Nicaragua
Pronósticos para el año 2009
El partido de gobierno conoce perfectamente los resultados reales de las elecciones municipales, que le fueron adversos.
¿Impone el fraude por la fuerza, pese a la tensión política y al descalabro económico? ¿Pacta un acuerdo de gobernabilidad que disimule el fraude y compra así credibilidad y normalidad?
¿O la oposición logra revertir el fraude y la super-crisis provocada por estas elecciones se convierte en una oportunidad para sanear todo el engranaje electoral y cambiar el rumbo del país? ¿En cuál de estos tres escenarios nos tocará pensar, actuar y vivir en el nuevo año 2009?
Equipo Nitlápan-Envío
Se va 2008. Finaliza el segundo año de gobierno de Daniel Ortega. Los problemas estructurales que Nicaragua arrastra, derivados de su débil aparato productivo, de sus frágiles instituciones democráticas y de su irresponsable clase política, siguen ahí. Era de esperar: el cortoplacismo, la incapacidad de acumular experiencia y la falta de competitividad tienen raíces profundas que explican nuestro subdesarrollo.
Se va 2008 y llega 2009. La crisis provocada por el fraude en las elecciones municipales revela y agudiza todos estos problemas de arrastre y ha sembrado nuevos conflictos en el país. No era esperable ni tanto fraude ni tantas reacciones de rechazo.
¿Hay salidas? Para imaginarlas, nos colocaremos en esa frontera que los humanos inventamos entre el Año Viejo que se va y el Año Nuevo que viene para imaginar que las cosas cambian, que pueden cambiar.
En esa delgada línea dorada vi¬sualizamos tres escenarios. En el primero, el partido de gobierno impone el fraude y los conflictos políticos y económicos se agudizan. En el segundo, logra negociar “gobernabilidad” con el derrotado PLC, devolviéndole o no algunas alcaldías. En el tercero, la crisis post-electoral cohesiona a la oposición, se transforma en una auténtica oportunidad de cambio y es Nicaragua la que logra dar varios giros positivos.
CUIDADOSO Y BURDOEl primer escenario es aquel en el que estamos desde el domingo 9 de noviembre, el que hemos conocido hasta el día en que concluimos este escrito, 10 de diciembre, Jornada Universal de los Derechos Humanos, sesenta años después de su Declaración.
Durante prácticamente dos semanas, Managua, León y bastantes municipios del país vivieron en tensión a la espera de los resultados electorales. El fraude fue cuidadosamente planificado, pero burda y torpemente ejecutado: así sintetizó la operación electoral el cirujano conservador Mauricio Mendieta. Y fue precisamente esa tosca ejecución la que provocó altas cuotas de intranquilidad: en muchos municipios los ejecutores sabían lo que habían hecho, lo comentaban abiertamente y hasta se vanagloriaban de ello; y los ejecutados lo descubrían y se indignaban.
Mientras esto ocurría en el nivel local, en el nivel nacional, el comportamiento de la máxima autoridad electoral, el Consejo Supremo Electoral (CSE), cambiando los resultados que publicaba en cuestión de horas, y negándose a ofrecer la información detallada y transparente a la que la ley le obliga -cuánta gente votó, cuántos votos válidos, cuántos nulos, qué resultados exactos junta por junta-, generaba en un gran sector de la población niveles crecientes de ansiedad, preocupación y enojo.
MANAGUA SITIADAAl cumplirse una semana de los comicios, el domingo 16 de noviembre, León se vio de nuevo sitiada por fuerzas de choque del FSLN, avitualladas con piedras, garrotes, machetes y armas de fuego. Llegaron de diversos puntos del país para impedir una marcha de la oposición que protestaría por el fraude. A pesar de tener todos los permisos, bloquearon las calles céntricas de la ciudad y sus vías de acceso y nadie pudo llegar a León y nadie pudo marchar. La Policía no hizo más que mirar y separar a los dos bandos. Todo el país fue testigo de deprimentes imágenes de violencia: el partido de gobierno imponía su “victoria” a la brava.
El 18 de noviembre, lo mismo y a mayor escala se repitió en Managua. Trabajadores del Estado llevados a las calles con banderas rojinegras, mezclados con activistas y simpatizantes del FSLN estallando morteros y con pandilleros de los barrios contratados y armados con garrotes, piedras y machetes, cercaron y blindaron por los cuatro costados una marcha en protesta por el fraude. Amedrentando a quienes quisieron llegar al punto de concentración y con actos vandálicos contra periodistas y medios de comunicación, el FSLN impidió también esta marcha. La Policía no hizo más que mirar y separar a los dos bandos.
Mientras esto sucedía esa tarde en Managua, en León -libre de las fuerzas de choque- se pudo celebrar una marcha opositora. Al término de ésta, un grupo de enmascarados destruyó a garrotazos todos los equipos de las tres emisoras instaladas en Radio Darío. Los dirigía un diputado del FSLN. Actuaron frente a efectivos de la Policía Nacional.
“UNA MOVILIZACIÓN DELICTIVA”El dramatismo del “comunicado urgente” que el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) hizo circular nacional e internacionalmente, cuando todavía las calles centrales de la capital no se recuperaban de lo ocurrido, da la medida de hechos inéditos en Managua.
