Nicaragua
Estelí hora cero
Los sucesos violentos de Estelí que enfrentaron a miembros del Ejército Popular Sandinista con militares rearmados ex-miembros del EPS marcan un hito trágico en la actual crisis de Nicaragua. Resumimos la descripción y valoración de los hechos contenidas en el Informe del CENIDH.
Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH)
El miércoles 21 de julio de 1993, a las 3 de la tarde, los medios de comunicación radiales informaron que la ciudad de Estelí tenía una hora aproximadamente de estar tomada por un grupo de unos 150 rearmados, del llamado Frente Revolucionario Obrero y Campesino (FROC), bajo el mando del ex?Mayor del Ejército Popular Sandinista, Víctor Manuel Gallegos, de sobrenombre "Pedrito el Hondureño".
Se informó que los irregulares planteaban como objetivo de su lucha armada una serie de demandas. Entre ellas, el financiamiento a los pequeños y medianos productores agrícolas, el acceso a la salud, la creación de fuentes de empleo, la no privatización de la educación, la legalización de las propiedades entregadas por el gobierno anterior, priorizando las de los retirados de las fuerzas armadas. Hacían también otras reivindicaciones propias de los retirados.
Sí a la acción militar y no a la mediaciónLos mismos medios de comunicación transmitieron un llamado del
diputado sandinista por Estelí, Ramón Gámez, pidiendo la intervención del CENIDH y de su Presidenta, Dra. Vilma
Núñez de Escorcia, para buscar una salida pacífica a la
situación y evitar así el derramamiento de sangre de la población
civil.
Fueron hechas públicas también las declaraciones del Teniente
Coronel Ricardo Wheelock, vocero del Ejército Popular Sandinista,
informando que dicha institución ya estaba enviando tropas con
el objetivo de restablecer el orden en la ciudad de Estelí.
Se dio a conocer que las comunicaciones telefónicas estaban interrumpidas, así como el acceso a la ciudad y se orientó a la población a recoger agua potable porque ésta y la energía eléctrica serían cortadas durante la operación militar.
A través de los medios de comunicación, el CENIDH hizo un llamado al Gobierno, a las Fuerzas Armadas y a las mismas fuerzas irregulares del FROC a cesar el fuego y a actuar con prudencia
y responsabilidad a fin de evitar el derramamiento de sangre, principalmente de la población civil. También se ofreció como instancia mediadora para tratar de lograr un cese al fuego, pidiendo además a personas notables de la población que formaran una comisión con este objetivo. Esta oferta fue categóricamente rechazada por el Ejército, el que a través de su vocero confirmó su decisión de controlar la situación por medio de la fuerza.
DILIGENCIAS REALIZADAS EN ESTELÍ Y EN MANAGUA
En Estelí y desde la 1 de la tarde del 22 de julio hasta el 29 de julio se realizaron las siguientes diligencias:
-Recepción de testimonios de pobladores de la ciudad, principalmente en los focos de tensión.
-Entrevistas con autoridades de la Comisión Local de Paz, formada por representantes de la Iglesia Católica, la Cruz Roja Nicaragüense, el CEPAD, el FSLN de Estelí y periodistas.
-Entrevistas con los mandos de las Brigadas Especiales de Desarme.
-Recepción de testimonios de miembros del FROC que se entregaron a las BED.
-Visitas e inspección al Hospital Alejandro Dávila Bolaños de Estelí.
-Visitas a los heridos en el Hospital Regional de Matagalpa.
-Atención a familiares de las víctimas de los acontecimientos.
-Visitas, entrevistas e inspección al cementerio de Estelí, especialmente a lo que se llamó la "fosa común".
-Presencia en el traslado de los irregulares que se entregaron a la BED de Matagalpa y en la puesta en libertad de 16 ciudadanos capturados 48 horas antes por la Policía.
-Entrevista al Director del SILAIS, Dr. Juan José Cerda y a la Jefa de Enfermería del Hospital, Elida Gámez.
