El Salvador
El Buen Vivir y la “Laudato Si”
En el recientemente celebrado Primer Congreso del FMLN
se delineó como proyecto nacional el “socialismo salvadoreño”,
que viene siendo un sinónimo del proyecto del Buen Vivir,
definido desde hace años por el Presidente Sánchez Cerén
como “el nombre de nuestro destino”.
Con su encíclica “Laudato Si”
el Papa Francisco se ha convertido en un aliado de esta idea
porque son muchas las coincidencias
entre el proyecto del Buen Vivir y el texto papal
que convoca a todos a “cuidar la casa común”.
Elaine Freedman
En 2012, el entonces candidato a la Presidencia de la República, Salvador Sánchez Cerén, lanzó su libro “El país que quiero”, en el que declaró: “El Buen Vivir es el nombre de nuestro destino”.
TEJER UNA NUEVA RELACIÓN CON LA NATURALEZA
En el libro comenta Sánchez Cerén: “Una gran noticia se extiende por América Latina y el Caribe: el Buen Vivir, que significa trabajar y luchar por el bienestar social, económico, político y cultural y una mejor relación con la Naturaleza, ampliando las capacidades de todas y todos para la plenitud de la vida. Esta noticia nos invita a seguir avanzando en la construcción de un mejor país en todos los aspectos de nuestras vidas. No se trata únicamente de cambiar la economía, sustituyendo al neoliberalismo y al capitalismo, se trata también de cambiar las relaciones sociales, haciéndolas más solidarias, más comunitarias. Se trata de tejer una nueva relación con la Naturaleza de respeto y armonía. Se trata de modificar las relaciones entre hombres y mujeres sobre la base de la equidad. Se trata de preservar el legado de los pueblos indígenas. Se trata de hacer que la política sea un servicio al pueblo y éste participe activamente en las decisiones que le afectan”.
UN CONCEPTO CON RAÍCES ANCESTRALES
El Buen Vivir es un concepto “con raíces en la cosmovisión ancestral de pueblos como el quechua ecuatoriano (Sumak kawsay) o el aymara boliviano (Suma qamaña). Y ha pasado a formar parte de las más recientes Constituciones aprobadas en Ecuador y Bolivia, sirviendo como eje aglutinador de importantes procesos de cambio que en estos países tiene lugar”.
Así lo describe José Ramón Fabelo Corza. “El Buen Vivir -afirma- se ha erigido en una especie de ideal de convivencia del ser humano con la Naturaleza, y en un sentido más genérico, en una suerte de proyecto alternativo descolonizador respecto al mundo capitalista depredador y colonizador de la vida, proyecto que entraña no sólo un modo distinto de relacionarse con la Naturaleza, sino también una manera diferente de organizarse socialmente”.
David Choquehuanca, Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia desde 2006 y anterior luchador sindical y del movimiento campesino, recuerda: “Desde tiempos inmemoriales acostumbramos hablar con nuestras aguas y respetarlas, con nuestro sol y nuestra luna, con los vientos, los puntos cardinales y con todos los animales y plantas de nuestras tierras que nos acompañan”.
SOBREVIVIENTES DE UN GENOCIDIO
A lo largo de 500 años, los pueblos originarios de América Latina, sobrevivientes de la Conquista, lograron mantener viva su cosmovisión de manera clandestina.
El genocidio fue físico. Según Fray Bartolomé de las Casas, entre 1492 y 1542 fueron exterminados o muertos por enfermedades transmitidas por los europeos, para las que los pueblos conquistados no tenían defensas, entre 1 millón 100 mil y 3 millones de personas en la isla Española (la que ahora comparten Haití y República Dominicana); 3 millones en Cuba, Jamaica, Puerto Rico y las Antillas Menores; 1 millón en Castilla de Oro (al oeste de Colombia); de 500 mil a 600 mil en Nicaragua; 2 millones en Naco y otros poblados de Honduras; en México, 4 millones en la región central, de 15 mil a 20 mil en Pánuco (Veracruz), Michoacán y Jalisco, 200 mil en Soconusco (actualmente Chiapas); 1 millón en la franja caribeña desde Costa de Perlas (Panamá) hasta el Golfo de Paria (entre Venezuela y Trinidad y Tobago); 4 millones en Venezuela; y 4 millones en Perú.
El holocausto también fue económico, destruyendo la base material de la sociedad y sustituyendo el régimen de organización comunitaria de la producción ancestral por el régimen colonial, que se reproducía con relaciones de servidumbre y esclavitud. Posteriormente, fue el capitalismo el que rompió el tejido cultural y relacional de las comunidades, despojándolas de su cosmovisión del mundo.
DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN
Contra viento y marea, los pueblos originarios del continente, diferentes entre sí, pero con una cosmovisión que les cohesionaba, lograron mantener su identidad, transmitiendo de forma casi clandestina y de generación en generación, esa cosmovisión y algunas prácticas consecuentes con su modo de ver el mundo. Eso fue lo que durante siglos les dio la fuerza para resistir contra el esclavismo, la servidumbre, la explotación y la opresión de los depredadores de los tesoros de su Naturaleza.
Hoy, el concepto del Buen Vivir ha revivido en el corazón de los Andes. En medio de las políticas neoliberales de los años 90 y de la acelerada crisis ambiental, la creciente conciencia del fracaso de los modelos desarrollistas y la insostenibilidad de los gobiernos, los movimientos indígenas de Bolivia y Ecuador comenzaron a retomar la bandera del Buen Vivir.
EN ECUADOR Y EN BOLIVIA
En 2008, la Asamblea Constituyente de Ecuador fundamentó en este concepto su nueva Constitución política. Bolivia lo hizo en 2009.
La Constitución ecuatoriana de 2008 afirma los Derechos de la Naturaleza como derechos en sí mismos, no sólo en función de los humanos. Establece el régimen de desarrollo (Titulo VI) y el régimen de Buen Vivir (Titulo VII), señalando que el desarrollo está al servicio del Buen Vivir.
La filosofía de la Constitución Boliviana es muy similar. El Suma Qamaña o “Vivir Bien” es su fundamento: “El modelo económico boliviano es plural y está orientado a mejorar la calidad de vida y el vivir bien” (art.306).
En Ecuador, se formuló y ejecutó el Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013 para sustituir los Planes Nacionales de Desarrollo. En el plan se plantea el camino hacia “La satisfacción de las necesidades, la consecución de una calidad de vida y muerte digna, el amar y ser amado, el florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía con la Naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas. El Buen Vivir supone tener tiempo libre para la contemplación y la emancipación, y que las libertades, oportunidades, capacidades y potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que permitan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno -visto como un ser humano universal y particular a la vez- valora como objetivo de vida deseable (tanto material como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a un otro)”. Actualmente se implementa en Ecuador el Plan Nacional para el Buen Vivir 2013-2017.
El pueblo ecuatoriano y el boliviano han visto avances en la distribución de la riqueza y en otras áreas importantes. Los proyectos del Buen Vivir han definido ya un rumbo estratégico en ambos países, un camino que no está carente de contradicciones y para el que falta aún mucho trecho para pasar de los dichos a los hechos.
POR LAS BUENAS O POR LAS MALAS
El sociólogo y sacerdote belga, François Houtart, considera que “la mayoría de los indígenas del continente no rechazan el carácter dinámico (histórico) de sus culturas y aceptan aportes de otros pensamientos, incluyendo aquellos que provienen de la modernidad, con la condición de no ser dominados y humillados en el proceso”.
Sorprende pues, que del Vaticano, aliado número uno de los conquistadores de América e histórico enemigo de los proyectos de avanzada de los pueblos, haya surgido la encíclica “Laudato Sí” que contiene planteamientos que coinciden con el Buen Vivir.
Hoy, aproximadamente el 50% de la población salvadoreña es católica. En 1530, con la Conquista y la ocupación de la región por los españoles, llegaron misioneros católicos e iniciaron la evangelización de Centroamérica. Después que los pipiles fueron derrotados por Pedro de Alvarado en 1525, los frailes franciscanos destruyeron las imágenes de sus dioses, desaparecieron a los sacerdotes indígenas y les “ofrecieron”, por las buenas o por las malas, un sistema religioso nuevo, que se sobrepuso al suyo. Miles de indígenas fueron convertidos al catolicismo durante los tres siglos del período colonial, cuando El Salvador era una provincia y una parroquia de la Capitanía General de Guatemala.
UN PAÍS CATÓLICO Y “SIN INDIOS”
Aunque salvadoreñas y salvadoreños se han convertido reciente y aceleradamente al Cristianismo evangélico o protestante de marca estadounidense, que actualmente absorbe a un 34% de la población, el Catolicismo sigue siendo, no sólo mayoritario, sino principal referente cultural-ideológico. Y aunque el país se dice laico, conceptos religiosos del Cristianismo católico y evangélico siguen marcando políticas públicas de Educación y de Salud.