Dice así: “Lo que hemos visto la tarde de hoy es la obstaculización agresiva del derecho de manifestación de un sector del pueblo nicaragüense. Se está asentando así el gravísimo precedente de que simpatizantes del FSLN y empleados del gobierno, coludidos por órdenes superiores, en una mezcla evidente de la confusión Estado-Partido, agreden impunemente, tanto física como sicológicamente, a la población en general y a quienes demandan respeto a la voluntad popular expresada en las urnas. Condenamos enérgicamente esta consolidación de la confusión Estado-Partido como política de Estado y mecanismo de gobierno… Hemos visto el espectáculo grotesco de funcionarios del Estado encabezando el desorden y la agresión que condenamos…”
“Las acciones protagonizadas por el partido de gobierno la tarde de hoy son una movilización delictiva organizada con los recursos que brinda el poder y el abuso de los mismos para cometer violaciones graves de Derechos Humanos… Las fuerzas de choque en que ha convertido la dirigencia partidaria a sus simpatizantes han sitiado Managua, en tanto su líder brilla por su ausencia, supuestamente resguardado en su residencia, saboreando el caos al que su errático proceder partidario y gubernamental ha conducido al país, imponiendo por las vías de hecho la suspensión de garantías y libertades a la población…”
“Hacemos un llamado a la Policía Nacional, en uno de los momentos más difíciles y dramáticos de su vida institucional. La Policía Nacional se ha visto desbordada por hechos y actores manipulados, que no tienen reparo en erigirse en “autoridad” y proceder arbitrariamente…”
“El gobierno debe rectificar, porque con esta actuación está erosionando las bases de la convivencia pacífica de los nicaragüenses y amenazando de manera irreparable el ejercicio de los derechos humanos, de la democracia y del desarrollo de nuestro país”.
20 NOVIEMBRE:
TODO CONSUMADODurante prácticamente dos semanas estos grupos de choque del partido de gobierno, en “celebración festiva” y en “defensa del voto”, ocuparon las rotondas de Managua -puntos céntricos de la capital-, exigiendo al CSE que diera ya los resultados definitivos de las elecciones para poner punto final a la controversia generada por los comicios. Violando la ley, el CSE proclamó a los electos en la noche del 20 de noviembre. Debió hacerlo el 5 de diciembre. En los resultados “definitivos”, el FSLN gana 105 alcaldías, la alianza PLC 37 y la ALN, afín al FSLN, 4. Antes que el CSE diera estos resultados ya el Ejecutivo los había publicado en el diario oficial La Gaceta.
Durante todo este tiempo, la alianza opositora, encabezada por los liberales del PLC y los liberales de Vamos con Eduardo, no dejó de denunciar el fraude cometido en Managua, en unos 30-50 municipios y en cinco cabeceras departamentales. No dejó de reclamar que se contrastaran las actas de escrutinio que ellos tenían con las actas con las que el CSE confeccionaba los resultados oficiales.
Ante el silencio del CSE, comenzó a tomar forma otro camino legal para impugnar las elecciones: los parlamentarios opositores elaboraron una ley para anular los comicios. Intentando cerrar también esa vía, el Presidente Daniel Ortega apareció por fin el 21 de noviembre -había permanecido invisible y silencioso durante todo este caos- para, entre flores y fuegos artificiales, celebrar sus victorias, anunciar que “iba por más” y emitir un decreto presidencial en el que como titular del Poder Ejecutivo reconoce la legitimidad del proceso electoral desde su inicio y los resultados definitivos, a la vez que rechaza de plano, por ser notoriamente inconstitucional, la iniciativa de los diputados opositores de declarar nulas las elecciones.
PRIMER ESCENARIO:
IMPOSICIÓN Y CANSANCIOQue esto se quede así y “la vida siga igual” es la base del primer escenario. En él el fraude se impone. Por la intimidación callejera contra cualquier expresión opositora. Por decreto presidencial. Por incapacidad de la oposición -poco cohesionada y con muchas contradicciones a causa de egos en competencia permanente- para reunir los 47 votos necesarios para anular las elecciones por la vía legislativa. O porque si la oposición hubiera reunido esos votos, la Corte Suprema de Justicia -dominada por el FSLN- declaraba inconstitucional la ley que las anula.
Todo quedaría legalmente así y así todo “se calmaría”. No sólo sucedería así por la voluntad autoritaria del partido de gobierno o por la debilidad de las fuerzas de oposición. También quedaría así porque hay resignación y olvido a causa del cansancio de la población, aunque indignada, exhausta. Por el desgaste que padece una mayoría, que hace esfuerzos diarios para comer y sobrevivir. Por la confusión que las continuas disputas políticas han producido durante años y la falta de un liderazgo creíble, tanto en el gobierno como en la oposición. Porque la “ciudadanía” sabe más quejarse y desahogarse con las quejas que organizarse. Por la cercanía de las fiestas navideñas, donde todo mundo quiere estar “en paz y en familia”.
UN PAÍS PARTIDO EN DOSEl costo político de este primer escenario, en el que el fraude es impuesto por el partido de gobierno y por el aparato institucional que el FSLN controla, es muy grande. Ya se han empezado a ver las consecuencias. Y son serios los interrogantes que pueblan la imaginación si esto se queda “así”.
Vamos hacia un país muy polarizado. En un país con probada “fe” electoral, imponer un triunfo fraudulento con violencia y por la fuerza puede provocar serias resistencias. O profundizar el estado de anomia social. En muchos municipios, aún las cifras alteradas por el CSE muestran pequeñas diferencias de votos. Nicaragua ha quedado partida en dos, con una nueva herida abierta sobre las viejas heridas de la guerra, que comenzaban a cicatrizar. Se escucha aquí y allá a gente que habla de recurrir a las armas. Aunque no lo hagan, lo piensan.
Sin la legitimidad democrática que dan resultados transparentes y aceptados por todos, ¿tendrán los nuevos alcaldes autoridad, convocatoria, podrán trabajar? Se escuchan, aquí y allá, iniciativas como la de no pagar impuestos a la municipalidad como un mecanismo de resistencia y repudio al fraude.
CUATRO DOGMAS El partido de gobierno se empeña en ignorar este mar de fondo y pide a sus seguidores que olviden las “voces altisonantes” y que crean en cuatro verdades, las que les propone casi como dogmas: Uno, somos el poder del pueblo; dos, somos un proyecto revolucionario que continúa y avanza; tres, somos un proyecto ratificado por las mayorías; y cuatro, tenemos una dirección política sabia, experimentada y sagaz. Así se les dijo a los alcaldes, vicealcaldes y concejales proclamados ganadores por el CSE en su primera reunión en casa presidencial.