-Comparecencias del equipo del CENIDH en los medios de comunicación.
EN MANAGUA:-Visita a Instrucción Nacional de la Policía para averiguar si habían detenidos relacionados con el conflicto.
Visita a la oficina de la BED.Visita a heridos en los sucesos de Estelí, internados en los Hospitales Lenín Fonseca, Manolo Morales y Carlos Marx.
El 22 de julio, el CENIDH dirigió una carta a la Presidenta de la República, dándole a conocer la disposición de integrar una comisión con personas representativas de diferentes sectores, dispuestas a mediar en el conflicto para lograr un cese al fuego. Ninguna respuesta fue recibida. Sólo horas después, la mandataria declaró que el conflicto no era objeto de negociación. No obstante, a las 10:45 de la mañana y a la luz de los informes sobre el incremento de la violencia, que afectaba principalmente a la población civil, un equipo del CENIDH, presidido por la Dra. Vilma Núñez de Escorcia, el padre Uriel Molina (CAV), el reverendo Miguel Angel Casco (CEPRES) y el Dr. Mateo Guerrero (ANPDH) ?que habían atendido el llamado del CENIDH? se dirigieron hacia la ciudad de Estelí.
Relación de los hechosEl miércoles 21 de julio, entre la 1:30 pm y las 2:00 pm, un grupo de armados del llamado Frente Revolucionario Obrero y Campesino (FROC), llegó a la ciudad de Estelí con claros propósitos de tomarse la ciudad, dirigiéndose principalmente a la Carretera Panamericana, a la Seguridad Pública de la Policía (operaciones) ?lugar conocido como "Comando 16"?, a las oficinas de Instrucción de la Policía, a la sede principal de los bancos, al Parque Central y al Hospital Dávila Bolaños.
En la CarreteraDespués de la una de la tarde, columnas del FROC encabezadas por "Pedrito el Hondureño" detuvieron el tráfico sobre la Carretera Panamericana, operación en la que fue retenido el embajador de Nicaragua en Honduras, Noel Rivas Gasteazoro. Igual cosa sucedió con entre 15 y 20 vehículos. Montados en ellos y aproximadamente a la 1:40 pm, los irregulares se dividieron en columnas y se dirigieron a la ciudad de Estelí.
En las instalaciones de la PolicíaEntre la 1:30 y 2:00 pm., un grupo de estos irregulares tomó las instalaciones del "Comando 16" en el que se encontraban aproximadamente 10 policías, los que fueron obligados a permanecer en una de las oficinas del local. Según testimonio de un oficial de esa unidad, los irregulares los desarmaron, golpeando a uno de ellos. Señaló que durante las primeras horas se oyeron pocos enfrentamientos, pero que hubo momentos de gran tensión cuando sobrevolaron la ciudad helicópteros del EPS y se temió un ataque aéreo al lugar. Notó también que en la unidad no tuvieron consecuencias personales que lamentar. A las 10 pm, los policías fueron dejados en libertad.
Los testimonios expresan que los irregulares entraron al local de la PN a las 2:00 pm y que en pocos minutos neutralizaron a 9 policías, sin hacer ningún disparo, presentándose sólo un incidente con uno que se resistió a entregarse. Posteriormente los policías fueron encerrados en una oficina. Momentos después el ejército atacó, produciéndose un combate.
Producto de los disparos en este lugar resultó muerto el civil Arlen José Romero Gurdián, mecánico de un taller ubicado a 100 metros de la Policía. Testimonios de los habitantes de los alrededores confirman que el FROC entró sin encontrar mayor resistencia de los policías y que la mayor tensión se vivió cuando hizo presencia el Ejército, con el que al poco tiempo de iniciada la toma entraron en combate. En estas acciones los irregulares sufrieron 1 muerto y 2 heridos y se retiraron llevando sus bajas y varios fusiles de la Policía.
