Nicaragua
Una guerra contra el mundo
Los internacionalistas de la cultura, de la salud,
de la construcción, los internacionalistas de la información... Los internacionalistas de la solidaridad simplemente.
Los internacionalistas internacionalizan el amor...
Equipo Envío
"Los internacionalistas. Para alguien podrán ser turistas simplemente. Y no sé cómo se verán desde los Estados Unidos oficiales. Reagan los llama "terroristas". Claro, le aterrorizan a él y con razón. Los internacionalistas de la cultura, de la salud, de la construcción, los internacionalistas de la información... Los internacionalistas de la solidaridad, simplemente. En aquella capilla de la comarquita de Santa Clara un Delegado de la Palabra los de definió definitivamente: `Los internacionalistas internacionalizan el amor'".(Mons. Pedro Casaldáliga, obispo de Sao Félix do Araguaia (Brasil) en su reciente libro "Nicaragua: combate y profecía").
Qué hacen los "paladines de la libertad" La guerra contrarrevolucionaria lanzada contra Nicaragua y la campaña del Presidente Ronald Reagan en tenaz apoyo a esa guerra un "imperativo moral", son acontecimientos internacionales. No se quedan reducidos a los límites del pequeño país que es Nicaragua, sino que trascienden permanentemente sus fronteras. Por muchas razones. Entre ellas, por la numerosa y significativa presencia de cooperantes extranjeros que apuestan por el proceso revolucionario nicaragüense y se han insertado en él. A ellos también los combate el Presidente Reagan ("I'm a contra") y sus "paladines de la libertad".
Esto se comprobó una vez más el 24 de mayo. En el Cuá y San José de Bocay, al norte de Jinotega - zonas de las más afectadas por la guerra contrarrevolucionaria - se estaban ultimando los preparativos para jornada de vacunación del día siguiente.
A eso de la tres y media de la tarde, camioneta civil, con 13 personas, se dirigía desde San José de Bocay a El Cuá a recoger las vacunas. En la localidad de Los Cedros, a unos 6 kms. de Bocay, se escuchó una tremenda explosión. La rueda posterior del vehículo había hecho contacto con una poderosa mina anti-tanque, de fabricación norteamericana. De las 10 personas que iban en la parte trasera del vehículo, 9 murieron inmediatamente, despedazados por el impacto. El otro quedó herido de gravedad. Los tres que iban delante sufrieron heridas más leves. Entre los muertos estaba el enfermero vasco español Ambrosio Mogorrón Martínez, de 33 años, que trabajaba desde 1980 en Nicaragua.
Ambrosio se unió así la lista de voluntarios europeos víctimas directas de las acciones terroristas de los contrarrevolucionarios. En 1983 dos médicos cayeron a manos de las bandas de la FDN. El francés Pierre Grosjean murió durante el ataque al caserío de Rancho Grande, Matagalpa. Y unos meses después, el alemán Albert "Toño" Pflaum, fue asesinado fríamente en una emboscada en la zona de Pantasma (Jinotega). En febrero de 1986 murió, en circunstancias parecidas a las de Ambrosio, el agrónomo suizo Maurice Demierre.
A las muertes hay que añadir los secuestros. Al cierre de este artículo, los ocho voluntarios alemanes secuestrados por la FDN fueron por fin liberados después de 3 semanas de cautiverio y entregados al socialdemócrata alemán Hans Jürgen Wischnewski, gracias a las muchas gestiones internacionales y también a las facilidades que el gobierno nicaragüense dio los contrarrevolucionarios. los jóvenes, miembros de un comité de solidaridad de la RFA, coordinado por la Oficina de Informaciones sobre Nicaragua que tienen su sede en Wuppertal, habían sido secuestrados el 17 de mayo por los contrarrevolucionarios en la Colonia Jacinto Baca, zona de Nueva Guinea, en donde construían viviendas para los campesinos desplazados de guerra. Cuatro de los secuestrados lograron huir en los primeros momentos, cuando un grupo de milicianos sandinistas enfrentó a la banda contrarrevolucionaria. A lo largo de estos años de guerra otros 3 alemanes de la RFA fueron también secuestrados y posteriormente liberados .
Envío ofrece en este artículo algunas informaciones básicas sobre los voluntarios extranjeros que trabajan en Nicaragua. Se trata de miles de ciudadanos de diversos países que están presentes en todos los campos de la vida social y productiva, especialmente en los campos técnicos, aportando su experiencia y su profesionalidad, realizando trabajos de suplencia que permitan acelerar el proceso de despegue del histórico subdesarrollo del país y que mantengan en pie muchos proyectos mientras dura el desgaste de la guerra de intervención norteamericana. A todos ellos, los que quizá entienden mejor que nadie la dimensión internacional de la revolución sandinista porque han venido a correr la misma suerte de los nicaragüenses, van dedicados estos breves apuntes.
Turistas, voluntarios, internacionalistas...Entre los nicaragüenses, la expresión "internacionalista" ha llegado a ser muy común. La revolución dio vida a esta palabra, desconocida prácticamente hasta entonces. Con ella se tiende a identificar indistintamente a cualquier extranjero que esté en Nicaragua. Pero la presencia internacionalista es mucho más articulada y compleja.