El partido de gobierno les dice también que a partir de enero iniciarán un “nuevo modelo” llamado “democracia directa”, que consistirá en coordinarse y obedecer a los Consejos del Poder Ciudadano (CPC) y a los Gabinetes del Poder Ciudadano, todos dirigidos centralista y verticalmente por Rosario Murillo desde casa presidencial. En estos dos años, estas nuevas estructuras partidarias y para-gubernamentales se han mostrado sectarias, acríticas y clientelistas, nada educadas en el debate libre de las ideas y en el respeto al adversario. ¿Qué esperar a partir de enero del esquema de poder Presidencia-CPC-GPC-alcaldías?
MENOS RECURSOS, MÁS CRISIS En este primer escenario vamos hacia un país con gravísimos problemas económicos. Aun sin fraude electoral, la crisis financiera, económica, alimentaria y climática que enfrenta todo el planeta está llevando a todos los países y a todos los gobiernos a prolongadas recesiones, a situaciones de emergencia que requieren de racionalidad, de consensos nacionales y de medidas urgentes. Que el partido de gobierno responda a la frustración e inconformidad de al menos una mitad de la población con evasivas y rechace el reclamo de transparencia de todas las fuerzas sociales y políticas del país que no son las suyas -obispos, empresarios, organizaciones civiles, medios-, interpretando todo esto como una conjura internacional para derrocar a Ortega y, por tanto, imponiendo los resultados electorales por la violencia y por decreto coloca a Nicaragua en una situación aún más problemática.
La recesión que enfrenta hoy Estados Unidos -principal socio comercial de Nicaragua- y los países europeos -principales donantes y cooperantes con Nicaragua- nos afectará inevitablemente: reducción de las remesas, regreso de emigrantes, nuevas migraciones, pérdida de empleos, cierre de zonas francas, baja en las exportaciones…
“BAJAS” FINANCIERAS
DEL CONFLICTOA este panorama preocupante se suma la respuesta de la cooperación internacional al fraude electoral con lo que tiene a mano: declaraciones firmes y congelamiento o cancelación de ayuda económica. Como la Asamblea Nacional quedó paralizada tras el fraude electoral, no se aprobó en tiempo el Presupuesto para el año 2009. Como no se aprobó el Presupuesto y otras leyes, una delegación técnica del FMI -con quien el gobierno tiene un acuerdo lleno de condiciones-, pospuso por la crisis electoral su visita a Managua.
Y cuando por fin llegó, se fue sin nada en las manos, quedando a la espera de que se cumplan esas condiciones para hacer los desembolsos correspondientes a ese acuerdo. La cooperación multilateral del BID, del BCIE y del Banco Mundial está vinculada al cumplimiento del Presupuesto acordado entre el gobierno de Nicaragua y el FMI.
El Presupuesto nacional, tanto el de 2008 -a punto de concluir-, como el de 2009, está des-financiado. La Unión Europea (UE) congeló los desembolsos con los que contribuye a financiarlo. Los recursos del Grupo de Apoyo Presupuestario -en el que la UE da el mayor aporte- representan el 80% de los recursos que el gobierno de Nicaragua destina a inversiones públicas.
También Estados Unidos congeló todos los desembolsos pendientes de su proyecto Cuenta Reto del Milenio (CRM), ligado, a su vez, a un préstamo de $130 millones del BCIE.
Fueron éstas las primeras “bajas” financieras derivadas del conflicto post-electoral. Para un país tan dependiente de la ayuda externa, el panorama es más que sombrío.
VENEZUELA NOS SALVARÁEl partido de gobierno quiso ponerle sello al fraude electoral con piedras y morteros en las calles, con cifras alteradas en las actas de escrutinio y con un decreto presidencial. Los “hoyos” que cause al país el congelamiento o el retiro de la ayuda internacional y hasta el colapso de la CRM los sellará -según anunció el Presidente Daniel Ortega el l de diciembre- con dinero del gobierno venezolano.
Al tamaño de estos “hoyos” en el Presupuesto y a las posibilidades de Venezuela de llenarlos le pone cifras más exactas el economista Adolfo Acevedo en las páginas siguientes. Demuestra Acevedo que Venezuela tiene capacidad de llenar los vacíos en el corto plazo. Pero se pregunta si querrá hacerlo si crecen los hoyos y si perduran en el tiempo. Y siendo el petróleo el “tapa-hoyos” venezolano, se pregunta también si la baja de los precios internacionales del crudo no obligará a Venezuela a reorientar sus prioridades y si Nicaragua seguirá siendo una de ellas.
Otra interrogante es si la ayuda venezolana que viene a llenar los “hoyos” presupuestarios se incorporará o no al Presupuesto, donde, como manda la Ley, sería controlada por los diputados. Hasta ahora, ni un dólar de la ayuda venezolana ha permitido el Ejecutivo que pase por el Presupuesto.
OCCIDENTE: RESENTIMIENTO El congelamiento, por parte del gobierno de Estados Unidos, de los desembolsos pendientes del proyecto Cuenta Reto del Milenio tendrá un impacto negativo en Occidente (León y Chinandega). Con fondos estadounidenses, se ha creado allí un organizado entramado de redes de participación que se expresan en cabildos de debate, donde alcaldes y gremios productivos toman decisiones: se tecnifica a cientos de productores para que emprendan “negocios rurales”, se reforesta, se reordena la maraña caótica de los títulos de propiedad, y se construyen decenas de kilómetros de carreteras y caminos. Éste es el componente de la CRM que más le duele al gobierno perder. ¿Se podrá mantener con el dinero venezolano tan organizado tendido?
