Nicaragua
Ante el avance del proceso electoral, la abstención estimula la intervención
El proceso electoral nicaragüense
adquirió en los últimos treinta días una fisonomía definitiva, no sólo al terminar de definirse el marco jurídico
sino también al clarificarse
los partidos políticos que participarán
y los que se abstendrán.
Equipo Envío
Los proyectos a mediano y largo plazo de las fuerzas que propugnan la participación y las que convocan a la abstención manifiesta globalmente la contradicción más de fondo envuelve a Nicaragua y en cierta forma a toda la región: la autodeterminación de los pueblos - con un objetivo de liberación nacional y social - y el intervencionismo guerrerista como expresión del intento de recuperación de la hegemonía norteamericana en Centroamérica.
Es esta estrecha relación entre proceso electoral y proyectos estratégicos la que nos permite encontrar en la coyuntura electoral nicaragüense pistas claves de análisis y comprensión también para los meses futuros. Las elecciones de Nicaragua buscan confirmar democráticamente la legitimidad de un proceso transcurrido en cinco años de reconstrucción y a través de un modelo de economía mixta, pluralismo político, no alineamiento internacional y amplia participación.
Por otra parte, el proceso electoral nicaragüense adquiere una trascendencia mayor, como lo hemos afirmado en ENVIO desde hace meses, por la dinámica electoral norteamericana. No es casual que en los últimos días la polémica sobre Centroamérica -y especialmente en lo referente a Nicaragua- ocupe un lugar tan importante en la campaña electoral norteamericana.
Muchos años de estrecha relación de dependencia de Centroamérica frente a Estados Unidos están presentes hoy, cuando parte de la región se enfrenta abiertamente a esta injusticia histórica. Y es en este marco que se entiende por qué Centroamérica es punto de discusión "interna" del norte.
La concreción del proceso electoralEn los últimos días el proceso electoral se ha ido concretando aceleradamente al plasmarse etapas previstas en el calendario electoral y al establecerse definitivamente el marco jurídico-institucional. Hasta julio el proceso de institucionalización vivió su etapa de gestación con la aprobación de la Ley Electora, la constitución de los organismos electoral etc. A partir de julio - especialmente con el "test" de la inscripción de casi 1.600.000 ciudadanos en las Juntas Receptoras de Votos - las elecciones "llegaron" a las grandes mayorías de los nicaragüenses, comenzando a transitar su última etapa. Hay cuatro aspectos de diferentes índole que determinaron ese cambio de etapa.
- La aprobación de las Reformas a la Ley Electoral;
- El levantamiento casi total del Estado de Emergencia;
- La finalización del período de registro de los candidatos de los partidos políticos y
- La inscripción de los ciudadanos en las Juntas Receptoras de Votos.
Aprobación de las reformas a la Ley ElectoralLa aprobación de las Reformas de la Ley Electoral. A propuestas de dos bloques diferentes de fuerzas opositoras - uno constituido por los partidos que conforman la Coordinadora Democrática "Ramiro Sacasa", hoy denominado Coordinadora Democrática Nicaragüense (CDN), y el otro conformado por el Partido Socialista de Nicaragua, el Partido Liberal Independiente y el Partido Comunista de Nicaragua, el 10, 11 y 12 y 13 de julio el pleno del Consejo de Estado discutió las posibles reformas a la Ley Electoral. Si bien ésta había sido aprobada en marzo de este año, el Frente Sandinista aceptó esta revisión para mejorar lo más posible el contenido democrático de este cuerpo legal. El Presidente del Consejo de Estado - Comandante de la Revolución Carlos Núñez -, sin embargo, aclaró que serían inamovibles tres puntos ya legislado: la fecha de las elecciones, la duración de la Campaña y el contenido de las mismas - Presidente, Vicepresidente y Asamblea Nacional (Constituyente y Legislativa).
Las propuestas de reformas de los dos bloques traducían las actividades diferentes. Mientras la CDN proponía una revisión de más de 130 artículos de la Ley de marzo - que constaba de 154 artículos y que en la práctica significaba legislar una nueva Ley-, el bloque PSN-PLI-PC de N sugería modificaciones en le marco de mejorar la existente. Como resultado de este intenso debate se aprobaron las reformas de 34 artículos y la inclusión de 6 nuevos. Entre los aspectos más importantes incluidos en las reformas está la ampliación del Consejo Supremo Electoral - máximo organismo electoral y Cuarto poder del Estado - 3 a 5 miembros. los dos nuevos miembros serán elegidos por la Corte Suprema de Justicia a propuesta de la Asamblea Nacional de Partidos Políticos (ANPP) organismo integrado - según la Ley de Partido - por un representante de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN).