En los bancosAproximadamente a las 2:30 pm del miércoles 21 y en una camioneta llegaron al Banco Nacional de Desarrollo (Sucursal Estelí) 10 rearmados, entre ellos "Pedrito el Hondureño". Según el vigilante de turno, le ordenaron abrir la puerta del banco, pero cuando él se dirigía a hacerlo, quebraron un vidrio y entraron. Inmediatamente, lo agarraron, le quitaron la pistola, llamaron al gerente y procedieron a sacar el dinero del banco, sin agredir a nadie. En la salida del local, el líder del grupo hizo un discurso sobre su lucha ante unas 500 personas que se habían congregado allí. Luego se dirigieron al Banco Nicaragüense y al Banco Central.
Según el vicegerente del Banco Nicaragüense (BANIC), Agenor Rosales Espinoza, los irregulares entraron y desarmaron sin violencia a los dos vigilantes. Cuando se disponían a sacar el dinero, ordenaron a los trabajadores que se fueran a sus casas, pero el personal optó por quedarse y no abandonaron el local hasta que los irregulares se retiraron llevándose los fondos bancarios.
Una trabajadora de un establecimiento comercial de la zona bancaria relató que los armados asaltaron los bancos, pero no realizaron saqueo a ningún establecimiento comercial. Los testimonios confirman que el deterioro en las instalaciones bancarias no se produjo al momento del asalto, sino hasta que se produjeron los combates con las tropas gubernamentales.
En la casa del Jefe de la PolicíaEl Comandante Luis Enrique Rodríguez, Jefe de la PN en Estelí, sostiene que el FROC llevaba planes de asesinar a un selecto grupo de personas, entre ellas a los principales mandos militares de la ciudad, incluyéndolo a él. Afirma que el día 21 de julio, el líder del FROC, "Pedrito el Hondureño", llegó personalmente a su casa con intenciones de asesinar también a su esposa y a sus hijos y que defendiendo la casa de tal atentado, murió su escolta, el policía Alfredo Galeano Martínez.
Por su parte, el policía de línea Gregorio Medardo González, que estaba escoltando la casa del Comandante Rodríguez junto al fallecido, relató que él vio el movimiento de camiones con uniformados y que informó a Alfredo Galeano. En ese momento ? según él ?, dos camionetas, una por cada esquina y con miembros del FROC que venían disparando, se dirigían a la casa del Comandante. Alfredo se dirigió entonces a la camioneta del Comandante, sacó un fusil y disparó, hiriendo a un miembro del FROC. En ese intercambio de disparos fue mortalmente herido.
González afirma que al momento de los disparos no vio al Comandante Rodríguez, que se encontraba almorzando con su esposa y sus 3 hijos y que él fue neutralizado y desarmado por los rearmados, pudiendo observar a "Pedrito el Hondureño", quien iba ileso. El equipo del CENIDH constató que en la casa había varios disparos y que las puertas habían sido violentadas, estando más de una decena de paletas de vidrio quebradas.
En el Parque CentralSegún algunos miembros del FROC, a eso de las 2 pm, después de la toma del "Comando 16", su columna se dirigió a la plaza Domingo Gadea, en donde recibieron la orden de tomar posiciones en el parque. A esa hora, empezaron los combates con el EPS, interrumpidos a las 12 de la noche y reiniciados a las 5 am del 22 de julio. En ellos resultaron muertos y heridos algunos miembros del FROC, entre los que se encontraban pobladores de Estelí que espontáneamente se integraron al grupo.
Posteriormente, los miembros del FROC contactaron a Isaías Parrales, Secretario Político del FSLN de Estelí, y le pidieron que se comunicara con el Teniente Coronel del EPS, Pedro Agurcia, para que detuviera el fuego, a lo que el Teniente Coronel se negó. Al conocer esto, los rearmados decidieron tomarse la Alcaldía, donde le pidieron al diputado sandinista, Ramón Gámez, que llamara a las organizaciones de derechos humanos, a la Cruz Roja, al CEPAD, a la BED y al obispo de Estelí, Abelardo Mata, para que mediaran, pues su objetivo no era "morir peleando con el EPS". Finalmente, a las 11:30 am, empezaron a llegar a la alcaldía las personas solicitadas y empezó el proceso de mediación.