La CRM -una inversión total de $175 millones, a los que faltaba aún una mitad- ha tenido resultados visibles, tangibles y apreciados por todos y lleva funcionando más de dos años, conquistando simpatías entre la población de esa zona del país, históricamente sandinista. El gobierno ha menospreciado su impacto y su arraigo. Los resultados oficiales del CSE dieron como ganador al FSLN en todos y cada uno de los 23 municipios de León y de Chinandega. Oficialmente, el FSLN “arrasó” en Occidente, pero hay malestar en Corinto por los resultados, y en la ciudad de León se ha generado en estos últimos meses un importante foco de resentimiento contra el gobierno: por el fraude electoral, por dos jornadas de protesta impedidas con lujo de violencia, por la nada transparente gestión del alcalde saliente del FSLN...
¿Qué añadirá a esta situación que la Cuenta Reto del Milenio se detenga o se pierda? ¿Cuánto costo político pagará el FSLN, aun cuando los petrodólares venezolanos cubran el vacío financiero del proyecto?
“NO ES CHANTAJE,
SON COMPROMISOS”El distanciamiento que el gobierno de Daniel Ortega viene propiciando y construyendo con la Unión Europea (UE) ya se tradujo en el pequeño porcentaje que la UE entregó en 2008 para el apoyo presupuestario. El resto ($43 millones) quedaron congelados. Y los montos acordados para 2009 serán más reducidos y permanecen “en veremos”.
La UE entrega recursos para contribuir en la lucha contra la pobreza y para la construcción de la democracia, lo que supone que el gobierno tiene que cumplir con programas sociales efectivos y también con el respeto a los derechos civiles y políticos y con criterios de gobernabilidad democrática. El fraude electoral ha puesto a Nicaragua bajo la lupa europea y en una situación especialmente frágil.
A la hora del fraude electoral, Francia ocupaba la Presidencia temporal de la UE. Por esta razón el embajador francés en Nicaragua, Thierry Frayssé, dio unas declaraciones muy francas a “El Nuevo Diario” el 3 de diciembre, donde enlistó las principales razones de la frustración de los países europeos. “Creo -dijo- que una gran parte de los recursos que se habían previsto no se van a desembolsar. Y no es por represión o chantaje. Es simplemente que hay compromisos y acuerdos firmados y hay que respetarlos. Nosotros hemos cooperado con Nicaragua desde hace mucho tiempo, tanto en los años 80 como después para consolidar la democracia. Y queremos seguir trabajando con Nicaragua, pero sobre una base de respeto mutuo, de cumplimiento de los compromisos… No me voy a pronunciar sobre si hubo fraude o no. Vemos que hay muchos actores importantes del país, organizaciones de la sociedad civil, observadores locales, la Iglesia Católica, que han expresado sus inconformidades”.
UNIÓN EUROPEA:
“QUE ME LO EXPLIQUEN”“La Unión Europea -dice Frayseé- lamenta la falta de observadores. No entendemos por qué ahora no los hubo. La observación es muy importante para la confianza, tanto de los electores como de los partidos, y realmente vemos que ahora se ha quebrado esa confianza… Tampoco nos gusta cuando el gobierno utiliza palabras un poco despectivas, que parecen despreciar la ayuda europea… El apoyo europeo es bien importante. Es más de la mitad del apoyo que recibe Nicaragua. No son “minucias”, como dijo el Presidente Ortega. Son realmente sumas importantes. Muchos países quisieran tener este nivel de cooperación…”
“Por otro lado, la Unión Europea no tiene ninguna deuda histórica con Nicaragua, como repite el Presidente. Es una fantasía, una visión muy ideológica. ¿Qué deuda histórica tienen los ciudadanos rumanos, estonios, italianos o polacos con Nicaragua? Quisiera que me lo expliquen… Además, ahora con la crisis mundial -y desde mucho antes- hay una presión muy grande de los ciudadanos de Europa hacia los gobiernos por el uso que se hace de esta ayuda, por la transparencia en su uso, por la eficacia. Los parlamentos piden cuentas a los gobiernos. A los contribuyentes nuestros, que pagan muchos impuestos en Europa, les interesa que la ayuda se envíe a países que sean democráticos”.
ROSALES:
“DEBEMOS PREOCUPARNOS”El 23 de noviembre, en la reunión del ALBA celebrada en Caracas, el Presidente Ortega habló nuevamente contra los “colonialistas europeos” y declaró que cada vez que nos quitan cooperación, eso no nos amedrenta, no nos va a echar para atrás, nos hace sentir incluso más libres.
Sin embargo, el 1 de diciembre, en un mensaje a la nación que exigió se transmitiera en cadena de radio y televisión, y en el que, según su costumbre, no se expuso ni a una sola pregunta de los periodistas, divagó durante más de una hora por varios temas y redujo el conflicto electoral a notas rojas políticas, Daniel Ortega pidió a la población nicaragüense que confiara en Dios y en Venezuela para sustituir la congelada ayuda europea y estadounidense. A pesar de los rodeos, el mandatario reconocía la grave situación que enfrenta Nicaragua por causa del sentimiento de “libertad” que él experimenta.
El 2 de diciembre, el principal funcionario responsable de las instituciones económicas del Estado, el Presidente del Banco Central, Antenor Rosales -uno de los líderes del grupo empresarial del FSLN, seguramente hoy en contradicción con el grupo familiar que controla al partido de gobierno-, expresó su preocupación por una eventual huida de la ayuda internacional con palabras más directas. Según Rosales, “ninguna cooperación puede sustituir a otra, cualquier nueva cooperación debe ser complemento de la que ya existe, de la que con esfuerzo y con sacrificio algunos otros pueblos nos brindan”. “Debemos preocuparnos” -dijo- por trabajar en que las nuevas formas de cooperación y los nuevos cooperantes sean una suma a la cooperación histórica que ha tenido Nicaragua”.