También se establece la ampliación de funciones de la ANPP en lo referente a su actuación como órgano consultivo del Consejo Supremo Electoral (CSE), el ajuste a tres meses exactos del período de la campaña electoral -del 1o. de agosto al 1 de noviembre -; la mayor cantidad de tiempo en los canales de TV y radios - estatales y privadas - para la propaganda de los partidos; el aumento - de 6 millones a 9 millones del aporte del Estado cada partido para su campaña; la autorización por Ley a los candidatos a recibir permiso de las empresas o instituciones donde trabajan para facilitar su actividad electoral; la autorización a los partidos para nombrar fiscales en todos los organismos electorales - menos en el CSE - etc. Un aspecto que merece especial atención es el relativo a la constitución de la Asamblea Nacional. Además de los 90 miembros estipulados por Ley, el FSLN propuso integrar también los candidatos a Presidente y Vice de todos los partidos perdedores, siempre y cuando hayan obtenido un mínimo de votos - promedio de los cocientes electorales regionales -. Esta reforma tiende a que la Asamblea Nacional sea un organismo profundamente representativo y pluralista capaz de hacer frente a la responsabilidad de elaborar la futura Constitución. Esta propuesta del FSLN que expresa la voluntad del pluralismo como parte importante del modelo nicaragüense, fue tal vez la de mayor trascendencia y fue presentada en el momento en que los partidos de la oposición exigían cambios muchos más administrativos y superficiales.
Levantamiento casi total del Estado de EmergenciaFue anunciado el 19 de julio al conmemorar el 5to. aniversario de la Revolución y completado el 6 de agosto por medio de un decreto de la JGRN. La Emergencia Nacional, vigente desde marzo de 1982, fue desde hace meses un punto clave de las discusiones de los partidos políticos que mayoritariamente propiciaban su levantamiento. hasta el anuncio del 19 de julio - ante la presencia de alrededor de 300.000 personas - se pensaba que un levantamiento parcial de la Emergencia podría significar que las medidas de excepción fueran suspendidas en las zonas no conflictivas del país. Sin embargo el criterio asumido por las autoridades nicaragüenses no fue geográfico - regiones de guerra o regiones de paz- sino fundado en el tipo y naturaleza de las acciones sancionadas.
El 19 de julio se anunció el restablecimiento total y naturaleza de las acciones sancionadas. El 19 de julio se anunció el restablecimiento total del derecho de circulación (artículo 15 del Estatuto de Derechos y Garantías), y el derecho de reunión y manifestación pública (artículo 23 del mismo Estatuto). El 6 de agosto fue anunciado el restablecimiento de la vigencia total del derecho de la huelga (art. 32) y del derecho de amparo (art.50), aunque éste no tendrá carácter retroactivo. Fue restablecida también la libertad de expresión (art.21) quedando, por excepción, sujetas al previa autorización de las autoridades las informaciones que tengan que ver con asuntos a la previa autorización de las autoridades las informaciones que tengan que ver con asuntos militares o que afecten a la Seguridad de la Nación. El 6 agosto se derogó el decreto 512 que regulaba las informaciones de contenido económico.
Queda vigente todavía la suspensión de los artículos 8 y 11 del Estatuto Fundamental - libertad individual y derechos del individuo en su detención - únicamente en lo relacionado a los artículos 1 y 2 del decreto 1074. Estos artículos describen y sancionan: los delitos contra la seguridad pública; la delación de secretos políticos o de seguridad concernientes a la defensa y las relaciones internacionales; los delitos contra instituciones públicas u objetos necesarios para la defensa; los delitos ligados a tomar las armas a fin de atacar al Gobierno o de deponer las autoridades locales y el sabotaje contra centros productivos instalaciones y servicios públicos.
El 19 de julio fue anunciada también la prórroga de la Ley de Amnistía para los campesinos integrados en las filas contrarrevolucionaria que hasta el 4 de noviembre podrá regresar reintegrándose normalmente a la vida del país, si bien pasadas ya las fechas de inscripciones, esta reintegración no indicaría el derecho a votar en noviembre.
Este conjunto de medidas - que significa un levantamiento casi total de la Emergencia - están dirigida a sancionar únicamente las actividades militares de aquellos que intente ejercer el terrorismo y atentar contra la paz, reintegrando a la vez, casi totalmente, las libertades políticas de los ciudadanos y estimulando su participación cívica en la vida del país y el proceso electoral.
Finalización del período de registro de candidatosLa finalización del período de registros de los candidatos de los partidos según el calendario electoral todos los partidos que quisieran presentar candidatos a presidente, vice y representantes a la Asamblea Nacional, deberían registrarlos en el CSE entre el 25-5 y el 25-7, quedando abierta la posibilidad, sin embargo, que los partidos inscritos retiraran sus listas propias para formar alianzas con listas únicas hasta el 4 de agosto. Los dos plazos fueron prorrogados en horas o días tratando de facilitar la participación de todos los partidos legalmente reconocidos - 10 en total -. Aquellos que no hubieran registrado a sus candidatos no tendrán derecho a las prerrogativas establecidas en la Ley Electoral, quedando prácticamente marginados de la actividad política.