Los medios de comunicación también habla mucho del "Internacionalismo". Los medios que apoyan el proceso revolucionarios lo hacen siempre haciéndolo sinónimo de solidaridad. Es solidaridad y es "internacionalismo" un embarque de arroz que llega de China, un proyecto sueco para la mejora de la ganadería o una declaración de apoyo a Nicaragua de un mexicano o un francés que pasan por el país. Del "internacionalismo" hablan también los medios opuestos a la revolución. El diario "La Prensa ", ocultándose bajo juicio pintoresco sobre las formas extravagantes de vestirse o de peinarse que tienen algunos internacionalistas - que siempre llaman mucho la atención en la tradicional Managua - hace apreciaciones políticas cargadas de desprecio.
Es un hecho que la oposición nicaragüenses - tanto la cívica como la armada - ha hecho abundante uso de un permanente chauvinismo nacionalista. La misma Iglesia jerárquica ha echado mano en distintas ocasiones de este recurso para descalificar a la que llama "Iglesia Popular", olvidando así el sentido universal de la catolicidad y el hecho de que de los 10 obispos del país 4 no son nativos, como tampoco lo es la mayoría del clero diocesano y religioso del país.
No está más recordar que durante la campaña electoral de 1984, el candidato del Partido Liberal Independiente Virgilio Godoy hizo muchas ilusiones negativas a la presencia de los internacionalistas en Nicaragua, afirmando que si su partido ganaba, una de sus primeras medidas sería llevarlos a todos el día siguiente al aeropuerto par despedirlos definitivamente, "con orquestas y todo". Promesas parecidas hicieron los conservadores. Por su lado, los contrarrevolucionarios han amenazado en muchas ocasiones, a través de sus radioemisoras, a los extranjeros que trabajan en Nicaragua. Edén Pastora, quien una vez secuestró a un alemán de la RFA y trató de presentarlo como "un asesor militar de la RDA" ha cultivado también este chauvinismo. En sus tiempos eufóricos de 1983, ARDE lanzaba mensajes de este estilo: "Nicaragüense: hay que clavar el puñal en las espaldas del ruso, del cubano, del chileno..." Recientemente, los voceros de la FDN declararon explícitamente que "todo extranjero que ayude a la reconstrucción de Nicaragua es considerado como enemigo".
Es importante hace notar que mientras Nicaragua es pintada en todo el mundo por la propaganda Reagan como una especie de infierno de represión y un paraíso para los terroristas de todo el mundo, flujo de extranjeros que prefieren ver con sus propios ojos la realidad no ha disminuido. Y en este flujo no hay solamente "internacionalistas". Abundan, y son mayoría, los extranjeros democráticos y progresistas, los investigadores que pasan un tiempo analizando distintos aspectos de la realidad del país, periodistas de toda especie y, ¿por qué no? simples curiosos, simples turistas. Este flujo no ha disminuido desde el comienzo de la revolución. Al contrario. Según datos del instituto Nicaragüense de Turismo, en los siete años de revolución, más de medio millón de personas ha visitado Nicaragua y la mayoría de ellos han sido estadounidenses. Esta cifra no es pequeña si se tienen en cuenta las limitaciones de todo tipo que hay en el país, la situación de guerra,. la falta de instalaciones hoteleras, de transporte, de abastecimiento, la escasez de casi todos los tradicionales alicientes que tiene cualquier país que recibe turistas.
ONG: conciencia solidaria de los países ricosDe todos modos, entre internacionalistas y turistas -aunque estos puedan ser clasificados como "turistas políticas"- hay una cierta diferencia.
Ser "internacionalista", es una actitud que ese fruto de una opción personal y de una convicción política. No se es internacionalistas únicamente porque uno esté trabajando en Nicaragua. Así, hay muchos extranjeros que trabajan en Nicaragua pero no son internacionalistas, porque su pensamiento no puede caracterizarse como tal.
En este artículo no s referimos a los cooperantes que llegan a Nicaragua a través de Organismos No Gubernamentales (ONG), a los que llegan a través de las estructuras de los comités de solidaridad o de otros grupos solidarios de sus países y a esas decenas de internacionalistas "por la libre", como fue Ambrosio Mogorrón.
Dejamos a un lado - por la necesidad de establecer límites - la cooperación entre gobiernos, que implica con frecuencia el envío de personal técnico, sea éste búlgaro o del Comunidad Económica Europea y la cooperación de instituciones internacionales como la ONU, la FAO o la UNESCO. Es inapreciable esta cooperación. Y en el caso de algunos países tiene en su base principios internacionalistas. El caso de Cuba merece una consideración excepcional, porque la cooperación internacionalista cubana ha sido la más sostenida y la más generosa de todas, sintiéndose en los más variados campos de la vida nacional. Esta cooperación, aun cuando sea entre dos gobiernos, se hace en gran medida con cubanos que se ofrecen voluntarios - maestros (hasta hace dos años), médicos, técnicos, etc. -, que no cobran absolutamente nada y que prestan sus servicios en los lugares más difíciles.
Desde 1979 trabajan en Nicaragua decenas de ONG de Europa Occidental, Canadá, Estados Unidos.