Fue categórico: “Encontrar en Venezuela la salida de todos los problemas que tiene Nicaragua en materia de cooperación es una posición que no se ajusta a la realidad… Es bien claro que sin el mundo no podemos tener un Presupuesto que esté verdaderamente financiando. Sería estarnos engañando”.
“DEJARÍAMOS DE OPERAR”Por su parte, el 9 de diciembre, el presidente de la comisión económica del Parlamento, el diputado liberal Francisco Aguirre Sacasa, pintó un panorama “desolador” para Nicaragua, augurando que sin la ayuda internacional, el país “dejaría de operar”. Fue más allá que Rosales: “El Presidente dice que la ayuda debería ser libre de condicionalidad, pero así no funciona el mundo real. Nunca ha funcionado así. Y tampoco funciona así la ayuda venezolana. Además, nadie sabe qué se hace actualmente con la ayuda venezolana que ya tenemos. Lo único que tenemos seguro con la ayuda venezolana es que no es segura y que no es transparente”.
Entre los “nuevos” cooperantes -además de Venezuela dándonos más para tapar “hoyos”- Ortega confía hoy en Rusia. El Presidente ha anunciado que serán capitales rusos quienes harán realidad la obsesión-sueño-quimera más recurrente de la historia nacional: la construcción de un canal interoceánico por Nicaragua que compita con el canal de Panamá. Antes de los rusos el gobierno había hablado de capitales chinos y de inversiones iraníes para este proyecto…
SEGUNDO ESCENARIO:
UNA SALIDA NEGOCIADA Aunque los voceros del gobierno digan que es sólo alharaca mediática la denuncia consistente y colectiva del fraude electoral, aunque convoquen a sus alcaldes electos y a sus bases leales a dar por cerrado el capítulo de las elecciones y a pasar esa página, la preocupación por los “hoyos” económicos que ya se abrieron y por próximos “agujeros en la capa de ozono” que conserva oxígeno en la frágil economía nacional nos conducen a imaginarnos un segundo escenario.
En este segundo escenario, como el país no resiste la agudización de los problemas económicos ni tampoco el desasosiego instalado después del fraude electoral ni el rechazo sostenido de los “perdedores” a los resultados amañados, el partido de gobierno decide una salida negociada. Una de dos: negocia sin rectificar ningún resultado electoral u ordena al CSE que, apoyándose legalmente en un recurso de reposición de los resultados electorales interpuesto por la alianza PLC y aún no fallado, revise algunos resultados alterados y los rectifique. Compraría así gobernabilidad, normalidad y recuperaría algo de credibilidad para garantizarse una mejoría económica. En cualquiera de estas dos opciones, Daniel Ortega necesita de Arnoldo Alemán.
SISMO LIBERAL:
ARRIBA Y ABAJOLos resultados electorales fueron pactados entre Arnoldo Alemán y Daniel Ortega desde inicios del año 2008. Pero el fluir de la coyuntura política cambió muchas de las maquinaciones de los pactistas y al final, los resultados oficiales presentados por el CSE se alejaron mucho del pacto previo y representaron una burla para los intereses liberales.
En el resultado pactado se cometieron varios errores de cálculo: la población votante fue superior en número a la que calcularon acudiría a las urnas y que sirvió de base a los mecanismos fraudulentos acordados; y a los activistas electorales del partido de gobierno “se les fue la mano”, queriendo satisfacer la orden recibida: “ganar o arrebatar” más de 100 alcaldías “para el poder ciudadano”. Cien era el número mágico al que debían llegar. La rosada propaganda que proclama ¡Ganamos, gracias a Dios! ¡Más de 100 alcaldías serán gobernadas por el Poder Ciudadano! aparecía ya en spots televisivos y en cuñas radiales antes de que hubiera resultados definitivos.
Los resultados oficiales y los mecanismos con los que se ejecutó el fraude -reconocibles y obvios para mucha gente en muchos municipios- han contribuido a crear un sismo en las bases liberales y enormes contradicciones entre los dirigentes liberales de ambas corrientes, el PLC de Alemán y el movimiento que lidera Montealegre.
¿POR FIN?Tal vez el fraude electoral es, por fin, la ocasión en que todos han podido, tanto abajo como arriba, dimensionar las consecuencias del pacto Alemán-Ortega de 1998 y el subsiguiente re-pacto Ortega-Alemán de 2002, con sus continuos nuevos capítulos, en los que Alemán le fue entregando todo a Ortega a cambio de que lo liberara de su condena por corrupción. El fraude les ha demostrado a los liberales, y a todo el país, que el ganador neto del pacto es Daniel Ortega, que terminó arrinconando y estafando al liberalismo. El fraude ha provocado un necesario pugilato de liderazgo entre Alemán y Montealegre, y entre dirigentes de ambas corrientes, conflictos que tienen dimensiones y expresiones generacionales, ideológicas y pragmáticas.
PUGNA MONTEALEGRE-ALEMÁNPara construir el segundo escenario, más estable y gobernable, Ortega y su grupo necesitan acentuar al máximo las contradicciones al interior del liberalismo, favoreciendo a Alemán y diluyendo por todos los medios el “valor añadido” que a Montealegre, a otros candidatos liberales “perdedores” y a otros dirigentes liberales les ha concedido la crisis post-electoral.
Lo comenzaron a hacer el día después de las elecciones a través de los cambiantes resultados con que el CSE provocaba conflicto entre los liberales y a través de sus órganos de propaganda, que se regocijan llamando “Rata” a Montealegre, animando a su aniquilación.
Montealegre se ha crecido en la defensa del voto y en la denuncia del fraude. Llegó a este momento en una posición muy difícil: tuvo que competir en la casilla de Alemán y sabía que Alemán había pactado entregarle Managua a Daniel Ortega.