El fina del período de inscripción significó la clarificación del espectro político. 7 partidos se inscribieron, auto-excluyéndose los Partidos Social Cristiano, Liberal Constitucionalista y Social Demócrata - integrantes junto con una fracción disidente del partido Conservador Demócrata sin personalidad jurídica - de la Coordinadora Democrática Nicaragüense.
Aunque hasta último momento se supo de contradicciones en la CDN - sobre todo al interior del Partido Social Cristiano debido a sectores decididos a participar-, el cierre del período de inscripciones ha significado un momento de definiciones y de división de posturas entre los que participan y los que se abstienen. Aunque no se excluiría la posibilidad que alguna modificación estatutaria-jurídica permitiera la participación de alguna de las fuerzas abstencionistas, hay límites reales para la impresión de la papelería electoral y para la organización de la próxima fase, limites que en un país con escasos medios técnicos no pueden obviarse y van más allá de la voluntad política del Estado.
Los partidos inscriptos que tienen derecho a participar en la campaña electoral y en los comision son:
La inscripción de los ciudadanosLa inscripción de los ciudadanos en las Juntas Receptoras de Votos se realizó según el calendario electoral los días 27,28,29 y 30 de julio, que fueron declarados no-laborables a tal efecto. Estas inscripciones fueron el resultado de un sistemático trabajo que partió de cero en el mes de abril y que contempló el método empleado en la Cruzada de Alfabetización - el de la multiplicación - para la formación de los funcionarios electorales. Además de los 3.000 trabajadores fijos con que cuenta el CSE y los Consejos Electorales Regionales y Zonales, se movilizaron 8,500 miembros de Junta Receptoras de Votos con sus respectivos suplentes. Fueron formados en pocos meses, 15,000 policías electorales, considerándose que nos menos de 45.000 personas fueron involucradas directamente en su mayoría voluntarios.
Una de las primeras tareas fue la de hacer lugares neutros para el funcionamiento de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) para tal función fueron designados escuelas, clubes, centros de salud o casas particulares. El total de las JRV calculadas previamente fue de 4.162, aunque finalmente estuvieron en actividad 3.918. Más de 100 JRV no pudieron abrirse por la situación militar en la zona donde se encontraban.
Al 5 de agosto se calculaban que se habían inscrito aproximadamente 1.560.588 faltando computar todavía datos de JRV de regiones aisladas - sobre un total de 1.665.528 ciudadanos en capacidad de inscribirse mayores de 16 años. Esta cifra significa el 93.7% del total estimado por el Instituto Nicaragüense de Estadísticas y Censos (INEC). Resultados considerado de verdadero éxito por el CSE, quien estimaba antes de las inscripciones unos 1 millón 250 mil inscritos. El resultado cuantitativo final pasa a los anales de la historia latinoamericana, y posiblemente mundial, como uno de los porcentajes más altos de inscripción de electores.
Por otro parte, la inscripción, como primer ejercicio electoral masivo tiene una gran importancia política ya que no podrán votar aquellos que no se inscribieron y cuanto mayor sea el caudal de votantes mayor será la legitimidad de los resultados del comicio de noviembre. En este contexto, los dirigentes sandinistas, consideraron las inscripciones como la "primera victoria electoral", no sólo por la participación del pueblo que se inscribió sino también por los otros dos niveles organizativos que permitió la tarea y que facilitará notablemente las votaciones: el de los funcionarios electorales - mencionados más arriba - y el de las organizaciones populares que implementaron desde varios meses antes de un trabajo sistemático de explicación, concientización y sensibilización y que complementó la tara de los organismos electorales.
Los partidos de la CDN a través del opositor diario "La Prensa" convocaron sólo dos días antes a participar en las inscripciones, con el propósito de no quedar fuera de la disputa electoral antes que éstas transitará su primera etapa. Hasta ese momento "La Prensa", se había negado de publicar la propaganda del Consejo Supremo Electoral fundamental tal posición en el carácter "irrepresentativo y no-democrático" de las elecciones en curso. La convocatoria de los partidos de la CDN sólo 48 horas antes de iniciarse las inscripciones le resta toda seriedad al a hipótesis de éstos, que afirmaron que entre el 60 y el 70% de los inscriptos lo habían hecho por su convocatoria. Por otra parte, el llamado último momento de la CDN es totalmente coherente con la postura, abstencionista que esgrime esta alianza. En efecto, si a una tan masiva inscripción le continuara un caudal electoral menor el 4 de noviembre - sin analizar causas, motivos y condiciones- la CDN intentará capitalizar los no votantes como caudal y fuerza propia.