Los ONG son instituciones relativamente recientes en los países industrializados capitalistas. No han nacido directamente de los gobiernos, que en el caso de algunos países son los que se niegan a conceder ayuda bilateral a Nicaragua o frenan ésta o la otorgan a cuentagotas mientras sus ONG sí colaboran ampliamente. Los ONG no representan a los gobiernos, pero en algunos casos actúan como sus interlocutores en la discusión de determinados programas de cooperación o en la obtención de fondos oficial, los ONG expresan la solidaridad de la sociedad civil, sobre todo la de las organizaciones populares o de las Iglesias comprometidas de los países ricos. Constituyen así un puente de comunicación y de cooperación independiente entre los pueblos del mundo.
Surgieron los ONG de la toma de conciencia de algunos sectores del os países desarrollados, que entendieron que su desarrollo se hizo a costa del subdesarrollo de otros países. Después de siglos de colonialismo, del genocidio de la esclavitud, de la sobreexplotación de la fuerza de trabajo y de las riquezas del llamado Tercer Mundo, algunos sectores del Primer Mundo han reaccionado. Hoy, los ONG contribuyen de forma concreta, aunque con límites, a abrir caminos al nuevo orden económico internacional, a ir rompiendo con acciones concretas el círculo infernal del viejo orden actual, de las transnacionales, el que hace a los ricos cada vez más ricos y a los pobres cada vez más pobres.
No hay soluciones para el Tercer Mundo, dicen los ONG, sin que se produzca cambios en los países de Primer Mundo. Y el principal cambio de fondo que ellos proponen es el fin de la carrera armamentista en los países industrializados, ligando así el tema del desarrollo con el de la paz. Es por esto que los ONG enfocan las crisis internacionales dentro de las tensiones Norte-Sur y rechazan - no sólo en el caso de Nicaragua - el encuadrar los conflictos del Tercer Mundo en el marco de las tensiones Este -Oeste, según pretende permanentemente la propaganda Reagan. EL compromiso de los ONG tiene así una doble vertiente: un creciente flujo países pobres del Sur - América Latina, Africa y Asia - y una dinámica obra de concientización en los países ricos del Norte.
El proceso revolucionario sandinista es, entre todas los recientes procesos revolucionarios del Tercer Mundo el que, sin duda, ha despertado más simpatía entre los ONG. En Nicaragua trabajan actualmente más de 50 ONG, presentes en la reforma agraria, en la educación, la salud, la pequeña industria... Es necesario señalar que dentro del esquema de economía mixta que existe en Nicaragua, los ONG, como instrumentos de la cooperación económica directa entre los pueblos - y no sólo entre los gobiernos -, cumplen un papel nada despreciable en la realización de muy distintos proyectos de la revolución.
Entre los ONG existen diferencias. Y éstas dependen principalmente de las características institucionales de cada país. En general, se puede hablar de dos tipos de ONG.
Por un lado, hay organismos que son, sobre todo, financieros. Es decir, proporcionan fundamentalmente recursos económicos y se limitan a enviar periódicamente misiones de supervisión técnica. Cuando actúan así, los ONG se asemejan a las agencias para el desarrollo, aunque, en este caso con concepciones democráticas y liberadoras. Estos ONG existen especialmente en algunos países de Europa y en Norteamérica, y en su mayoría están vinculados a Iglesias comprometidas.
Los recursos económicos que canalizan estos ONG para programas de cooperación proceden de los llamados "fondos propios", fruto de las actividades privadas del organismos - colectas de una Iglesia o de un grupo de solidaridad, por ejemplo pero principalmente, de los fondos que anualmente los gobiernos asignan para la realización de proyectos en los países en vías de desarrollo. En la mayoría de los casos, no son los respectivos ministerios gubernamentales sino los ONG los que presentan los proyectos y piden para ellos la asignación de determinados fondos.
Al segundo tipo de ONG pertenecen aquellos que, además de destinar recursos económicos para programas de cooperación, envían también personal cooperante calificado para que los ejecute, en colaboración con equipos técnicos locales. Estos ONG se define por eso como organismos de voluntariado internacional y cooperación.
Actualmente hay en Nicaragua unos 500 cooperantes pertenecientes a estos ONG. Su arribo a Nicaragua está supeditado a la aprobación de los programas de cooperación y de sus capacidades profesionales, en primer lugar por parte del Ministerio de Cooperación Externa de Nicaragua y, en segundo lugar, por parte de los distintos ministerios de los países de procedencia, según sea la modalidad de la cooperación que se va a brindar.
Estos cooperantes firma contratos de trabajo, que suelen ser válidos por al menos dos años y son renovables. Reciben un sueldo del ONG y su monto varía mucho de un organismos a otro y también de un país a otro.
A raíz de la guerra contrarrevolucionaria, caracterizada por el ataque indiscriminado a toda infraestructura que signifique una mejora para la población, varios proyectos ubicados en zonas conflictivas han tenido que se abandonados e incluso el personal cooperante restringido al máximo por razones de seguridad.