El movimiento Vamos con Eduardo (VCE) hizo una alianza electoral con el PLC conociendo todo esto. Después, Alemán siguió jugándoles sucio. El acuerdo entre el PLC y VCE fue poner mitad y mitad de los candidatos en todos los municipios del país. A lo largo del proceso, el PLC quitó arbitrariamente candidatos de VCE, que no pudo hacer nada porque la representación legal de la alianza la tuvo exclusivamente Wilfredo Navarro, del PLC. Al final, VCE quedó con un 45% de los candidatos y el PLC con 55%.
Según los resultados oficiales del CSE, la alianza liberal ganó sólo 37 alcaldías, de ellas tres cabeceras departamentales -Granada, Bluefields y Boaco-, con candidatos de VCE. En las restantes 34 alcaldías, 33 son candidatos puestos por el PLC. Triunfos o derrotas fueron acomodados por el CSE para generar más contradicciones entre ambos grupos liberales, apostando siempre por el grupo de Alemán.
Sin embargo, el tamaño del fraude acercó a ambas corrientes. ¿Hasta cuándo? El PLC tiene una tradición prebendaria, pero se ha visto desbordado por la indignación de sus propias bases -hoy más conscientes que nunca de las consecuencias negativas del pacto, del que responsabilizan a Alemán- y el propio Alemán no se esperaba salir de esta contienda con tan pocas alcaldías. Alemán nunca ha estado en una posición tan débil y peliaguda. Es él el gran perdedor del fraude, y no sólo por razón de más o menos alcaldías ganadas o perdidas, sino por la erosión, esperamos que definitiva, de su nocivo liderazgo político.
¿SE ACABÓ EL PACTO?Con esta provocada debacle electoral del liberalismo, ¿ha entrado en crisis terminal el pacto, iniciado hace diez años entre dos caudillos que han llevado a Nicaragua a sucesivos despeñaderos? No es aún seguro.
El pacto persistiría con un “acuerdo de gobernabilidad” que no incluyera la revisión de algunos de los resultados. Podría también persistir aun cuando el CSE le devuelve a los liberales algunas alcaldías y rectifica algunos resultados. Pero, ¿bastará eso para tranquilizar a las estructuras partidarias que hoy responsabilizan a Alemán de todo lo ocurrido? ¿No le pasarán, a pesar de todo, la cuenta? Y aún más importante: ¿calmará esa “gobernabilidad” la experiencia del fraude, el desasosiego que experimenta hoy toda la oposición a Ortega, que no está solamente en las filas del liberalismo alemanista o montealegrista?
En el segundo escenario, aun y cuando Alemán ceda a ese “acuerdo de gobernabilidad” y proclame que lo hace por el bien del país, Montealegre crecerá posiblemente en liderazgo, el grupo de Montealegre y la oposición más amplia mantendrán la denuncia del fraude, seguirán refiriéndose a las evidencias, trabajarán por ampliar la alianza unitaria de “todos contra Ortega” y conservarán la presión municipal, nacional e internacional contra el gobierno, asentado sobre un fraude no rectificado o revertido sólo parcialmente y al gusto de sus ejecutores. ¿Esa “gobernabilidad” hará “gobernable” al país?
EL NECESARIO CONTROL LOCAL El partido de gobierno estaría dispuesto a cederle a los liberales algunas alcaldías, revisando algunos resultados: ¿Jinotega, un bastión liberal donde el robo fue descarado? ¿Masaya? ¿Otros municipios tradicionalmente liberales, donde los resultados fueron burdamente alterados? Jamás cederá ni León ni Managua, la capital, donde no hubo fraude, sino robo, según lo explica Kitty Monterrey en las páginas siguientes.
Aunque cualquier rectificación de resultados supondría cierta pérdida de imagen del FSLN, que reconocería que se hicieron algunas trampas, el gobierno pagaría tal vez ese costo por lo que estaba en juego en estas elecciones.
¿Qué estaba en juego? En los municipios se va a comenzar a organizar en enero el proyecto político de este gobierno, bautizado como “democracia directa” y diseñado según la cadena Murillo-CPC-GPC-Alcaldías. Si este esquema funciona y se consolida, el partido de gobierno apuesta a que todas las otras instituciones, instancias y organizaciones que trabajan hoy localmente queden coordinadas, sometidas o acomodadas a este esquema. O eliminadas. Eso sucedería también con los proyectos que financia la cooperación internacional con contrapartes nacionales, si es que deciden seguir trabajando en Nicaragua.
Se trata de un proyecto ambicioso y de control “desde abajo”. Algunos lo llaman “dictadura”. Otros dicen que con esta política el gobierno busca “tener rehenes”. ¿Es realista que esta política se consolide en las condiciones de Nicaragua y tras la herida social que ha provocado el fraude electoral?
LAS SOÑADAS REFORMAS CONSTITUCIONALESTambién cedería algo el gobierno porque necesita de Alemán y de algunos de sus diputados para reformar la Constitución. La reforma constitucional -ya pactada entre Ortega y Alemán, ya redactada, ya admitida por Alemán, ya anunciada por el magistrado Rafael Solís, vocero fiel del gobierno- prolongaría el modelo de la democracia directa con la reelección indefinida de Ortega o con un modelo de sistema parlamentario que le permita a Daniel Ortega seguir gobernando, pero eludiendo cualquier nueva competencia electoral.
Para aprobar estas reformas el FSLN tiene 38 votos en su bancada parlamentaria. Después de las elecciones parece haber llegado a 47 votos, la mayoría simple para aprobar leyes ordinarias. Ha alcanzado esa cifra, como es habitual, con amenazas, intimidaciones, sobornos o prebendas. Pero para aprobar las reformas constitucionales necesita 56 votos y dos años con dos legislaturas. Y eso sólo se lo pueden dar 9 diputados del PLC. Tienen que ser aquellos sobre los que todavía sea decisiva la influencia de Arnoldo Alemán.