El proceso electoral, como hemos visto, se plasmó sólidamente los últimos días. La aprobación de las reformas a la Ley Electoral -y su discusión previa- expresó la flexibilidad del FSLN de reabrir el análisis de partes importantes de la Ley en función de avanzar en la institucionalización de la revolución, a pesar de los esfuerzos y energías que esto supone en la situación de agresión permanente que sigue soportando el país. Junto a esas reformas y consolidando el ambiente político necesario para las elecciones libres, el levantamiento casi total del Estado de Emergencia tiene una enorme significación. Absolutamente todas las libertades y derechos esenciales para la disputa cívica han sido restablecidos. Incluido el derecho de huelga y de amparo, que si bien no tienen relación directa con las elecciones, sí la tienen con el ambiente de distensión interna que favorece a lo electoral.
El Gobierno estableció como criterio fundamental para ese esfuerzo normalizador, la legalidad. Las actividades políticas legales de los partidos inscriptos están totalmente permitidas, en tanto que siguen penadas las actividades militares desestabilizadoras. La Emergencia- como conjunto de medidas para combatir en el terreno militar a los grupos antisandinistas - se mantienen porque la guerra de agresión es una realidad que golpea cotidianamente al pueblo nicaragüense. Como lo afirmara el 19 de julio el Coordinador de la JGRN. Comandante Daniel Ortega, la Emergencia no la impone el Gobierno de nicaragüense sino la Administración Reagan con su agresión permanente contra Nicaragua. El día que esa agresión cese, automáticamente, la Emergencia Nacional finalizará. Como parte de la restitución de la libertad de expresión el opositor diario "La Prensa" reinició su ataque frontal contra el Gobierno, el FSLN y los organismos de masas, pudiendo constatar numerosos visitantes la libertad con que este periódico se expresa y el carácter "amarillista" de sus críticas.
La conformación definitiva del panorama electoral a nivel de fuerzas participativas y abstencionistas, también adquiere una gran importancia para la actual etapa. Una gama de variada de posiciones se encuentra entre las 7 organizaciones que registraron candidatos. Liberales independientes - herederos de los liberales - y conservadores demócratas, prolongan una parte de la tradición política del país. La presencia de una fuerza socialcristiana y de varios grupos de izquierda - dos de ellos en confrontación política-ideológica profunda con el FSLN- completan el panorama electoral suficientemente variado como para desbaratar cualquier pretensión de deslegitimidad respecto al pluralismo del proceso electoral. A pesar de esto las agencias norteamericanas de noticias se esfuerzan por hacer aparecer a la CDN como la única fuerza opositora. Según ésta visión, la abstención de "la única oposición" delegimitaría el proceso electoral. La CDN ha jugado una peligrosa carta política de la mano de Arturo Cruz, síntesis actual del proyecto de abstención.
El regreso de Arturo Cruz: intento político de minar el proceso electoral En la decisión abstencionista de la Coordinadora Democrática Nicaragüense, no puede dejarse de tener en cuenta el proyecto político que acompañó al Dr. Cruz en su repentino retorno a Nicaragua, proveniente de Washington donde se desempeñaba, desde hacia varios años, como funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo, si bien desde marzo de 1984 sugeríamos - ver Envío 33 - que Cruz era ya un "candidato extraoficial" de los partidos de oposición de derecha, con el correr de los meses y en los últimos días, la construcción de su "imagen internacional" ratifica el intento por convertirlo en la "síntesis" de la oposición nicaragüense. Mucho más si tenemos en cuenta que el fina de semana del 14-15 de julio el Partido Social Cristiano - tal vez el más importante de la CDN, ligado a la Internacional Demócrata Cristiana - había ya elegido su fórmula electoral encabezada por el Licenciado Adán Fletes.
Una semana después, al regresar Arturo Cruz se comienza a hablar inmediatamente de la fórmula de la CN que encabezaría Cruz y tendría a Fletes como acompañante. Desde su llegada, Cruz, reivindicó enfáticamente los puntos-condiciones del documento de la CDN del 28 de diciembre de 1983, adaptando para la coyuntura un breve extracto de los mismos en un documento de 9 puntos. Era claro que la fórmula Cruz-Fletes iba acompañada de esa serie de condiciones que sugerían una decisión abstencionista. Especialmente, si esa sería de condiciones que sugerían una decisión abstencionista. Especialmente, si se considera que le punto 9 de ese documento incluye el Diálogo Nacional con todos los partidos y movimientos políticos, incluidos los "alzados en arma". Los otro ocho puntos se pueden sintetizar de la manera siguiente: 1.- Separación Estado-Partido; 2.- Derogación de las leyes violatorias de los derechos humanos; 3.- Suspensión del Estado de Emergencia; 4 .- Ley de Amnistía; 5.- respeto a la Libertad de Cultos; 6.- Libertad Sindical; 7.- Autonomía del poder judicial; 8.- Ley de Amparo.