El último censo poblacional de la Dirección General de Estadísticas y Censos, realizado en 2007, cuando aún gobernaba ARENA, reportó que solo el 0.2% de la población salvadoreña es “indio”. Aunque el censo fue severamente cuestionado por su sesgo racista y por subestimar el número de la población indígena, demostró que la masacre de 1932 fue efectiva, no sólo por eliminar a la población indígena del país, sino por borrar las huellas de su cultura y su cosmovisión.
EL PAPA FRANCISCO: UN ALIADO
A diferencia de los países andinos donde el resurgir de la identidad indígena se expresa, desde los años 80, en importantes movimientos sociales con capacidad de influir en la construcción de nuevas formas de pensar, de hacer políticas públicas, de organizarse social y económicamente y hasta en sus Constituciones, las organizaciones indígenas en El Salvador, aunque han logrado importantes avances en estos seis últimos años, aún no tienen un eco audible en la sociedad salvadoreña.
En este escenario, uno podría preguntarse con qué otros aliados cuenta Sánchez Cerén y el FMLN para hacer realidad su proyecto del Buen Vivir, el que quiere convertir en “destino” de El Salvador. Leyendo la encíclica “Laudato Sí”, se puede concluir que el Papa Francisco puede ser un importante aliado para este proyecto.
¿ES EL ANTROPOCENTRISMO EL RESPONSABLE?
Hay varias coincidencias entre la “Laudato Si” y el proyecto del Buen Vivir. Históricamente, los ambientalistas han pecado por priorizar lo natural sobre lo social en sus enfoques, supeditando las necesidades humanas a las necesidades de la Naturaleza, proyectando así una concepción idealista y romántica de la vida. Culpan al antropocentrismo, a la tendencia de poner en el centro al ser humano crisis del medio ambiente.
Fabelo Corso se pregunta: “¿Está reñida esta inclinación del ser humano -a asumirse a sí mismo como centro- con la salvaguarda de otras formas de vida? ¿Es la centralidad humana la causa histórica de nuestros grandes problemas de disociación con la Naturaleza?” Corso responde que no y que es error pensar que la humanidad haya sido el centro en la organización social capitalista occidental.
“En este mundo que habitamos hay cerca de 840 millones de hambrientos. ¿Podemos decir que son ellos centro de algo?” Concluye así que las sociedades occidentales no han sido antropocéntricas porque no han estado en función de todos los seres humanos.
Corso replantea así la contradicción: “La sociedad capitalista prácticamente obliga a todos a ser egoístas porque el egoísmo es la expresión moral predominante del sistema social que tiene como eje organizativo la competencia permanente de unos seres humanos con otros”.
La contradicción es entonces entre un interés genérico y un interés egocéntrico. Es pensar en todo el género humano o sólo en uno mismo y en “los míos”.
COINCIDIMOS CON FRANCISCO
“Ser ecocéntricos -dice Corso-, es decir, asumir la centralidad de nuestro entorno, de nuestro hábitat, es la manera más plena de ser antropocéntricos”, preocupados por la suerte de todo el género humano, por la conservación de la vida, y no sólo por la defensa de los intereses individuales. Ésa es la lógica del Buen Vivir.
En “Laudato Si”, el Papa Francisco plantea algo similar: “El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social”. Afirma que la amenaza al medio ambiente no es el antropocentrismo sino un “antropocentrismo desviado”. Porque “no se puede prescindir de la humanidad. No habrá una nueva relación con la Naturaleza sin un nuevo ser humano. No hay ecología adecuada sin antropología”. Para el Papa Francisco, “no podemos sanar nuestra relación con la Naturaleza sin sanar todas las relaciones básicas del ser humano”.
EL DERECHO HUMANO AL AGUA
El tema del agua y el de la “deuda social” que tenemos para garantizar agua potable a todos los seres humanos es un tema prioritario en la encíclica papal.
La lucha por el agua para todos es un ejemplo claro de que la contradicción no es entre los seres humanos y la Naturaleza, sino entre los seres humanos “que tienen” y los que “no tienen”.
En 2010 el PNUD reveló que El Salvador es el tercer país de América Latina y el Caribe con mayor desigualdad en el acceso al agua. Por eso, desde hace diez años las organizaciones sociales del país presentaron los primeros anteproyectos de Ley de Aguas, en aras de conservar este vital recurso, de garantizar su acceso a toda la población y de evitar su privatización.
En 2012 lograron, con 83 votos, que la Asamblea Legislativa reconociera el derecho fundamental al agua y también a una alimentación adecuada, aprobando una reforma al artículo 69 de la Constitución. Pero no lograron que esa reforma fuera ratificada en la siguiente legislatura porque ARENA y el PCN negaron sus votos. Tampoco han logrado que se apruebe una Ley de Aguas, ni siquiera la que fue presentada por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
¿Por qué no lo han logrado? ¿Qué hay de por medio? Por medio hay cientos de intereses poderosos de quienes abusan del agua privatizándola a costa de las pobladoras y los habitantes de las comunidades de escasos recursos, que suelen quedar sin acceso a un recurso vital y fundamental para la vida.