El proyecto de continuidad de Ortega en el poder es ambicioso. Algunos ven en él la inauguración de una “dictadura dinástica” y evocan el fantasma de cincuenta años de dinastía somocista. ¿Es realista que esta fórmula llegue a fraguar en las condiciones actuales de Nicaragua?
LOS OJOS Y LOS OÍDOS
DE LA COOPERACIÓNLa tercera razón de Daniel Ortega para ceder algunas alcaldías a los liberales es refrescar algo su imagen internacional y la de Nicaragua. En el terreno internacional es donde se le acumulan al Presidente más contradicciones y dilemas.
A Daniel Ortega le convendría que la cooperación internacional que vincula lucha contra la pobreza y gobernabilidad democrática abandonara Nicaragua. Se libraría así de “ojos y oídos” que ponen condiciones, reclaman respeto a los derechos civiles y políticos y exigen cumplimiento de compromisos. Sería “más libre”. Pero como un abandono total de la cooperación tendría un costo económico muy alto, Ortega parece apostar porque se vayan unos y se queden otros, acentuando las contradicciones que conoce existen entre los países cooperantes. En su mensaje a la nación del 1 de diciembre explicitó esa táctica.
Si adjudicamos el calificativo de “pobristas” a los países cooperantes que enfatizan más los proyectos de lucha contra la pobreza y se preocupan menos por los indicadores de democracia y el de “gobernabilistas” a los que ponen ambas metas a la par, convencidos de que no existe desarrollo económico sostenible sin democracia y derechos humanos, escuchamos a Daniel Ortega buscando dividir a ambos grupos.
Esa noche habló muy críticamente de Suecia, no supo qué decir de Finlandia, elogió a Japón, culpó como siempre a Estados Unidos, no mencionó el abandono del apoyo presupuestario de Alemania y Gran Bretaña, agradeció a Holanda, Suiza y Noruega por no retirarse del todo y se vanaglorió de sus excelentes relaciones con España… El objetivo está claro: divídelos y los vencerás.
UNA IMAGEN CON SOMBRASDaniel Ortega sabe que padece un creciente aislamiento internacional, difícilmente reversible. A pesar de eso, insiste en aumentarlo. Con sus incendiarios discursos ideológicos el Presidente se distancia de la UE y maltrata a sus representantes y ha comenzado hasta a empequeñecer el significado de la llegada al gobierno de Estados Unidos de Barack Obama.
Señalado de “violador sexual” y de violador de los derechos de las mujeres por haber penalizado el aborto terapéutico, Ortega es rechazado por pequeños, pero muy organizados grupos de mujeres, en toda América Latina. El fraude electoral ha añadido nuevas sombras a su imagen. Medios de comunicación influyentes y embajadas occidentales han instalado ya una lupa y un telescopio sobre lo que pasa en Nicaragua y sobre la involución sufrida por el FSLN.
¿Es el gobierno de Nicaragua un gobierno de izquierda? Esta interrogante, que hasta hace muy poco no pasaba de las fronteras nicaragüenses, se ha abierto en el mundo con respuestas cada vez más informadas. En esta situación de autismo presidencial y autoaislamiento político, el triunfo electoral del FSLN en las municipales era necesario como una señal que acreditara el proyecto de Ortega, al menos ante sus colegas del ALBA, que han ganado legítimamente elecciones nacionales, referéndums revocatorios y otras consultas populares. Perder las municipales en Nicaragua era estampar feas dudas sobre el liderazgo de Ortega y sobre la “revolución” que en todos los foros dice él estar dirigiendo en Nicaragua.
EN EL NICHO DEL ALBAAislado internacionalmente, Ortega necesita cobijarse en el nicho geopolí¬tico de los países del ALBA, iniciativa en la que, a excepción de Venezuela, no participan los grandes países de América Latina. Pero, ni aún en ese nicho, Ortega respira tranquilo.
El 20 de noviembre, horas antes de que en Managua el CSE ratificara su victoria electoral, en sesión especial de la OEA, convocada especialmente por Nicaragua, sólo Venezuela -ni siquiera Bolivia y Ecuador- respaldaron la moción nicaragüense que condenaba al secretario general de la OEA José Miguel Insulza como injerencista y parte de un complot internacional contra el gobierno de Ortega.
El discurso del representante del gobierno panameño -cercano al de Nicaragua- expresó una distancia enorme de esa interpretación de la crisis electoral en nuestro país. Ortega no supo medir la actual correlación de fuerzas al interior de la OEA. La imagen que trata de vender como mandatario víctima de una conspiración internacional no resulta creíble.
En sus escritos -donde analiza permanentemente la situación latinoamericana, la del ALBA, la de Estados Unidos-, Fidel Castro no dice una sola palabra sobre Nicaragua, no ha expresado un solo criterio sobre las elecciones municipales de Nicaragua, que Ortega calificó en Caracas, con barroquismo defensivo, como una batalla entre revolución y contrarrevolución o sobre la crisis posterior, que sus voceros minimizan como un “show mediá¬tico” montado por “peleles al servicio del imperio”. Quien calla otorga: en este caso otorga distancia. El silencio de Fidel sobre Daniel dice más que cualquier palabra.
Para colmo, quince días después de las controversiales elecciones municipales de Nicaragua, se celebraron elecciones a gobernadores y alcaldes en Venezuela. El contexto era algo similar en ambos países: circunstancias difíciles para el gobierno venezolano, una oposición animada a derrotar a Chávez en cada alcaldía, una población muy polarizada, alta participación popular.
Pero hubo tres diferencias sustantivas: el gobierno bolivariano acreditó a observadores nacionales e internacionales para que validaran los resultados, los escrutinios se realizaron transparentemente, y el Presidente Chávez aceptó democráticamente los resultados, aun cuando perdió en Caracas y en dos de los estados económicamente más importantes del país. La oposición gobernará al 45% de los venezolanos. Chávez lo asumió y dijo: “Tendremos que hacer la autocrítica donde haya que hacerla”, situándose a gran distancia de lo que hace y no dice Ortega.