Los puntos mencionados y que actúan como exigencias para la participación electoral de la CDN podrían constituido la plataforma programática de este sector - y no la condición previa- si hubiera habido una mal vocación de participación electoral. En ningún país del mundo, ante elecciones con plenas garantías y derechos cívicos, los partidos de oposición subordinan su participación a que el partido gobernante implementa previamente el programa de gobierno de ellos. Sería ridículo que los demócratas norteamericanos supeditaran su participación en las próximas elecciones del 6 de noviembre a que la Administración Reagan termine con su política belicista hacia Centroamérica. Los demócratas presentan sus propios puntos de vista sobre la situación centroamericana, que serán votados o no como parte de su programa político.
Por otra parte, si observamos las exigencias de la CDN a la luz de los hechos acaecidos en el mes de julio y descritas en la primera parte del análisis, es evidente que la mayoría de estos puntos, fuertemente retóricos, estaban abiertos a se discutidos por el FSLN. No así el diálogo con los grupos anti-sandinistas, a quienes el FSLN considera responsables de la muerte de 50,000 nicaragüenses durante la guerra de liberación y de 7.391 nicaragüenses caídos en los últimos tres años víctimas de la agresión - cifra trágica anunciada por el Cdte. Daniel Ortega en el acto del 19 de julio. El no retorno del somocismo ha sido desde el mismo día de la victoria insurreccional de 1979 un principio de los nicaragüenses y en el país se considera que los esfuerzos por abolir al pena de muerte en el momento del triunfo, el indulto a los campesinos involucrados en actividades armadas contra el Gobierno, las sucesivas liberaciones de mískitos implicados en actividades contrarrevolucionarias, así como la Amnistía prolongada hasta noviembre, son manifestaciones concretas de la reconciliación, de donde se excluyen, únicamente a los cabecillas. Más allá de estos esfuerzos , no queda más que el retorno al somocismo y no el diálogo y la reconciliación.
Si bien de manera un tanto engañosa, Cruz y la CDN con sus condiciones aparecerían como instrumentos de la "pacificación" de Nicaragua -y esta es la otra parte de la imagen del "proyecto democrático de Cruz" dirigido al exterior - objetivamente la realidad intermediarios neutrales si no que los ubica con los mismos planteos globales que los anti-sandinista. No por casualidad, dos días después de la llegada de Cruz a Nicaragua, la Fuerza Democrática Nicaragüense y la Alianza Democrática Revolucionaria informaron públicamente en Panamá la fusión de ambas organizaciones. De forma separada, tanto Robelo (ARDE) como Calero (FDN) manifestaron en esos mismos días su apoyo a la candidatura de Cruz, quien por su parte en conferencias de prensa realizadas en Managua reconoció su amistad estrecha con Pastora, su participación en el Consejo de ARDE, la decisión de su viaje a Europa junto con Robelo y Pastora y el apoyo implícito a su gestión de Calero.
Por primera vez en los cinco años de proceso, un dirigente político llegó a Nicaragua, para desde dentro mismo del país, no sólo unificar la oposición política de derecha si no también para aproximar públicamente el proyecto de esta oposición con el de los contrarrevolucionarios somocistas y el grupo de Robelo, fuerzas que desde hace más de dos años son la punta de lanza de la guerra de agresión contra el país. Difícilmente, entonces, pueda prosperar en el exterior la imagen de la CDN y Cruz como de pacificadores del país, a pesar de los esfuerzos dirigidos en esa línea. Al interior de Nicaragua, por otra parte, el planteo de la CDN de diálogo con los contrarrevolucionarios le quita a este proyecto político cualquier aspiraciones a contar con una base social amplia limitándose a representar a los sectores más retrógrados, encabezados pro el COSEP (Consejo Superior de la Empresa Privada).
Cruz volvió, y lo prueba la no inscripción de candidatos de la CDN en el plazo previsto, con un eje esencial en su propuesta política: la abstención electoral como medio para "minar" la propuesta electoral en su conjunto. No sorprenden en este contexto que el periódico "La Prensa" vocero de la CDN, desde hace meses vaya impulsando la misma propuesta de abstención retomando al línea del COSEP - ya hace varios meses mencionábamos el contenido netamente abstencionista del discurso del dirigente Gurdián.- Con esta abstención pretende deslegitimar la institucionalización democrática del proceso que vive Nicaragua. Ante la realidad objetiva de una relación de fuerza internas sumamente desfavorables - que en términos cuantitativos de voto podría significar el reconocimiento de su total desarraigo y la correspondiente derrota estratégica como proyectos alternativo al sandinismo - el intento de quitarle validez al proceso electoral les permitiría quedar como "mártires" de la causa de la democracia, mantener abierto el interrogante -en el exterior- sobre su verdadera representatividad y aprovechar la parte del espacio internacional desfavorable al proceso nicaragüense.