Desde todo punto de vista, la cooperación que brinda estos ONG es altamente significativa para Nicaragua. Políticamente, representan una venta abierta permanentemente al mundo, a muy distintas fuerzas democráticas y progresistas de las sociedades de los países ricos. Desde un punto de vista estrictamente económico, la ayuda canalizada por los ONG suma algunas decenas de millones de dólares al año y esto alivia de forma significativa la difícil crisis económica que causa la guerra al país. En un sentido más amplio, el aporte económico incluye también la fuerza de trabajo de centenares de cooperantes, técnicos cualificados en las distintas ramas de la producción y de los servicios sociales que, además de trabajar, socializan sus conocimientos y hacen transferencias de ellos a los nicaragüenses. Si esto agregamos el aporte humano, el testimonio de compañerismo y el ejemplar sacrificio de algunos de ellos, el valor se hace incalculable.
Un caso reciente: Mauricio DemierreMaurice Demierre, 29 años agrónomo miembro voluntario del organismo cristiano suizo "Freres sans Frontiers" (hermanos sin Fronteras), trabajaba en las cooperativas agropecuarias de la zona de Somotillo, al norte del occidental departamento de Chinandega. Como cristiano, participaba también activamente en las tareas de los Delegados de la Palabra del Bloque Intercomunitario ProBienestar Cristiano. Estaba consciente de los riesgos que su trabajo tenía en esta región de la frontera y siempre dijo que si moría quería ser sepultado entre los campesinos, en una zona donde tantos ya han sido salvajemente asesinados por la contrarrevolución.
El día 16 de febrero de 1986, Mauricio venía manejando una camioneta, en la que regresaba con un grupo de mujeres y de niños de un viacrucis campesino, celebrado como parte de las movilizaciones religiosas que desencadenó por toda Nicaragua el Viacrucis por la paz y la vida que, encabezado por el P. Miguel D'Escoto, convocó miles de nicaragüenses. En el camino a Jiñocoago el vehículo de Mauricio hizo contacto con una mina. Como resultado del impacto, los viajeros resultaron heridos, pero los contrarrevolucionarios, que estaban emboscados, remataron a varios, entre ellos a Mauricio, a dos ancianas y a dos mujeres jóvenes.
Jacqueline Demierre, madre de Mauricio escribió a todos los nicaragüenses esta carta:
"Bulle, abril de 1986
A mis hermanas y hermanos de la Nicaragua mártir:Sí, aun estoy llorando a mi hijo Mauricio, muerto el 16 de febrero de 1986, cerca de Somotillo. Sí, esa muerte ha sido un gran golpe para mi corazón de madre ya ha quebrado todo mi cuerpo. El se entregó a una tarea por los pobres, por la libertad, la paz y el amor, en nombre de Cristo Jesús.
Yo lo había entregado. Y todavía ahora estoy ofreciendo su sacrificio, que termina en la resurrección. Para que los que lo mataron entiendan. Para que el mundo entero se despierte y actúe y grite la verdad.
Me siento muy cerca de todos ustedes, que sufren. De todas la madres de Nicaragua, de las familias de las madres que murieron con el. Muy cerca de la Virgen María al pie de la cruz. Ellos, la Virgen y su Hijo, están con nosotros. Ellos son la fuerza que hará crecer la semilla, la sal de la tierra.
Tengan confianza. Continúen más que nunca su lucha, unidos. por sus familias, en nombre de la paz y del amor.
Gracias por haber querido a mi hijo Mauricio y por haberlo hecho uno de ustedes.
Les abrazo,
Jacqueline Demierre, mamá de Mauricio".
La experiencia de masivas brigadas de solidaridadExiste otro tipo de voluntarios: los que llegan a Nicaragua a través de las redes de la solidaridad en los países europeos y en Norteamérica organizan anualmente grupos, brigadas de cooperación formadas mayoritariamente por jóvenes, sin preparación técnica específica que vienen a Nicaragua dedicando el tiempo de sus vacaciones a la construcción, a la recogida de café, etc.
En este tipo de voluntarios se incluye una gama de gentes muy diversas. En general, la línea de acción de estos grupos subraya los aspectos más directamente políticos de la solidaridad, aun cuando estos sean puntuales o coyunturales. El principal campo de actividad de estos cooperantes eventuales no está en Nicaragua sino en sus respectivos países. Es allí donde, gracias a actividades muy diversas, estos comités logran recolectar fondos para la realización de distintos proyectos en Nicaragua y también para organizar estos mismos grupos de trabajo. Desde el punto de vista económico, el aporte de estos grupos, aunque significativo, resulta muy inferior al de los voluntarios de los ONG.
Los voluntarios de este tipo de brigadas de solidaridad permanecen en Nicaragua sólo por algunas semanas. Pero la importancia de esta forma de solidaridad se encuentra, sobre todo, en la masividad de la experiencia. Cada año son centenares los voluntarios que levantan escuelas en Nicaragua, construyen centros de salud y viviendas, recogen el café o el algodón. Hospedados en humildes casas, acogidos fraternalmente por las familias nicaragüenses, estos extranjeros tienen la oportunidad de conocer desde las bases populares el proceso revolucionario.
En Nicaragua, estos grupos de voluntarios son coordinados por el Comité Nicaragüense de Solidaridad por el Comité Nicaragüense de Solidaridad con los Pueblos (CNSP) y, en algunos proyectos, también por la Fundación Augusto C. Sandino (FACS), ésta última un ONG nicaragüense, que mantiene estrechas relaciones con el Estado revolucionario y de cooperación con varios de los ONG presentes en Nicaragua. Otros organismos de Iglesia funcionan también en Nicaragua con características de ONG. Entre ellos, el Centro Ecuménico Antonio Valdivieso (CAV), la Asociación para el Desarrollo de los Pueblos, el Instituto Juan XXIII, etc. Canalizan proyectos y financiamientos de los ONG europeos y norteamericanos y dan seguimiento en Nicaragua a la realización de estos proyectos.