En el Hospital Dávila BolañosAproximadamente a las 2:30 pm del 21 de julio, llegaron los primeros heridos al hospital Dávila Bolaños de Estelí. Pocos minutos después, los primeros armados del FROC se instalaron en el hospital. Según testimonios de los trabajadores, entraron unos 15 hombres, no hicieron disparos y les explicaron que no querían dañar a nadie, sino obligar al gobierno a dialogar. En ningún momento amenazaron al personal hospitalario o a los pacientes.
Posteriormente, los rearmados tomaron posiciones dentro del hospital, en la puerta principal, el patio central y otros lugares estratégicos. A pesar de que durante el miércoles hubo disparos afuera, el tiroteo en el hospital, según los trabajadores, no empezó hasta el jueves a las 9:00 am, cuando las tropas del Ejército dispararon directamente hacia el hospital. Según los trabajadores, francotiradores del EPS fueron ubicados en los techos de las casas frente al hospital, particularmente en el costado norte, donde había por lo menos tres, que abrieron fuego contra los rearmados, quienes contestaron, produciéndose un fuerte tiroteo.
Los testimonios de los trabajadores del hospital dejan ver que vivieron momentos de angustia y riesgo constante, particularmente entre las 9:00 am y las 11:00 am, cuando según el Dr. Cerda Saenz y Elida Gámez, Responsable de Enfermería del hospital, las salas de labor y parto y neonatología fueron impactadas por balas disparadas desde afuera por los francotiradores del EPS. Afirman también los trabajadores que el peligro obligó a algunos a trabajar en el suelo y a otros a interrumpir por un tiempo sus labores. Hacia la 1:30 pm terminaron los disparos y a las 2:30 pm salieron los rearmados, disfrazados de heridos y de personal médico, en 4 ambulancias.
El CENIDH pudo comprobar algunos de los daños en el edificio del hospital. Los muros del costado norte estaban completamente perforados por las balas y también el área del patio central, al lado de la sala de emergencia. También fue impactada por las balas la sala de labor y parto, donde durante la acción se atendía a mujeres, quedando varias ventanas quebradas y nueve orificios grandes en la pared, uno de los cuales muestra que una bala pasó directamente a través de una de las camas.
Entrega de los rearmadosEn búsqueda de poner fin a la violencia, y gracias a los esfuerzos de periodistas y concejales y diputados del Departamento de Estelí, se conformó en la mañana del jueves 22 de julio una Comisión Local, integrada también por Mons. Abelardo Mata y por representes del CEPAD y la Cruz Roja Nicaragüense.
La Comisión Local entró en conversaciones con uno de los Jefes de Columna del FROC, y con la cooperación del Comandante Marcos Arévalo, Segundo Jefe de las BED y del Teniente Coronel Pedro Agurcia, Jefe del EPS en la Región, lograron facilitar un cese del fuego y la entrega en la alcaldía de la ciudad de Estelí de 36 miembros del FROC. En ese momento, y en presencia de la Comisión que había llegado de Managua, se les garantizó que no serían perseguidos por la policía o el ejército, ofreciéndoles favorecerlos con la amnistía prometida por la Presidenta de la República y el General Humberto Ortega. Al aceptar estas condiciones, los irregulares fueron trasladados a las instalaciones de la BED en Estelí.