En este esquema de análisis a la CDN parece importante poco su suicidio político al interior de Nicaragua como producto de la abstención. Suicidio que significa la pérdida de sus derechos como partidos, la no vigencia de la Ley Electoral para ellos, la reducción del espacio político-movilizador interno y el no poder aspirar al poder político electoralmente - esencia misma de cualquier organización política del mundo-. A sus ojos aparecería más respetable un suicidio interno que una aplastante derrota estratégica en las urnas, sobre todo al constatar su escaso poder de convocatoria. Es significativo que sólo 400 personas recibieron a Cruz en el aeropuerto (La Prensa 24-7) no más de 2.000 personas movilizó la CDN al "gran pacto" con Cruz en el Cine Cabrera (La Prensa 25-7), no más de 30 profesionales participaron en el encuentro de Cruz con CONAPRO (Asociación de Profesionales).
La abstención deslegitimadora línea de avanzada de la intervención La no participación electoral de la CDN implica su no reconocimiento de la institucionalización. Institucionalización que al integrar el nuevo poder de Nicaragua - participación popular en el marco de lógica de las mayorías - con elecciones democráticas de forma "tradicional" tendría asegurada su irreversibilidad. Por el contrario, si las elecciones aparecen afuera como poco válidas; si el diálogo y la pacificación del país no se concretan por la "instransigencia sandinista" y los contrarrevolucionarios pueden seguir siendo presentados como los "paladines de la libertad", la única manera deresolver la "grave crisis de Nicaragua" - y en cierta forma de Centroamérica al presentarse a la guerrilla salvadoreña como "apéndice sandinista" - y de salvar al país del comunismo, sería -como en Granada - la intervención militar directa norteamericana. Esquema en parte esbozado este mes por el Presidente Reagan en el encuentro con dirigentes caribeños, donde reivindicó explícitamente la invasión de Granada y mencionó la necesidad de salvar a Nicaragua. Lógica analítica que necesita, incuestionablemente, de la abstención deslegitimadora, para tener cuerpo y para demostrar la falta de libertad y democracia producto del régimen "totalitario".
Es en este contexto que los dirigentes sandinistas en los últimos días han afirmado repetidamente que la actitud de la CDN aumentó las posibilidades se complica mucho más si pensamos en las variables internas de los Estados Unidos ante el proceso electoral que culminará el 6 de noviembre. El dirigente demócrata Jesse Jacksson afirmó recientemente que la administración Reagan no dudaría en intervenir en Centroamérica si evalúa que su popularidad interna está descendiendo. En este caso la intervención operaría como "carta" electoral tratando de ganar prestigio y recuperar el poder político necesario para revertir esa potencial derrota. Por otra parte, ante el hecho de triunfar en las elecciones, Reagan no dudaría , - como lo afirmó el otro dirigente demócrata Gary Hart - en intervenir en Centroamérica para resolver - con el respaldo electoral - la conflictiva situación regional, cada vez más incontrolable para los planes norteamericanos.
En el cuadro de hipótesis intervencionaistas a corto plazo - cada vez más posibles si tenemos en cuenta, también, la cada vez más compleja crisis salvadoreña y el desgaste acelerado de Duarte como carta de recambio - se puede concluir en que la posición abstencionista de la CDN opera como una "infantería política" o línea de avanzada de la intervención militar. Esto explica cómo la ya extrema coincidencia de los planteos de la CDN y de los grupos constrarrevolucionarios se transformaría en una unidad operativa única - FDN y ARDE en la intensificación de la agresión militar y la CDN trabajando especialmente en le espacio exterior-. Sumado a ello, Reagan, estimularía la intervención directa. De esta forma, así como la intervención norteamericana necesita de la abstención deslegitimadora, también la CDN necesitaría de la intervención para intentar optar por el poder político. Simbiosis extremadamente peligrosa si tenemos en cuenta el costo que tendría una intervención militar a Nicaragua tanto para el pueblo nicaragüense como para el norteamericano.