Los ONG nicaragüenses se reunieron por primera vez en Managua con los ONG internacionales en 1983. En aquella ocasión se insistió en las muchas y nuevas posibilidades que pueden surgir de la cooperación mutua. Si los ONG son un fenómeno nuevo para los países desarrollados, más aun lo son para Nicaragua. por su importancia, Envío volverá sobre el tema de la cooperación internacional con mayor amplitud.
Los voluntarios "por libre"Junto a cooperantes miembros de los ONG se encuentran en Nicaragua muchos otros internacionalistas "por libre", voluntarios que no pertenecen a ningún organismo. Son en su mayoría latinoamericanos - muchos de ellos exiliados de las dictaduras que plagaban América Latina en el momento del triunfo sandinistas - o son, entre los europeos, principalmente los españoles. Como es natural, no existen en América Latina ONG. En España, la herencia del franquismo ha condicionado el que todavía no existan en este país organismos como los ONG.
La integración de estos voluntarios en la red social y laboral de Nicaragua depende en gran medida de su cualificación profesional, de amistades personales previas y de la capacidad de las instituciones nicaragüenses de asumir la responsabilidad de contratarlos. Estos voluntarios reciben su salario en moneda nicaragüense.
Para muchos de ellos, una decisión que inicialmente pudo haber sido asumida como experiencia temporal se convierte en una opción de vida. Para otros, Nicaragua es una etapa decisiva en un peregrinaje más largo, como lo reflejan por ejemplo estos versos:
CONFESIONMe acuso, Padre,
de querer a un país que no me pertenece.
Mi confesión es una larga
lista de pecados:
querer robarme los atardeceres,
la sonrisa de un niño,
las viejitas del campo, en Chinandega,
La luz de amanecida sobre el lago,
los volcanes y los algodonales...
Me acuso, Padre,
de querer robarme este país entero.
Quiero hacer un paquete con esta Nicaragua
y llevarla conmigo
para que me consuele en otro exilio.
Paulina Herrera, chilena,
Diciembre de 1980
Ambrosio Mogorrón, un símbolo vivoAmbrosio Mogorrón, un voluntario "por libre", es un símbolo vivo de la cooperación internacional con Nicaragua. En sus 6 años de historia en el país podría resumirse la esencia del "internacionalismo" que ha acompañado permanentemente la experiencia revolucionaria nicaragüense.
Ambrosio llegó a Nicaragua en 1980. Había nacido en un pueblito pobre de la provincia española de Cuenca y emigró con sus padres a Bilbao, en el país vasco, buscando trabajo en las minas y en los altos hornos. Trabajó como obrero agrícola en Francia y en Madrid estudió enfermería, mientras seguía trabajando para pagarse los estudios. A los 27 años, con el diploma fresco, se ofreció voluntarios para alfabetizar en Nicaragua. Fue destinado a una brigada de Salud que apoyaba a los alfabetizadores en la zona minera de Bonanza (Zelaya Norte). Después, decidió quedarse, en el poblado de San José de Bocay, al norte de Jinotega. Es ésta una de las regiones más selváticas, montañosas, olvidadas, atrasadas, pobres e incomunicadas de toda Nicaragua. Para llegar a Bocay, el ómnibus necesita todo un día para cubrir los 100 kilómetros que separan el pueblo de Jinotega, la capital departamental.
Ya en aquellos tiempos, Bocay empezaba a ser teatro de la guerra contrarrevolucionaria, pues las primeras bandas somocistas intentaron, desde los comienzos de sus actividades, asentarse en esta zona.
Ambrosio aceptó el desafío y se fue a vivir a San José de Bocay, en una casa tan pobre como las restantes casas campesinas. Muy pronto se ganó a todos en aquel lugar. El "doctor Ambrosio" se hizo imprescindible, por lo que hacía y por cómo era. "Si hubiéramos tenido dos médicos, sólo a él hubieran buscado", dice Orlando Rizo, Director Regional del Ministerio de Salud en la Región.
Por primera vez en su historia, la gente de Bocay contaba con la presencia permanente de personal médico. Ambrosio fue el primero en llegar. Su diploma de Asistente Técnico Sanitario no lo hacía propiamente un médico, pero eso no fue ningún obstáculo. Ambrosio tenía iniciativa y era inteligente. Mandó a pedir libros - hasta de siquiatría - y los estudiaba y se los daba a leer a las enfermeras que lo ayudaban. "Para que nos capacitáramos", recuerda Rosa, enfermera del puesto de salud en plena montaña. "Cuando él vino -recuerda Orlando- mandó a traer también libros de odontología y empezó a sacar muelas. Esto da una idea de la madera de la que estaba hecho Ambrosio". Creativamente, instaló un pequeño cuarto para las extracciones y con su sillón y un sencillo instrumental que se trajo de España se convirtió en dentistas. Era del primer dentista que habían conocido los campesinos, el primero que había llegado tan montaña adentro.