TERCER ESCENARIO:
UNA UTOPÍAEl tercer escenario lo construimos en esa zona del cerebro donde nacen los sueños, imaginamos innovaciones y tejemos utopías, poniendo en marcha esas sinapsis neuronales que nos indican que lo imposible se puede lograr, que nos hacen saber que se puede y querer que se pueda.
En este escenario, el protagonismo no lo tiene el partido de gobierno, sino las fuerzas que hoy se oponen a su autoritarismo, a su clientelismo y a su proyecto antidemocrático. Esas fuerzas -políticas, empresariales, religiosas, sociales, populares- hacen una autocrítica en la que reconocen la responsabilidad que tienen al haber llevado a Nicaragua hasta donde hoy está y comienzan a unirse. Se colocan en el camino de superar egoísmos históricos, insensibilidad social y mentalidades prebendarias y construyen unidad, no sólo para enfrentar la dictadura orteguista, sino para lograr un país más justo y equitativo. Los sandinistas abochornados por el fraude electoral -dentro y fuera del gobierno- hablan y expresan su vergüenza y se organizan para ejercer presión. Más aliados del FSLN -como ya lo hicieron los diputados Agustín Jarquín y Miriam Argüello- también se expresan y presionan. Los obispos reafirman su posición y tratan de construir un liderazgo ético.
La población se siente representada en todos ellos y pasa de la queja, del desahogo y de la retórica, a la organización. Supera sus miedos y entiende que es la hora de empujar en una dirección mejor que la actual. La población que apoya al gobierno y que ha creído que realmente ganó más de cien alcaldías toma conciencia de que no es cierto y entiende que el enojo de los “perdedores” tendrá consecuencias negativas para todo el país. Con todos estos cambios se presiona al partido de gobierno que, finalmente, tiene que rectificar.
LOS PRIMEROS PASOSEl primer paso de la rectificación consiste en sacar las actas originales que el FSLN tiene y el CSE esconde, las que respetó o alteró, para cotejarlas con las actas de la alianza opositora. Este arduo ejercicio de humildad y de autocrítica lo haría el CSE ante observadores nacionales e internacionales. Al final, el FSLN ganaría limpiamente en equis cantidad de alcaldías y la alianza opositora en el resto. Ambos aceptarían los resultados revisados y los nuevos gobiernos locales tomarían posesión de sus cargos en un ambiente de legitimación, de “unidad y reconciliación”, como propone el gobierno en su propaganda.
El siguiente paso de este tercer escenario sería la interpelación a los once magistrados del Poder Electoral -titulares y suplentes-, como responsables institucionales del fraude. Ellos aceptarían haber cometido delitos electorales y, en consecuencia, o renunciarían o serían destituidos y sustituidos por profesionales y técnicos electorales comprometidos con la democracia. Las nuevas autoridades se encargarían de sanear a los cuadros intermedios en los distintos niveles del Poder Electoral, que dejaría de ser el cuarto Poder del Estado, para transformarse en un instituto técnico, activado solamente en los períodos de elecciones.
La transformación del aparato electoral iría acompañada de una reforma profunda de la Ley Electoral del año 2000, nacida del pacto, siguiendo las recomendaciones que, para que la Ley sea más democrática, menos excluyente y más adecuada a la promoción de una ciudadanía participativa, ha planteado desde hace varios años el Grupo Promotor de las Reformas.
El último paso sería olvidar las reformas constitucionales y preparar las elecciones nacionales del año 2011 en un ambiente de mayor respeto, colaboración, tolerancia y consenso nacional, donde intentaríamos responder juntos a los gravísimos problemas económicos que estaremos enfrentando hasta llegar a esa fecha.
SOÑARLO PRIMERO Esto es una utopía enorme, es puro sueño. Pero para construir el futuro hay que soñarlo primero. Lo canta Luis Enrique Mejía Godoy. Y lo enseña la experiencia personal y colectiva. Hay que soñar el futuro. Hay que imaginarlo. Hay que conversarlo.
¿De dónde vendrán quienes lo sueñen, lo imaginen y lo conversen primero? Creemos que del terreno de la educación. Necesitamos una masa crítica de maestras y maestros que, en las aulas de clase, en los medios de comunicación y en todos los espacios sociales, enseñen a pensar y a vivir no imponiendo, sino persuadiendo. Que construyan una masa crítica de gente educada en ciudadanía, que participe conscientemente en la sociedad.
Nicaragua será otra, muy distinta de la Nicaragua con la que cerramos este de nuevo convulso año 2008, cuando destinemos más recursos al magisterio y a la educación, cuando apostemos todos, todas, por una educación moderna, de calidad, científica, racional, con métodos horizontales, con ética y estética, donde se debata y se promueva la imaginación, no el dictado, la copia y la rutina. Cuando una educación así sea la prioridad de toda la nación -de los políticos, de las familias, de los religiosos, de los empresarios...- estaremos preparados para muchos “terceros escenarios”.
EN EL AULA DE ESTA CLASEY si nada cambia, si el fraude se impone o se negocia, vivamos esta crisis post-electoral -en la que todos tenemos alguna responsabilidad- como una escuela donde nos tocó aprender una cruel asignatura dolorosa.
Traigamos al aula de esta clase al gran educador de América Latina, Paulo Freire. En 1994 dijo el maestro: “En realidad, cuando se considera el futuro como algo dado de antemano, bien como pura repetición mecánica del presente o, simplemente, porque es ‘lo que tiene que ser’, ahí no cabe la utopía ni, en consecuencia, el sueño, ni tampoco la elección, ni la decisión o la expectativa, que son el único modo de existencia de la esperanza”.
Con esta esperanza -la que sólo cabe en la libertad, en el compromiso y en la imaginación-, la que esperamos que nadie nos robe, seguiremos trabajando en el año 2009.
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