La complejidad de la coyuntura, sin embargo, permite poner ciertos reparos e impedir un análisis lineal. La participación popular en Nicaragua y sus renovadas manifestaciones, siguen siendo frenos válidos a todas estas propuestas abstencionistas e interventoras sin que por ello anulen la posibilidad de que esta intervención se produzca. La multitudinaria movilización del 19 de julio, en momentos en que serios problemas golpean al país -como por ejemplo el desabastecimiento creciente de ciertos productos y el incremento del Servicio Militar Patríotico- expresan un aumento del nivel de participación consciente de amplios sectores de la población. Las 300,000 personas que asistieron a este acto - cantidad reconocida incluso por publicaciones como Times, en tanto que La Prensa habló de 50 a 60.000 asistentes sin atreverse a publicar ninguna foto de conjunto - que no fue nacional si no que se limitó a Managua y pequeñas delegaciones del interior, no esperaban anuncios mágicos ni resolución por decreto de los problemas existentes.
La no menos masiva respuesta popular al llamado a las inscripciones es también un importante indicativo. La inscripción significó un arduo trabajo de explicitación política. No es sencillo ni simple revertir la caracterización descalificadora que tenía la mayoría de los nicaragüenses con respecto a las votaciones de élites fraudulentas en el juego excluyente de las paralelas históricas. Es también sorprendente que en un país con escasos recursos y con regiones enteras sumergidas en la confrontación militar el funcionamiento y organización de las inscripciones hayan asombrado incluso a especialistas europeos en la materia y hayan supuesto un notable elemento de embarazo para el Gobierno de los Estados Unidos.
¿Qué puede pasar hasta las elecciones de noviembre?Al clarificarse el panorama electoral interno en forma definitiva con la polarización de dos proyectos, el de la participación - mayoritariamente ratificado por el pueblo - y el de la abstención - Cruz y CDN -, al ser cada vez más conflictivo el panorama salvadoreño - con un aumento cuantitativo y cualitativo del accionar popular expresado por ejemplo en la operación del Cerrón Grande y con un desgaste no menos importante de Duarte como carta de recambio de los planes norteamericanos en ese país-; al comprender que las hipótesis interventoras norteamericanas toman dramáticamente más cuerpo cada día, incluso el jugárselas como cartas electorales internas de usa, los próximos meses para Nicaragua y la región serán extremadamente difíciles.
El fracaso relativo de una de las estrategias interventoras de Reagan - al no lograr revertir la revolución sandinista ni frenar el avance revolucionario en El Salvador -, al momento del balance de la gestión presidencial será otro elemento que podría empujar a una opción violenta en Centroamérica.
Ante la concepción del proceso electoral nicaragüense, ante el papel que juega el proceso electoral como un medio más de la defensa
El proyecto abstencionista interventor Verá disminuir su espacio político dentro de Nicaragua. La CDN no tendrá ninguna legalidad jurídica. El proceso electoral desbordará a su exigua base social. Por tal razón intentará: en lo interno: implementar un plan provocador -como ya ocurrió en Matagalpa y Chinandega cuando militantes de la CDN atacaron a grupos de Madres de Héroes y Mártires que se movilizaban contra el diálogo con los contrarrevolucionarios-. Esta provocación buscará reacciones fuertes de las autoridades o de los organismos populares, para tener renovados argumentos que descalifiquen el proceso electoral. De esta manera intentarán que el costo de su no-participación sea el menor posible forzándose en probar que las elecciones no son libres ni democráticas. Cuanto mejor jueguen ese papel, mayor importancia le asignará la Administración norteamericana a su gestión.
En lo externo: invertirán enormes energías para consolidar las fuerzas y espacios internacionales, que le son proclives, o que no están definidos, tratando de restarle legitimidad internacional a la institucionalización nicaragüense. Fortalecerán su presencia en USA -como víctimas del "totalitarismo"- y tratarán de neutralizar o ganar a la Internacional Socialista -intensificando su actividad en Europa-. No sería extraño que ejerzan presiones en organismos internacionales para crear marcos publicitarios de peso para denigrar las elecciones nicaragüenses.
Ante el papel que juega el proceso electoral como un medio de defensa
El proyecto abstencionista interventor Invertirá más esfuerzos en lograr la unidad funcional de la CDN con los grupos contrarrevolucionarios armados. Varios elementos ya mencionados -relación Cruz, AREDE, FDN- muestran esta tendencia.
A nivel militar:-Los contrarrevolucionarios intensificarán su operativo en las regiones más conflictivas del país. El nuevo plan de la CIA denominado "Luna Negra", denunciado por el FSLN a comienzos de julio, prueba esa tendencia. No se descarta que se intente comenzar con operaciones de propaganda y de terrorismo urbano para aumentar la intranquilidad y restarle ambiente político a las elecciones. El intento de reestructurar el frente-interno es otra posibilidad lógica.
En este contexto podemos trazar algunos cursos probables de la coyuntura de los próximos meses.