Así Ambrosio llegó como un simple enfermero. Y, para mejorar, se hizo dentista, partero, epidemiólogo...Quizá su mérito científico más grande lo obtuvo al incursionar en el campo de la investigación epidemiológica.
Ya en la Cruzada de Alfabetización, Ambrosio había observado la alta incidencia de "leishmaniasis", enfermedad conocida por los campesinos como "lepra de montaña". En la región de Bocay, esta "lepra" mes la enfermedad que ocupa, por su frecuencia, el tercer lugar entre la población, después de la bronquitis y la gastroenteritis. Se calcula que de los 12 mil habitantes de la zona de Bocay un 50% aproximadamente sufre o ha sufrido de leishmaniasis. Actualmente, la desatención provocada por la guerra ha multiplicado los casos, estando afectados también muchos soldados sandinistas que actúan en estas zonas de montaña.
Esta terrible enfermedad ha sido descrita magistralmente por el Comandante Omar Cabezas en su libro, traducido ya en varios idiomas, "La montaña es algo más que una inmensa estepa verde".
La lepra de montañaEstando en Waslala, se me olvidaba decirte, unos quince días antes de que llegáramos donde Modestos, yo me había visto aquí en la pantorrilla del pie derecho un puntito blanco de piquete de zancudo pero como uno tiene las manos todas picadas de zancudo y heridas y miles de miles de piquetes que se te quitan, luego piquete sobre piquete, herida sobre herida, rayón sobre rayón, eso es normal y a veces los piquetes se te infectan un poquito, entonces andas las manos picadas y con un montón de pus y luego les echas alcohol cuando encuentras alcohol o mertiolate, se te quitan y luego vienen otros piquetes, y así; pero yo vi que esos piquetitos se me empezaron a crecer en forma de puntito blanco a los dos lados de pantorrilla, y alrededor del puntito blanco, rojo,rojo, rojo, colorado, colorado, colorado, en los dos lados y poco a poco con el transcurso de los días me fue creciendo como una moneda de diez centavos, me lo apretaba y luego como una moneda de a chelín, y luego como una moneda de cincuenta centavos; luego ya empezó a doler, ya me dolía mucho, yo vi que era pura pus eso; entonces yo creí que cuando llegara donde Modesto me iban a inyectar para que se me quitara, porque ahí había suficiente medicina.
Le digo a Flavio, el doctor de la guerrilla: "tengo jodido aquí, en la canilla", "lo que tenés ahí es una infección". La supuesta infección empieza vertiginosamente a crecer, ya estaba como una moneda de córdoba. Me dolía, que no podía dormir. Tuve que doblarme el gollete de la bota de hule, pues cuando me rozaba, me mataba. Me han dado unas cápsulas de antibiótico para que cediera la infección, pero yo le decía a Flavio: "esta chochada no se me quita..." "Flavio, yo empiezo a sentir un mal olor, yo siento cómo esta chochada hiede". Flavio acerca la nariz: "Sí, hermano esto apesta"; me huele la otra...hedionda... "Te voy a inyectar benzetazil...", entonces me pone la primera benzetazil, penicilina de dos millones cuatrocientos mil unidades en la cadera, y paso cuatro días renco, sentado. Estábamos todos débiles, bien flaquitos...Una inyección de ésas me botó. Pasan los cuatro días y empiezan las curaciones, eso fue algo horrible, porque te meten una pinza con algodón dentro de la chonela... y se va hasta adentro la pinza con el algodón, luego la otra... y yo que me agarraba los dientes y apretaba los puños...! y le quitaba el pie, y Flavio se me sentaba al pie y me agarraba. Total, que cuando me saca toda la pus me queda un gran hueco. Ya no podía caminar, sentado todo el tiempo. Como no se me quita, me vuelve a meter otra benzetazil... y recordá que eso mata los glóbulos rojos; estamos subalimentados, hechos mierda... me vuelvo a quedar postrado y sigue las curaciones todos los días porque todos los días tenía pus... y cada vez la chonela más grande. Me metió tres benzetazil y la cuestión fue creciendo, fue comiéndome, y aquel dolor que no podía levantarme ni para ir a traer la comida, a duras penas para ir a cagar, o para irme a bañar... Era un sacrificio, me bañaba todos los días... vos sabés lo que es desnudarse en una quebrada, el agua de lo más helada, helada... todas las mañanas y a veces dos veces al día, y que me lavara y la cuestión no se compone y miro que Flavio está preocupado porque ya les está empezando a otros compañeros en diferentes partes del cuerpo, chiquitas, las mías eran las más grandes. Flavio está preocupado porque se percata de que eso no es ninguna infección, yo ya tengo como un mes de estas postrado y lleno de antibióticos... y siguen creciendo . Son chorchas grandes. Iban creciendo y comiendo por dentro, ya se miraba el hueso. Me curaban entre tres. Un compañero había cortado dos palos. Me daban un palo en cada mano y luego me metían otro en la boca para que no gritara a la hora de la curación y me comenzaban a meter las gasas dentro los huecos de las piernas. Sentía que me tocaban todo por dentro, un gran dolor que no puedo describir, me dolía hasta el cerebro, quebraba los palos que me ponían en la boca, eran tan grande el dolor que parecía un animal cuando me estaban curando, era