El Papa Francisco comparte la idea básica de que no existe contradicción entre dar un lugar privilegiado al ser humano y respetar y cuidar todas las formas de vida que habitan el planeta. La contradicción está en la injusticia, en que no se ha dado un lugar privilegiado a todos los seres humanos. El Papa Francisco nos recuerda: “Nosotros mismos somos tierra. Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura”.
UN CASO: LA COCA COLA EN NEJAPA
Un botón de muestra es la apropiación, desde 1999, por la empresa La Constancia/Sab Miller, productora y distribuidora de la Coca Cola, de los mantos acuíferos del municipio de Nejapa, a 21 kilómetros de la capital.
Para producir un litro de Coca-Cola se necesitan dos litros de agua y de la fábrica de Nejapa salen 100 mil cajas de gaseosas al día (2 millones 400 mil botellas). La empresa consume 39.31 litros de agua por segundo. Las ganancias que este negocio genera forman parte de los 6 mil 421 millones de dólares que ganan anualmente en todo el mundo.
Según una investigación realizada en 2013 por la Alianza por la Solidaridad y el Foro del Agua de El Salvador, el acuífero de Nejapa se agotará en 30 años al ritmo de la explotación de La Constancia/SabMiller. O en 27 si se tienen en cuenta los efectos del cambio climático.
Mientras esta empresa se enriquece, el 40% de los hogares de Nejapa carece de agua potable, aunque viven sobre un espléndido manto acuífero y miles de nejapenses están obligados a comprar agua para beber, para su higiene, para cocinar alimentos y para otros usos a las pipas que entran a las comunidades.
CUESTIONAR LOS MODELOS DE DESARROLLO
Aunque la “Laudato Sí” es un documento cuya preocupación principal es el ambiente, su concepción ecológica es integral, que -dice el Papa- “incorpora claramente las dimensiones humanas y sociales y exige sentarse a pensar y a discutir acerca de las condiciones de vida y de supervivencia de una sociedad con honestidad, para poner en duda modelos de desarrollo, producción y consumo”. También con honestidad, Sánchez Cerén pone en duda estos modelos.
Recorre los distintos modelos que El Salvador ha impulsado: el agroexportador, el de industrialización sustitutiva de las importaciones y el neoliberal, atribuyendo a cada uno aportes en la creación de la riqueza, pero a costa de fomentar una inmensa pobreza.
Después, pasa de la duda a la afirmación y a la propuesta: “Un modelo de vida buena, con dignidad y alegría, es una apuesta por una sociedad que supera los limitados enfoques neoliberales y busca la satisfacción de las necesidades materiales promoviendo un modelo económico y social incluyente: un modelo que incorpore a los procesos de acumulación y redistribución a los actores que han sido históricamente excluidos de las lógicas del mercado capitalista, así como a aquellas formas de producción que se fundamentan en principios diferentes a la lógica de mercado”. En el Primer Congreso del FMLN celebrado en noviembre de 2015, a esta propuesta se le llama “socialismo salvadoreño”, lo que viene siendo un sinónimo del proyecto del Buen Vivir.
LA SOBERANÍA NACIONAL
La soberanía nacional es primordial para el proyecto del Buen Vivir. Es uno de los objetivos del Plan Nacional del Buen Vivir en Ecuador.
Sánchez Cerén también lo plasma en su propuesta. No cuesta entender las razones de este planteamiento. Según el economista Salvador Arias, desde el año 2008 al 2013 las empresas transnacionales han sacado de El Salvador, en concepto de utilidades y repatriación de capitales, 5 mil 703 millones de dólares. No son datos sorprendentes si se tiene en cuenta que la dinámica de la inversión extranjera es precisamente ésa.
Son datos que explican la importancia que tienen los tratados de libre comercio, el CAFTA para Estados Unidos y el AdA para Europa. Obviamente, esa dinámica no permite un nuevo modelo de desarrollo, en el que “la economía esté al servicio de la vida y no la vida en función de la economía”, como dice Sánchez Cerén. Ni tampoco es posible “establecer una convivencia armónica con la Naturaleza”, otro eje de esta propuesta.
En su encíclica, el Papa Francisco coincide con estos puntos de vista. Afirma que “cada gobierno debe cumplir con su propio e indelegable deber de preservar el ambiente y los recursos naturales de su país, sin venderse a intereses espurios locales o internacionales”.