Ante el aumento del prestigio que ganará Nicaragua en la región al desarrollar un proceso electoral con amplia participación popular y ante el reconocimiento que ganará en Contadora con este proceso, ya que uno de los puntos de Contadora es la democratización interna de los países de Centroamérica:
-Se consolidará la presencia militar norteamericana en la región, como lo expresa las nuevas maniobras honduro-norteamericanas "Lempira" de fines de julio, la presencia del portavión "Kennedy" en la cercanía de Nicaragua etc.
-No es descartable el reinicio de operaciones especiales como el accionar de lanchas pirañas, algún ataque aéreo selectivo etc.
-Se seguirá desarrollando diferentes opciones intervencionistas. Una de ellas -a la cual serían proclives sectores de poder en USA- sería "la guerra de baja intensidad" que incluiría la acción cívica con fuerzas especiales contra las fuerzas de liberación de El Salvador y acciones encubiertas contra gobiernos soberanos -del tipo de la guerra encubierta contra Nicaragua-.
Ante el aumento del presitigio que ganará Nicaragua el la región al implementar un proceso electoral de amplia participación popular.
El proyecto abstencionista interventor Tratará de cercar aún mas a Nicaragua, evitando que las elecciones nicaragüenses crean contradicciones al interior de los países centroamericanos, donde los sectores progresistas y revolucionarios las reivindicarán como modelo de participación y democracia.
No es descartable que se intente fortalecer el bloque El Salvador-Honduras-Costa Rica, recomponiendo los sectores más anti-nicaragüenses al interior de cada uno de esos países. En El Salvador se tratará de utilizar al "demócrata" Duarte para atacar a Nicaragua -con el argumento del apoyo de Nicaragua a la guerrilla salvadoreña- En esta línea se incluye el intento de Duarte de llevar el caso de Nicaragua al Tribunal Internacional de La Haya.
En Costa Rica se ejercerán todo tipo de presiones sobre los que están por la neutralidad perpetua. Hace días la Cámara de Comercio insinuó esta línea al presentar al Presidente Monge una serie de condiciones entre las que incluyen el rompimiento con Nicaragua. No es descartable que se intente consolidar esta línea dura al interior de Costa Rica para, utilizando su tradición democrática, lanzar desde allí fuertes ataques contra Nicaragua para descalificar las elecciones.
Ante el aumento de reconovimiento que ganará Nicaragua en contadora al realizar e proceso electoral ; uno de los puntos de contadora es la democratización interna de los paises de centroamerica.
El proyecto abstencionista interventor Podría intentar nuevamente neutralizar la gestión de Contadora, sin descartar que para ello se recurra a la consolidación del bloque de El Salvador-Honduras-Costa Rica, dentro de esa instancia en la línea el documento que esos países presentaron el 25 de abril. No es descartable que la CDN inicie una ofensiva hacia los países de Contadora -especialmente a Colombia y Venezuela- para debilitar la imagen de las elecciones nicaragüenses, tratando de utilizar -como ya se comenzó a sugerir- el diálogo Betancourt-guerrilla colombiana, como camino válido para Nicaragua -sin evaluar situaciones totalmente diferentes-.
Es posible que se intente presionar sobre Contadora a partir del punto sobre reconciliación interna en los países, tratando de debilitar el esfuerzo electoral nicaragüense acusando al gobierno sandinista por su "desinterés por la reconciliación.
Las elecciones nicaragüenses obligaron a todos los sectores del país a tomar definiciones. El panorama electoral se ha clarificado quedando en la escena los dos polos opuestos que expresan proyectos diametralmente antagónicos.
A partir de aquí los tiempos políticos pueden acelerarse en Nicaragua. Los prefirieron suicidarse políticamente en el espacio interno pueden aspirar a ganar aceleradamente los espacios militares e internacionales, recurriendo para ello aún a los métodos más anti-nacionales. Incluso el de confundir a los que lejos de Nicaragua no pueden latir con cada pulso de esta difícil pero esperanzadora reconstrucción.
Pero ni el más tenaz esfuerzo confusionista puede lograr hacer creer afuera que el proyecto abstencionista-interventor es el mismo que el de la paz y la democracia de Nicaragua. FDN, ARDE, Pastora, Cruz y la CDN hablan de paz y promueven y ejecutan la agresión.
Sin embargo, la lógica de estas conclusiones podría verse quebrada. Hace pocos días, los voceros de FDN-Calero sobre todo, indicaron su decisión de desligarse de las peticiones de diálogo de Arturo Cruz, dejando así el campo abierto para un intento de maniobra de reacomodamiento que desconociendo las dificultades técnicas de un proceso electoral en un país tan pobre y agredido, vuelva a reclamar la inscripción de los candidatos de la CDN -y si se les niega- acuse de antidemocrático e intransigente al gobierno nicaragüense.
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