de lo más desgarrador... sólo a Somoza se lo podría desear yo. Me escapaba de desmayar cuando aquel hombre me metía las gasas, y aquel tufo, y las gasas salían envueltas en pus, en sangre, me salían pedazos de carne, pedazos más grandes que un frijol, que un grano de maíz, eran tucos de carne los que se me desprendían; ahora sólo tengo las cicatrices... pero esto era mucho más grande, como cinco pulgadas de diámetro, del tamaño de un jeme y para dentro comido. Para remate me había empezado antes, en Waslala, unos dolores de apéndice; entonces se me había mezclado la apendicitis con la cuestión ésta., El pobre Flavio estaba siempre en su cama agüevado porque no hallaba lo que era. Una tarde viene Flavio y dice: "¡es lesmaniasis! ¡lesmaniasis!", como quien grita ¡tierra!... ¡tierra!... "¿qué cosa es lesmaniasis?" "Hermano, eso es lo que ustedes tienen, es lepra de montaña, esa es la lesmaniasis. Y me acuerdo que en un curso antes de venirme a la montaña, viendo medicina tropical... eso es... eso es... Repodral.... Repodral.... con eso se quita, Con Repodral..." "Ojalá, hermano". "Entonces, bueno, manden a traer Repodral...." ¿Sabés lo que es mandar a traer Repodral a la ciudad...? ¡Cuándo iba a llegar! A ver si pasaba por los retenes de la Guardia. Duré cinco meses así. Lo que hice después fue ponerme vendas y vendas, y me levantaba a buscar leña veces, o me mandaban a la posta, la cosa es que yo pedía trabajo, no estar postrado. Entonces, la lepra me fue haciendo más caballo. Me fue curtiendo más.
Desde 1981 Ambrosio empezó a recoger datos sobre la leishmaniasis. Fue prácticamente el primero que en Nicaragua hacía este trabajo. Cuando en 1982 su relación de trabajo con el Ministerio de Salud nicaragüense fue formalizada, Ambrosio tenía ya recopilada documentación sobre 1.200 casos, con fotos y estadísticas. En 1983, más nicaragüenses y voluntarios extranjeros lo acompañaban en este imprescindible investigación. Uno de ellos fue precisamente el médico francés Pierre Grosjean, asesinado por la contrarrevolución en lugar en donde justamente estaba realizando nuevas investigaciones sobre la enfermedad.
Ambrosio acumuló datos sobre los síntomas, sobre el tratamiento con hierbas medicinales, sobre los insectos que la transmiten. Con toda la documentación recogida realizó un audiovisual para los trabajadores de la salud de la región. En el momento de su muerte, tenía analizados unos 2.500 casos.
Por su trabajo y el de todo su equipo, Ambrosio fue condecorado en 1985 por el gobierno nicaragüense con la Orden "Comandante José Benito Escobar", siendo el único cooperante extranjero que ha recibido tan alto reconocimiento.
De él cuentan muchas cosas los amigos. Cuentan, por ejemplo, que, ante la falta de medios y recursos económicos para adquirir las trampas con las que cazar los insectos transmisores de la enfermedad, Ambrosio esperaba que se pararan sobre su cuerpo y justo antes de que lo picaran, lograba atraparlos.
Lo recuerda, ahora que ha muerto, un sacerdote uruguayo, que trabajó en Nicaragua con él: "Cualquier día llegabas, con tu camisa de siempre, sobre tu pantalón de siempre y las botas agonizantes (pero si todavía sirven...). Y la casa se llenaba de esa alegría humilde y tranquila que siempre traías. Y empezabas a contar: Los problemas con la lluvia, con el camino, y la contra que se llevó a 15 campesinos y varias comunidades están amenazadas y cómo trajeron de noche una señora muy grave, seis horas a hombros y bajo la lluvia y el río crecido ¡y la salvamos! No, no vine antes por eso de los miskitos, había que organizar el campamento, ya casi terminamos las letrinas... Sabías concientizar, Ambrosio. No decías: hay que hacer las letrinas, sino que agarrabas el pico y la pala y hacías las letrinas."
A Ambrosio no le gustaba la ciudad. "Cuando salía de aquí, de la ciudad de Matagalpa - recuerda Senia, enfermera que lo conocía desde 1980 - se llevaba muchos medicinas y otras cosas para no regresar antes de tres o cuatro meses. Y cuando regresaba, era sólo para arreglar problemas".
Amistoso, bromista, sencillo, de buen trato, Ambrosio era muy respetado por la gente de la zona. "Contaba los chistes y se quedaba serio, nada más con una sonrisa. Eso era lo que más nos hacía reír, - recuerda Senia -. El se sentía nicaragüense, como cualquier campesino de Bocay. Se quería nacionalizar. Era una autoridad. Tenía un papel importante en la comunidad. también en el abastecimiento, en el control de precios, para que éstos fueran razonables y no se aprovecharan los especuladores. Siempre era el primero en ofrecerse para ir a los lugares más alejados. Siempre decía: la gente que está lejos no puede venir. Cuando iba él a darles consultas, llevaba siempre caramelos para los niños y se quedaba jugando con ellos. De forma sencilla lograba convencer a la gente. Recuerdo cuando vino un grupo de evangélicos reaccionarios, que no querían que sus hijos hicieran el servicio militar patriótico. El les supo contestar también a sus argumentos "religiosos". Cuando una vez se fue a España todo mundo lo extrañaba. Siempre preguntando: ¿Qué se hizo don Ambrosio?"
