La gente votó por nosotros porque nosotros construimos una alianza sólida, que quiso el cambio, tuvo candidaturas que la ciudadanía vio confiables y que apostó al control electoral.
CAMBIAR LA HISTORIA Y LA IMAGEN. Lo que queremos es que el pueblo tenga el poder, sea el protagonista, elabore el programa. Yo me coloco a disposición de ese pueblo. Nuestro enemigo será la corrupción. Tendremos que vencer a la pobreza, a la ignorancia. Nuestra visión es cambiar la historia, cortar con más de 60 años de un partido hegemónico. Paraguay va a cambiar de imagen. No va a ser el país más corrupto de Latinoamérica. Va a ser el país más honesto de nuestro continente.
CUANDO ME VAYA. Siempre dije que soy un accidente en la política paraguaya. Alguien decía que mi candidatura era demasiada honesta para un país tan corrupto. Al final de mi mandato espero decir: primero y definitivo. Quiero dejar el país a los políticos con los cambios fundamentales hechos.
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