PIEDRAS EN EL ZAPATO DEL BUEN VIVIR
Hacer realidad la “Laudato Si” y el Buen Vivir no es fácil en El Salvador. Un ejemplo son los proyectos FOMILENIO 1 y 2, donaciones de Estados Unidos a través del Millenium Challenge Corporation.
Ángel Ibarra, ahora Viceministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, planteó así la situación en 2012: “Para nosotros, la Carretera Longitudinal del Norte no fue un proyecto para mejorar las condiciones de vida de las personas, fue pensada para un plan geoestratégico, considerando que Puerto Cutuco iba a estas alturas a ser floreciente”.
El FOMILENIO 1 -dice Ibarra- es una “cicatriz sangrante en la cuenca media y baja del rio Lempa. Según estudios del SNET (Servicio Nacional de Estudios Territoriales), dentro de unos 100 años, el Lempa se convertiría en una quebrada, de invierno”, sólo con agua en su cauce en la temporada lluviosa.
Ibarra mencionó también como consecuencias de esa carretera el cambio de uso del suelo, la especulación inmobiliaria y la destrucción de ecosistemas. El proyecto facilitó condiciones para que las empresas mineras se instalaran en la zona norte del país. Dos de ellas demandaron posteriormente al Estado salvadoreño por no otorgarles licencias de explotación.
¿FOMILENIO O BUEN VIVIR?
El FOMILENIO 2, actualmente vigente, está destinado a la zona costera del país, “una zona bastante frágil, deteriorada y amenazada”, según Ibarra, quien afirma: “Deberían ver que los ecosistemas son finitos y que es necesario respetar su capacidad de carga. Aparte de las inundaciones y el aumento del nivel del mar, los habitantes de las costas pueden llegar a ver la salinización de sus aguas, la pérdida de los manglares y la pérdida de sus cultivos, por lo que se debe reenfocar la inversión de manera distinta a la economicista con que se está planteando actualmente”.
Mauricio Cruz, presidente de la Cooperativa acuícola Sara y Ana, en el municipio Jiquilisco, departamento de Usulután ha dicho: “Al segundo Fomilenio lo estamos viendo francamente como una amenaza”.
Los cooperativistas temen que los proyectos turísticos que pudieran instalarse en la zona, generen una contaminación que alcance al estero, cuyas aguas llenan los estanques donde la cooperativa cría camarones. Entre los 62 proyectos de inversionistas privados presentados al gobierno se destaca el grupo empresarial PROMAR. Sus proyectos suman 208 millones de dólares, con complejos turísticos y hasta con un aeropuerto regional en el departamento de La Unión.
En un sarcástico editorial del 15 de septiembre, Karla Hernández, del ultraderechista “El Diario de Hoy”, pregunta cínicamente a sus lectores: “¿Entre el Fomilenio y el “Buen Vivir”, usted qué prefiere?” Confía en que el peso de más de un siglo de dependencia de El Salvador de los Estados Unidos convencerá a sus lectores. Evidente es la saña presente en su escrito, que comienza con una denuncia de la última Declaración del Foro de São Paulo. Pero la contradicción que señala el título de su texto es una realidad.
COINCIDEN EN LA ESPERANZA
El Papa Francisco mira con esperanza la posibilidad de una sociedad nueva porque “la apertura de un “tú” capaz de conocer, amar y dialogar sigue siendo la gran nobleza de la persona humana”.
Sánchez Cerén coincide en ver con esperanza la capacidad de construir el proyecto del Buen Vivir en El Salvador, “El país necesita seguir caminando, el país necesita seguir abriendo ruta. Son pocos, son grupos lo que quieren que el país fracase. Son pocos los que quieren que entre en una situación de desesperación y desesperanza. Vamos a demostrarles a estos señores que somos más los que tenemos fe y esperanza, que es posible construir otro país, un país diferente, un país nuevo, en donde no sean los grupos económicos los que determinen la ruta”.
Salvador Sánchez Cerén y otros dirigentes del FMLN repiten hasta la saciedad que el modelo de sociedad, socialista y democrática, que se construye en El Salvador será hecho a la medida de las salvadoreñas y los salvadoreños.
La encíclica del Papa Francisco es un respaldo importante e inesperado para el proyecto del Buen Vivir. Sorprendente también, porque nos llega del principal centro de poder religioso del mundo occidental. Es un respaldo que merece ser bienvenido en el Pulgarcito de América.
EDUCADORA POPULAR. CORRESPONSAL DE ENVÍO EN EL SALVADOR
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