Senia fue la última persona en ver a Ambrosio vivo y la primera en llegar al lugar de la tragedia. Sólo por casualidad el jeep en el que ella iba no hizo contacto con la mina. Pocos minutos antes de la explosión, los dos vehículos se habían cruzado y Senia y Ambrosio intercambiaron palabras.
"Cuando llevamos los cadáveres a San José de Bocay - cuenta Senia - era ya noche. La gente se resistía a creer que se tratara de Ambrosio. Levantaban la tapa del ataúd para ver si era cierto que era él. Y llorando mucho. Le trajeron toda clase de flores. SI la contra tenía un poquito de apoyo en la zona, con la muerte de Ambrosio se le vino abajo".
"¿No pensaste nunca en casarte, Ambrosio? - le pregunta ahora en voz alta, el cura uruguayo amigo suyo -. No te parece que con la Chepita? Contestabas con tu sonrisa humilde y franca. Tu compañera, tu familia, era toda esta tu gente, todo este pueblo. Y, Ambrosio, te lo ganastes para siempre".
"Sí, era lo que podríamos llamar un líder popular - asegura Orlando Rizo .- No creo que se pueda decir que la contra lo respetara. Ellos no respetan nada. Además, la Radio "15 de Septiembre" de los somocistas lo habían amenazado. Pero no es remoto imaginar que él haya atendido como médico a familiares de los contras. En ciertas zonas, atendemos normalmente a los familiares de ellos, si se presentan a pedir consulta. Para nosotros, Ambrosio fue un símbolo en vida. Tenía tres cualidades: uno convicción profunda en la causa del pueblo y en lo que significa trabajar, vivir y, si llega el caso, morir por esta causa. Después, el valor: trabajó seis años en circunstancias muy difíciles. En fin, la humildad. Era un ejemplo para todos nosotros".
En la mira de los contrarrevolucionariosAmbrosio, ¿un objetivo de la contrarrevolución? Sí y no al mismo tiempo. NO tiene mucho sentido preguntarse si la mina que destrozó la camioneta en la que viajaba Ambrosio con 12 nicaragüenses estaba destinada precisamente a él. Por la misma naturaleza terrorista de esta guerra contrarrevolucionaria - la que con eufemismo los estrategas del Pentágono llaman "guerra de baja intensidad" - la pregunta no tiene sentido.
Desde esta perspectiva, hay que decir que el terror ejercido por los contrarrevolucionarios sobre la población civil es sólo aparentemente indiscriminado. Es masivo, en cuanto que el pueblo nicaragüense apoya masivamente el proceso revolucionario. Pero, en realidad, el terror está dirigido a golpear, a destruir, a asesinar todo lo que represente o pueda representar un logro de la revolución, ya sea en términos de realización material, concreta, o en términos de consenso y apoyo. Si es una cooperativa en la que los campesinos producen y defienden sus cosechas, los campesinos producen y defienden sus cosechas, los contrarrevolucionarios la atacan porque trabajar así implica aceptar el proyecto de reforma agraria. Si son ingenieros y trabajadores que se esfuerzan por construir la carretera que une el Atlántico con el Pacífico, los contrarrevolucionarios los matan -asesinaron a 30 de los trabajadores que hicieron esta obra -, porque la carretera permitirá en el futuro nuevas etapas de desarrollo. Si se trata simplemente de humildes campesinos que bajo el sol o la lluvia piden a una camioneta de una institución estatal que los lleve a algún lugar, también la contrarrevolución los ataca.
Para ellos, para todos, la contrarrevolución, emboscadas o colocando minas en los caminos, tiene mensaje, Y es éste: es peligroso andar con los sandinistas. Ese es precisamente el objetivo del terror contrarrevolucionario. Los manuales de la CIA soy muy didácticos al respecto. Hay que separar a la "población civil" de los sandinistas, no sólo del ejército. Hay que alejar a los nicaragüenses de todo lo que la revolución ha hecho o ha significado en estos años.
También hay que separarlos de hombres como Ambrosio. Sí, en este sentido, Ambrosio y muchos otros cooperantes internacionales son objetivos de las bombas, de las minas, de los morteros y de las calumnias de los contrarrevolucionarios.
"Ambrosio representaba la salud que lleva la revolución. Y en cierto sentido era un enemigo para ellos - dice Orlando -. ¿Cómo reemplazarlo No hay Ambrosio por todas partes y todos los días. ¿Cómo reemplazar el ejemplo que él daba, los servicios que él presentaba, la imagen que él ofrecía del estado revolucionario entre la población? No se trata de crear mitos después de la muerte. Pero, posiblemente no lograremos reemplazarlo. Es muy difícil."
Al conocer la noticia de la muerte de Ambrosio y con los conmoción fresca por el secuestro de sus compatriotas, una cooperante alemana sintetizó así la situación en la reconstrucción de Nicaragua. La guerra contrarrevolucionaria es una guerra contra el mundo".
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