Posteriormente, la Comisión Local, apoyada por la Comisión de Managua, hizo un recorrido por las calles de la ciudad, propiciando la entrega voluntaria de otros rearmados a la BED. A esas mismas horas, con la intervención de los diputados sandinistas, Carlos Gallo y Domingo Sánchez Salgado, de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Nacional, fue negociada en el hospital de la Trinidad la entrega de otro grupo de 11 irregulares, que habían ocupado el hospital Dávila Bolaños de Estelí, los que también fueron llevados bajo la custodia de la BED. El 26 de julio se encontraban registrados 71 irregulares en manos de la BED de Matagalpa.
A las 9:00 pm del 22 de julio, a pesar de las garantías ofrecidas por la BED a los que se entregaron, de que no serían procesados, éstos fueron trasladados en calidad de detenidos a las instalaciones de operaciones de la PN de Estelí, bajo el control del Comandante Luis Enrique Rodríguez, pasando 40 horas en fase de instrucciones.
Capturas policialesA las 7:00 pm del 22 de julio, frente a las instalaciones del Ministerio de Agricultura y Ganadería, el CENIDH presenció la violenta detención de José Ramón Pérez González. Al montarlo a una camioneta, y a pesar de encontrarse esposado y no ofrecer resistencia, los policías lo levantaron por detrás y con excesiva violencia lo tiraron a la parte trasera del vehículo, golpeándole la cabeza. Miembros del equipo del CENIDH reclamaron respeto a la dignidad e integridad física del detenido, contestando un policía que no era un ser humano sino un "perro". En ese episodio violento estaba presente el Capitán Orozco, segundo Jefe de Instrucción Nacional de la PN, que conducía la camioneta y que a pesar de conocer lo ocurrido, no prestó atención al comportamiento de sus subordinados.
Ese mismo día fueron detenidas 16 personas por denuncias de ciudadanos o por sospechas de la Policía de que eran integrantes del FROC. Luego de 48 horas fueron puestas en libertad, al comprobarse que no estaban vinculadas a los hechos. De esas detenciones arbitrarias y capturas, el CENIDH recibió cinco denuncias.
Conclusiones: una acción inadmisibleA pesar de las versiones contradictorias presentadas por las partes involucradas, sobre los acontecimientos ocurridos en Estelí el 21 y el 22 de julio de 1993, el CENIDH logró llegar a las siguientes conclusiones:
1- La toma de la ciudad de Estelí por el FROC fue una acción inadmisible. Fue también producto de la desesperación que causa la pobreza extrema en que se encuentran sumidos amplios sectores de la población, a causa del plan económico del gobierno, que afecta con especial fuerza a los desempleados, a los campesinos pobres, a los desmovilizados de la Resistencia y a los ex-militares, especialmente a los de baja graduación. Estos últimos son un amplio grupo de hombres que durante años aprendieron y practicaron oficios propios de la guerra que hoy no les sirven en la vida civil, que fueron lanzados al desempleo con incumplimiento parcial o total del gobierno, que prometió proveerlos de medios suficientes para su reinserción en la vida civil, y que en diferentes oportunidades han planteado sus problemas sin lograr, en la mayoría de los casos, más que nuevas promesas.
A pesar de que los rearmados insisten en que no entraron a Estelí en plan violento, de hecho expusieron, al igual que el EPS, la vida e integridad física de la población civil, que fue efectivamente la más afectada, por lo que su acción no se justifica de ninguna manera.
El CENIDH es categórico al valorar que las acciones armadas, en estas circunstancias, no son alternativa de solución a los problemas socio?económicos.
Una respuesta militar desproporcionada e irracional2- La toma de la ciudad de Estelí dio lugar a una respuesta militar que, más allá del legítimo derecho a resguardar el orden, significó un desproporcionado e irracional uso de la fuerza, en el que no importaron las vidas de la sufrida y martirizada población de Estelí.
En las primeras horas de la toma de los lugares señalados, y de acuerdo a lo que dicen diferentes testigos entrevistados de diversos sectores, los enfrentamientos armados fueron relativamente de poca intensidad. En esos primeros momentos hubiera sido posible una mediación, que hubiese evitado tanta cantidad de víctimas. Estas, en su gran mayoría, se produjeron el segundo día de la toma, cuando se escenificaron los más recios combates entre el FROC y el EPS.
Los pretextos del Gobierno, de que se trataba de enfrentar a un grupo de delincuentes, pierden fuerza frente a su responsabilidad de proteger la vida de la población civil. En tal sentido, el CENIDH condena la intransigencia del gobierno al negarse a buscar una salida mediante el diálogo.
Un orden impuesto por la fuerza3- El gobierno de Nicaragua logró restablecer el orden en la ciudad de Estelí por la vía de la fuerza, mediante mortereos indiscriminados en el centro de la ciudad, que blanquearon viviendas ocupadas por familias con niños, ajenas al conflicto. Lamentablemente, el orden fue restablecido a un costo en vidas humanas extremadamente elevado. Según los informes oficiales, el resultado fue de 45 muertos y 98 heridos. Pero según los datos confirmados hasta la fecha por el CENIDH, las cifras de las víctimas ? de las cuales tenemos nombres y apellidos ? son otras. FROC: 10 muertos y 19 heridos. Ejército y Policía: 2 muertos y 11 heridos. Civiles: 8 muertos y 68 heridos. Desconocidos: 2 muertos. Los desaparecidos son 9.
Del total de los 22 muertos, 2 son niños. Entre los heridos, 18 son niños, 26 mujeres y 5 ancianos.
El CENIDH condena los severos sufrimientos a que fueron sometidos los niños y mujeres, sectores más vulnerables de la población civil.
La operación militar de Estelí fue públicamente considerada por la Presidenta de la República y el Jefe del Ejército, como una "operación exitosa", pero violó normas del Derecho Humanitario y de Derechos Humanos. Particularmente, al atacar el Hospital Dávila Bolaños de Estelí, el Ejército violó flagrantemente las normas del Derecho Humanitario, específicamente en lo consignado en el artículo 19 del Convenio I de Ginebra del 12 de agosto de 1949 de la Cruz Roja Internacional, firmado por Nicaragua en 1954, y que prohibe claramente el ataque a unidades que atienden a heridos y muertos.
Falta de confianza en las fuerzas policiales4- El CENIDH expresa su preocupación por la falta de confianza que la población civil tiene en las fuerzas policiales de Estelí, demostrada en múltiples testimonios de pobladores, que expresan temor por la persecución arbitraria que realiza. En Estelí se vive un estado de nerviosismo que las autoridades deben ayudar a superar. No podemos dejar de señalar el comportamiento irrespetuoso a los derechos humanos de una patrulla policial y la actitud tolerante de su jefe, manifestada en la violación a la integridad física de José Ramón Pérez González, hecho del que fuimos testigos.
5- El CENIDH reconoce la noble y heroica labor humanitaria de los médicos, enfermeras, técnicos, vigilantes, conductores y demás trabajadores del Hospital Dávila Bolaños, como la de los miembros de la Cruz Roja, quienes arriesgaron sus vidas para atender a las víctimas del conflicto.
De igual manera, reconocemos la labor y actitud del CEPAD, de los periodistas de Estelí, de los diputados sandinistas, del Comité Departamental del FSLN y de los otros miembros de la Comisión Local, que lograron evitar un mayor derramamiento de sangre.
Las causas del conflicto persisten: la violencia institucional de una dictadura económica6- Aunque el conflicto armado en Estelí llegó a su fin, las condiciones que lo provocaron, particularmente la actual crisis económica y social, persisten y aquejan a la población nicaragüense. Por ello, el gobierno debe analizar seriamente el origen del conflicto y considerar que la violencia institucional de una dictadura económica es tan irrespetuosa de los Derechos Humanos como la de una dictadura que niega los derechos civiles y políticos.
En general, todos los sectores de la nación debemos de hacer esfuerzos para evitar situaciones como la vivida por los habitantes de Estelí, con el fin de que no se pierdan más vidas inocentes.
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